La congelación se produce cuando los tejidos se congelan.
La congelación se produce cuando los tejidos se congelan. Esta condición ocurre cuando se expone a temperaturas por debajo del punto de congelación de la piel.
La condición ha sido reconocida desde hace mucho tiempo. Una momia precolombina de 5.000 años de antigüedad descubierta en las montañas chilenas es la primera prueba documentada de congelación. Más recientemente, el cirujano jefe de Napoleón, el barón Dominique Larrey, proporcionó la primera descripción de los mecanismos de la congelación en 1812, durante la retirada de su ejército de Moscú. También señaló los efectos nocivos del ciclo de congelación-descongelación-descongelación que sufrían los soldados, que se calentaban las manos y los pies congelados en la hoguera por la noche para volver a congelarlos a la mañana siguiente.
Aunque la congelación solía ser un problema militar, ahora también es un problema civil. La mayoría de las personas que sufren congelaciones son hombres de entre 30 y 49 años. La nariz, las mejillas, las orejas, los dedos de las manos y de los pies (las extremidades) son las más afectadas. Todo el mundo es susceptible, incluso las personas que han vivido en climas fríos la mayor parte de su vida.
Causas de la congelación
Su cuerpo trabaja para mantenerse vivo primero y para seguir funcionando después.
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En condiciones de exposición prolongada al frío, tu cuerpo envía señales a los vasos sanguíneos de los brazos y las piernas indicándoles que se contraigan (estrechen). Al ralentizar el flujo sanguíneo hacia la piel, tu cuerpo es capaz de enviar más sangre a los órganos vitales, suministrándoles nutrientes críticos... y oxígeno, a la vez que previene un mayor descenso de la temperatura corporal interna al exponer menos sangre al frío exterior.
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A medida que este proceso continúa y sus extremidades (las partes más alejadas del corazón) se enfrían cada vez más, se inicia una condición llamada respuesta de caza. Sus vasos sanguíneos se dilatan (ensanchan) durante un periodo de tiempo y luego se vuelven a contraer. Los periodos de dilatación se alternan con los de constricción para preservar al máximo la función de las extremidades. Sin embargo, cuando el cerebro detecta que está en peligro de hipotermia (cuando la temperatura del cuerpo desciende significativamente por debajo de 98,6 F), constriñe permanentemente estos vasos sanguíneos para evitar que devuelvan la sangre fría a los órganos internos. Cuando esto sucede, la congelación ha comenzado.
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La congelación se produce por 2 vías diferentes: la muerte celular en el momento de la exposición y el posterior deterioro y muerte celular por falta de oxígeno.
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En la primera, se forman cristales de hielo en el espacio exterior de las células. Se pierde agua del interior de las células y la deshidratación favorece la destrucción de la célula.
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En la segunda, el revestimiento dañado de los vasos sanguíneos es el principal culpable. Cuando el flujo sanguíneo vuelve a las extremidades al recalentarse, se encuentra con que los propios vasos sanguíneos están lesionados, también por el frío. Aparecen agujeros en las paredes de los vasos y la sangre se escapa a los tejidos. El flujo se ve obstaculizado y turbulento, y se forman pequeños coágulos en los vasos más pequeños de las extremidades. Debido a estos problemas de flujo sanguíneo, se producen interacciones complicadas y la inflamación provoca más daños en los tejidos. Esta lesión es el principal determinante de la cantidad de daño tisular que tendrá al final.
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Es raro que se congele el interior de las propias células. Este fenómeno sólo se observa en lesiones por congelación muy rápidas, como las producidas por metales congelados.
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Síntomas de la congelación
Se han propuesto diversos sistemas de clasificación de la congelación. El más fácil de entender, y quizás el que da las mejores pistas sobre el resultado, divide la congelación en 2 divisiones principales: superficial y profunda.
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En la congelación superficial, puedes experimentar ardor, entumecimiento, hormigueo, picor o sensación de frío en las zonas afectadas. Las regiones parecen blancas y congeladas, pero si se presiona sobre ellas, conservan cierta resistencia.
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En la congelación profunda, hay una disminución inicial de la sensibilidad que acaba perdiéndose por completo. Se observa hinchazón y ampollas llenas de sangre sobre una piel blanca o amarillenta de aspecto ceroso que se torna azul violáceo al recalentarse. La zona está dura, no ofrece resistencia al presionarla y puede incluso parecer ennegrecida y muerta.
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Experimentará un dolor importante mientras las zonas se recalientan y se restablece el flujo sanguíneo. Un dolor sordo y continuo se transforma en una sensación punzante en 2-3 días. Esto puede durar de semanas a meses hasta que se complete la separación final del tejido.
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Al principio las zonas pueden parecer aparentemente sanas. La mayoría de las personas no llegan al médico con tejido congelado y muerto. Sólo el tiempo puede revelar la cantidad final de daño tisular.
Cuándo buscar atención médica
Un médico debe poder ver y examinar la zona afectada. Una simple llamada telefónica probablemente no sea suficiente en todos los casos, salvo en los más leves, de lesiones por frío en manos y pies. Es necesario acudir a un médico para que le atienda.
En el momento de la evaluación inicial, es muy difícil clasificar la lesión como superficial o profunda, y aún más difícil determinar la cuantía del daño tisular. Por lo tanto, todas las personas deben ser vistas por un médico, que supervisará el proceso de recalentamiento, intentará clasificar la lesión y guiará el proceso de tratamiento. Una persona con congelación necesitará una evaluación y un posible tratamiento de la hipotermia y la deshidratación.
Exámenes y pruebas
El médico realizará una anamnesis con el fin de recabar información sobre los acontecimientos de la exposición y el estado médico previo a la lesión por frío.
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El médico tomará nota de las constantes vitales, como la temperatura, el pulso, la presión arterial y la frecuencia respiratoria, para excluir o tratar cualquier amenaza vital inmediata, como la hipotermia o la infección grave.
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Pueden realizarse radiografías, pero probablemente se aplazarán hasta semanas después, cuando sean más útiles para el equipo de tratamiento.
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El médico recogerá datos para clasificar la lesión como superficial o profunda y el pronóstico como favorable o malo.
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Un buen pronóstico se anuncia por la sensibilidad intacta, el color normal de la piel, las ampollas con líquido claro, la capacidad de deformar la piel con la presión y el color rosado de la piel cuando se descongela.
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Las ampollas con líquido oscuro, la piel que se vuelve azul oscura al descongelarse y la incapacidad de hendir la piel con presión indican un mal pronóstico.
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Tratamiento de las congelaciones: autocuidado en casa
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Primero, pide ayuda.
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Mantenga la parte afectada elevada para reducir la hinchazón
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Trasladarse a una zona cálida para evitar una mayor pérdida de calor.
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Tenga en cuenta que muchas personas con congelación pueden estar experimentando hipotermia. Salvar sus vidas es más importante que preservar un dedo o un pie.
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Quítese todas las joyas y la ropa que le constriñan, ya que pueden bloquear aún más el flujo sanguíneo.
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Dé de beber a la persona líquidos calientes, sin alcohol y sin cafeína.
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Aplique un vendaje seco y estéril, coloque un algodón entre los dedos de las manos o de los pies afectados (para evitar el roce) y lleve a la persona a un centro médico lo antes posible.
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Nunca recaliente una zona afectada si existe la posibilidad de que se vuelva a congelar. Este ciclo de descongelación y congelación es muy perjudicial y conduce a resultados desastrosos.
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Además, hay que evitar un deshielo gradual tanto en el campo como en el vehículo de transporte. El método más eficaz es recalentar la zona rápidamente. Por lo tanto, mantenga la parte lesionada alejada de fuentes de calor hasta que llegue a un centro de tratamiento donde pueda producirse un recalentamiento adecuado.
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No frote la zona congelada con nieve (ni con ninguna otra cosa). La fricción creada por esta técnica sólo causará más daño al tejido.
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Sobre todo, tenga en cuenta que la cantidad final de destrucción del tejido es proporcional al tiempo que permanece congelado, no a la temperatura absoluta a la que fue expuesto. Por lo tanto, es muy importante el transporte rápido a un hospital.
Tratamiento médico
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Una vez excluidas las amenazas vitales iniciales, el recalentamiento es la máxima prioridad.
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Esto se logra rápidamente en un baño de agua calentado a 40-42C (104-107,6F) y se continúa hasta que la descongelación sea completa (generalmente 15-30 minutos).
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Se pueden administrar analgésicos narcóticos porque este proceso es muy doloroso.
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Como la deshidratación es muy común, también se pueden administrar líquidos intravenosos.
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Tras el recalentamiento, se llevan a cabo los cuidados posteriores a la descongelación para evitar la infección y la falta continua de oxígeno en la zona.
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Las ampollas pequeñas y claras se dejan intactas. Las ampollas grandes y transparentes pueden eliminarse, mientras que las sangrientas suelen drenarse pero se dejan intactas para no alterar los vasos sanguíneos subyacentes y disminuir el riesgo de infección.
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Se administra un refuerzo contra el tétanos si es necesario.
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Las personas con congelación son hospitalizadas durante al menos 1 ó 2 días para determinar el alcance de la lesión y recibir tratamiento adicional.
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Se aplica crema de aloe vera cada 6 horas y se eleva y entablilla la zona.
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Se puede administrar ibuprofeno... para combatir la inflamación, y un antibiótico si se produce una infección.
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En caso de congelación profunda, se realizará una terapia acuática diaria en una bañera de hidromasaje de 37 a 39C (98,6 a 102,2F) para eliminar cualquier tejido muerto.
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Existen varias terapias experimentales, muchas de las cuales pretenden tratar aún más la inflamación o la disminución del flujo sanguíneo que se observa en la congelación.
Próximos pasos - Seguimiento
Los síntomas siguen una vía predecible. Al entumecimiento le sigue inicialmente una sensación punzante que comienza con el recalentamiento y puede durar de semanas a meses. A continuación, suele ser sustituida por una sensación persistente de hormigueo con sensaciones ocasionales de descarga eléctrica. La sensibilidad al frío, la pérdida de sensibilidad, el dolor crónico y una serie de otros síntomas pueden durar años.
El tratamiento de la congelación se lleva a cabo durante un periodo de semanas a meses. La terapia definitiva, posiblemente en forma de cirugía, puede no realizarse hasta 6 meses después de la lesión inicial. Por lo tanto, establezca una relación de trabajo entre usted y su médico que continúe durante todo el proceso de curación.
Prevención
El primer paso para prevenir la congelación es saber si tiene un mayor riesgo de sufrir la lesión.
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Se observan muchos casos de congelación en alcohólicos, personas con enfermedades psiquiátricas, accidentes de tráfico o averías de coche con mal tiempo y consumo de drogas recreativas.
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Todas estas condiciones comparten el problema de la exposición al frío y la falta de voluntad o la incapacidad de la persona para alejarse de esta amenaza.
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Los fumadores de tabaco y las personas con enfermedades de los vasos sanguíneos también corren un mayor riesgo porque tienen una cantidad ya disminuida de flujo sanguíneo en los brazos y las piernas.
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La falta de hogar, la fatiga, la deshidratación, la ropa inadecuada y la gran altitud son factores de riesgo adicionales.
Aunque la gente no siempre conoce o reconoce estos peligros, muchos de ellos pueden reducirse o prevenirse.
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Vístete según el tiempo.
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Las capas son lo mejor, y las manoplas son mejores que los guantes (mantiene los dedos calientes juntos mientras se calientan entre sí).
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Usa 2 pares de calcetines, con la capa interior de fibra sintética, como el polipropileno, para alejar el agua de la piel y la capa exterior de lana para aumentar el aislamiento.
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El calzado debe ser impermeable.
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Cúbrase la cabeza, la cara, la nariz y las orejas en todo momento.
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La ropa debe quedar holgada para evitar la disminución del flujo sanguíneo en brazos y piernas.
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Viaja siempre con un amigo por si se necesita ayuda.
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Evita el tabaco y el alcohol.
Las personas con diabetes y cualquier persona con enfermedades de los vasos sanguíneos deben extremar las precauciones, al igual que los muy jóvenes, los muy ancianos y los no condicionados.
Tenga especial cuidado con las condiciones de humedad y viento. La temperatura "que se siente" (sensación térmica) es en realidad mucho más baja que la temperatura del aire declarada.
Perspectiva
Un dicho común entre los cirujanos que han tratado a personas con congelación es "congelar en enero, amputar en julio". A menudo pasan meses antes de que se pueda determinar la separación definitiva entre el tejido sano y el muerto. Si la cirugía se realiza demasiado pronto, los riesgos de extirpar tejido que puede acabar recuperándose o de dejar atrás tejido que puede acabar muriendo son grandes. En la actualidad se están investigando algunas técnicas radiográficas que podrían realizar esta división mucho antes, permitiendo así un tratamiento definitivo más temprano. En algunos casos, se utilizan gammagrafías óseas para ayudar a predecir la viabilidad del tejido.
Más allá de este periodo de espera, el 65% de las personas sufrirán síntomas a largo plazo a causa de su congelación. Los síntomas más comunes son dolor o sensaciones anormales en la extremidad, sensibilidad al calor o al frío, sudoración excesiva y artritis.
Sinónimos y palabras clave
Congelación, frostnip (a menudo utilizado para referirse al precursor de la congelación), pie de trinchera, sabañones, pernio, piel muerta, tejido muerto, tiempo frío, extremidades