Los niños con TDAH se sienten atraídos por los videojuegos. ¿Cuál es la relación, y si jugar perjudica o ayuda a tu hijo? Además, ¿son beneficiosos los videojuegos?
Lo que dicen las investigaciones
En primer lugar, no hay pruebas de que los videojuegos provoquen TDAH. Y un amplio estudio realizado en Noruega, que durante varios años hizo un seguimiento de los hábitos de juego de los niños, a partir de los 6 años, descubrió que los que tenían más síntomas de TDAH tendían a jugar más a medida que crecían. Pero la cantidad de tiempo frente a la pantalla no empeoraba su condición.
Los investigadores tienen varias ideas sobre por qué los videojuegos pueden tener un efecto tan fuerte en algunos niños y jóvenes con TDAH.
Estimulación. Los videojuegos ofrecen recompensas instantáneas, suelen ser de ritmo rápido y son visualmente emocionantes. Los juegos podrían ser una forma de que el niño domine una habilidad a su manera, se evada de la realidad y se sienta mejor consigo mismo.
Los niños con TDAH a veces tienen problemas para establecer relaciones. Los juegos online les permiten hacer y mantener amigos.
Hiperconcentración. Se trata de la capacidad de concentrarse en cosas agradables o interesantes. Puede ser un síntoma característico del TDAH en algunas personas. Tu hijo puede estar tan concentrado en el juego que ni siquiera te oye gritar su nombre.
Beneficios de los videojuegos
Para los niños con TDAH, los juegos online pueden ser algo más que un simple recreo. Los juegos pueden ayudarles a desarrollar importantes habilidades. Estas incluyen:
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Habilidades visuales-espaciales
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Coordinación mano-ojo
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Estrategia y resolución de problemas
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Planificación, secuenciación y priorización
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Colaboración y trabajo en equipo
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Gestión del tiempo
Si tu hijo juega, ayúdale a asegurarse de que los juegos son adecuados para su edad. Algunos juegos pensados para niños mayores o adultos pueden ser demasiado violentos o tener contenido sexual. Las categorías de clasificación van desde la E (todo el mundo) hasta la AO (solo para adultos, mayores de 18 años).
Entre las buenas opciones se encuentran los juegos que requieren encontrar material para construir refugios virtuales o carros y otros artilugios para llevar a los personajes a sus destinos. Los niños pueden perfeccionar su planificación organizativa, agudizar su memoria de trabajo y adquirir otras valiosas habilidades de las que pueden carecer.
En 2020, la FDA aprobó el primer juego digital de prescripción como terapia para el TDAH. EndeavorRx es para jóvenes de 8 a 12 años. Es principalmente para aquellos que tienen el tipo de trastorno de falta de atención o de falta de atención e hiperactividad. Se utiliza como parte de un tratamiento que puede incluir medicación y terapia conductual.
EndeavorRx hace que los jugadores se desplacen por diferentes paisajes, como un río de lava y un gélido país de las maravillas invernales. Los niños tocan la pantalla para recoger objetivos en el camino. Un estudio financiado por el fabricante de EndeavorRx mostró que el juego ayudaba a mejorar la atención.
Señales de advertencia
Algunos niños con TDAH pueden pasar demasiado tiempo frente a los videojuegos. Trabaje con su hijo para acordar reglas sobre cuánto tiempo y cuándo pueden jugar. Además, tenga cuidado de que los videojuegos no sustituyan otras actividades que los niños deben realizar, como las interacciones sociales, el tiempo con la familia, la actividad física, etc. Asegúrate de que los deberes y las tareas domésticas están hechos antes de que cojan el mando o la tableta.
Las señales de que su hijo necesita dejar los juegos son:
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Ataques o rabietas cuando se le pide que deje de jugar
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Exabruptos cuando se pierde.
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Quedarse despierto toda la noche o hasta muy tarde jugando
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Mentir sobre el tiempo que se pasa jugando
Los juegos liberan dopamina, la misma sustancia química del cerebro que puede engancharte a cosas como el alcohol u otras drogas. Los signos de que los hábitos de juego de su hijo pueden ser perjudiciales son:
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Pasar menos tiempo con la familia y los amigos y más tiempo a solas con el juego
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Pensamientos obsesivos sobre el juego
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Malas calificaciones
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Pérdida de interés en otras actividades que antes disfrutaban
Si crees que el juego de tu hijo es un problema, habla con tu pediatra o con un profesional de la salud mental.
