Hay un orden jerárquico definido en el patio de recreo, y algunos niños aprenden pronto que una forma de llegar a la cima es convertirse en la reina o el rey de la maldad. Pero, ¿dónde se cruza la típica maldad infantil con el acoso escolar?
Hay un orden jerárquico en el patio de recreo, y algunos niños aprenden pronto que una forma de llegar a la cima es convertirse en la reina o el rey de la maldad. Pero, ¿en qué momento la maldad típica de los niños se convierte en acoso escolar?
"Actualmente hay mucha confusión sobre lo que es el acoso escolar. La palabra está tan sobreutilizada que ha llegado a significar casi cualquier cosa que hiera tus sentimientos", explica la doctora Elizabeth Englander. Es profesora de psicología en la Universidad Estatal de Bridgewater.
El verdadero acoso implica algo más que unos pocos casos aislados de comportamiento mezquino. Se trata de una pauta repetida de burlas, bromas y otras acciones agresivas. "Se trata de una situación en la que [el acosador] emprende una campaña para hacer la vida del objetivo miserable", dice Englander.
En las últimas décadas, el rostro del acoso escolar ha cambiado. Hoy en día, el acoso tiene menos que ver con los puñetazos y los golpes, y más con las burlas y los insultos. El foro también ha cambiado, de la escuela al ciberespacio. Una encuesta de 2011 reveló que casi el 20% de los estudiantes de secundaria de Estados Unidos habían sido acosados a través de las redes sociales, los textos y otras plataformas electrónicas.
¿Qué debe hacer si sospecha que su hijo está siendo acosado? En primer lugar, dice Englander, no se asuste. Siempre hay que hacer que los niños sientan que pueden hacer frente a la situación. "Hemos absorbido este valor de que si eres un buen padre, saltas y te involucras. Pero la verdad es que todo el mundo tiene que aprender a lidiar con las pequeñas mezquindades".
Escucha a tu hijo sin exagerar. "Puedes orientarles sobre cómo responder, pero deja que se sientan capaces", dice Englander. Pruebe a hacer un juego de roles, ofreciéndole a su hijo diferentes formas de responder al acosador, como alejarse, mirar a la persona a los ojos y decirle: "Basta ya", o utilizar el humor para aligerar la situación.
No intervenga más allá, a menos que su hijo muestre más mal humor, baje las notas, tenga problemas para dormir o aparezcan nuevos problemas de conducta como el consumo de alcohol o drogas. Pero si le preocupa el acoso físico, haga intervenir a su escuela. Todas las escuelas están obligadas a abordar el comportamiento que crea un ambiente hostil.
Háblalo
Es fácil indignarse si su hijo está siendo acosado... ¿pero qué pasa si su hijo es el agresor? Englander te ayuda a detectar las señales y te ofrece estos consejos:
Busque las banderas rojas del acoso escolar
. "Uno de los grandes indicios que solemos ver es el modo en que estos niños tratan a sus hermanos", dice. Los hermanos casi siempre discuten, pero si un niño es especialmente desagradable o agresivo con otro, esa actitud podría estar trasladándose a la escuela.
Enseña buenos valores
. "Las familias que realmente impulsan el ser una buena persona, donde ese es el valor más importante, son aquellas cuyos hijos son los menos propensos a volverse y maltratar a sus compañeros", dice Englander.
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