Productos para el cuidado de la piel: ¿En qué orden debo usarlos?

Aprenda los pasos correctos para utilizar sus productos de cuidado de la piel para obtener la mejor eficacia.

Rutina matutina para el cuidado de la piel

Para mantener tu piel sana, debes lavar y tratar tu rostro por la mañana y de nuevo por la noche. Por la mañana, tu objetivo es eliminar la suciedad que se deposita en tu rostro por la noche. También debes utilizar productos para el cuidado de la piel que la protejan de la contaminación y la suciedad del aire.

Primer paso. Lávate la cara como primer paso de tu rutina de cuidado de la piel. Una piel limpia te proporciona una paleta fresca para aplicar otros productos. Empezar con la piel limpia garantiza que las cremas y lociones no atrapen la suciedad en los poros.

Puedes pensar que tu piel está limpia si lo único que haces es dormir. Dar vueltas en la cama puede atrapar el polvo, el sudor y la grasa en los poros durante la noche. Elige un limpiador en función de las necesidades de tu piel. Si tienes la piel seca, puede que necesites más hidratación. Si tienes la piel grasa, elige un limpiador sin aceite.

Los expertos dicen que debes aplicar el limpiador con movimientos circulares y ascendentes. Aplica una presión suave, pero no restriegues demasiado, pues podrías dañar tu piel. Aclara la piel y sécala con palmaditas antes de pasar al siguiente paso de tu rutina de cuidado de la piel.

Segundo paso. Si notas que tu piel está más seca de lo habitual o tiene mucha acumulación, exfóliate en este paso. No es necesario exfoliar todos los días. Puedes utilizar un producto exfoliante suave para la piel o una toallita con tu limpiador habitual.

Tras la limpieza, aplica un tónico o astringente. Al igual que con el limpiador, elige un producto en función de las necesidades de tu piel. El tónico suele ser más suave y ofrece mayor hidratación. Ayuda a equilibrar el pH de la piel para reducir la producción de grasa. Utiliza un producto más fuerte, como el astringente, si tu piel produce mucha grasa o si eres propensa al acné.

Cuando compres un tónico o astringente, busca ingredientes como la manzanilla, el hamamelis y la vitamina E. Aplica este producto de cuidado de la piel con un algodón o una almohadilla. Masajea tu piel en pequeños círculos y ejerce una suave presión. Procura no frotar la piel con la almohadilla. La piel del rostro es delicada.

Tercer paso. La crema hidratante es la siguiente en el orden de los productos para el cuidado de la piel. Las cremas hidratantes vienen en muchas formas, incluyendo:?

  • Lociones

  • Cremas

  • Sueros

  • Aceites

  • ¿Geles?

Las cremas hidratantes ofrecen muchos grandes beneficios, entre ellos:

  • Hacer que su piel se sienta suave

  • Proteger la piel de los elementos agresivos y de la contaminación

  • Mantener la piel hidratada?

  • Abordar preocupaciones específicas de la piel como el enrojecimiento o el daño solar?

Busca una crema hidratante que satisfaga las necesidades de tu piel. Si tienes la piel muy seca, puede que necesites añadir un sérum a este paso. Aplica el sérum antes de la crema hidratante. Si tienes la piel grasa, busca una crema hidratante sin aceites. Utiliza los productos de este paso con moderación. Al igual que en los pasos anteriores, aplícalos en círculos suaves y no tires de la piel.

Paso 4. Si tu crema hidratante no tiene factor de protección solar (FPS), aplica un protector solar en el último paso de tu rutina de cuidado de la piel por la mañana. La protección solar es importante todos los días porque:

  • El sol supone uno de los mayores riesgos de daño para tu piel.

  • Pequeñas cantidades de tiempo al sol pueden sumar.

  • Es posible que pases más tiempo al aire libre de lo que esperas.

  • El sol provoca daños en la piel incluso en los días nublados?

  • Puedes exponerte al sol de forma indirecta a través de las ventanas de tu coche o de los edificios?

Si usas maquillaje, aplícalo después de todos tus productos de cuidado de la piel.

Rutina de cuidado de la piel por la noche

Antes de irte a la cama, lava y trata tu rostro de nuevo. Abordar las necesidades de cuidado de la piel es el objetivo de tu rutina de cuidado de la piel por la noche?

Primer paso. En primer lugar, retira el maquillaje. Los limpiadores no suelen eliminar los productos cosméticos. Puedes utilizar toallitas de maquillaje, agua micelar (un producto limpiador compuesto por agua blanda y pequeñas bolas de aceite llamadas micelas que atraen de forma natural los restos de la piel), e incluso aceite o bálsamo...

Segundo paso. El limpiador es el siguiente en el orden de los productos para el cuidado de la piel. Utiliza el limpiador facial suave que usas por la mañana, o elige uno que se centre en los problemas de la piel. Si tienes tendencia al acné, busca uno con ingredientes como el ácido salicílico o el peróxido de benzoilo. Si tu piel envejece, busca ingredientes como el ácido glicólico.

Tercer paso. Este paso de la rutina nocturna de cuidado de la piel es opcional. Si tienes la piel grasa, puedes volver a utilizar un tónico. Si tu piel tiende a ser seca, puedes omitir el tónico.

Cuarto paso. El último paso en tu rutina diaria de cuidado de la piel es una crema de noche. Busca ingredientes como:?

  • Vitamina A

  • Colágeno

  • Tretinoína

  • Retinol

  • Adapaleno?

Si ves que tu crema de noche reseca tu piel, añade una crema hidratante encima. Busca productos que contengan ceramida o ácido hialurónico para mantener la piel hidratada.

Consejos adicionales para el cuidado de la piel

Cuidado de la piel después de sudar. Si haces ejercicio o un trabajo que te haga sudar, lávate la cara después. El sudor puede obstruir tus poros, atrapando la suciedad y la grasa. No tienes que repetir toda tu rutina de cuidado de la piel después de sudar, a menos que quieras hacerlo. Como mínimo, aplícate una crema hidratante y un protector solar para proteger tu piel durante el resto del día.

Adaptarse al clima. Tu rutina de cuidado de la piel puede cambiar con las estaciones. El frío puede provocar más sequedad y la necesidad de una mayor hidratación de la piel. En verano puedes sudar más y necesitar productos que no contengan aceite.

Utilizar demasiados productos para el cuidado de la piel puede irritarla, especialmente cuando se trata de productos antienvejecimiento. Si notas cambios en tu piel que te preocupan, habla con tu dermatólogo.

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