La deshidratación es común en los niños enfermos. Descubre qué puedes hacer en casa para aliviar a un niño deshidratado y cuándo debes buscar atención médica.
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Tiene la boca extremadamente seca o no tiene lágrimas
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Está aletargado
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Es mayor y no orina en 12 o más horas
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No está alerta ni es capaz de pensar con claridad
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Se desmaya
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Está demasiado débil o mareado para mantenerse en pie
1. Llamar a un médico
En los niños pequeños, la deshidratación de leve a moderada puede ocurrir muy fácilmente, sobre todo si el niño tiene diarrea o está vomitando. Póngase en contacto con el pediatra de su hijo si éste:
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No bebe lo suficiente o no come lo suficiente
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Parece cansado
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Tiene una orina de color amarillo oscuro o una disminución de la micción
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Tiene la boca y los ojos secos
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Está de mal humor o irritable
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Vomita más de una vez
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Tiene menos de un año de edad
2. Sustituir los fluidos
Para la deshidratación en un bebé de hasta 1 año de edad:
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Si da el pecho, amamanta más a menudo.
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Si le das el biberón, dale la cantidad habitual de líquido, a menos que el bebé esté vomitando. Si tu bebé está vomitando, dale cantidades más pequeñas y más frecuentes. Por ejemplo, en lugar de 6 onzas cada 4 horas, dale 3 onzas cada 2 horas. Si vomita más de una vez, llame a su médico.
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Si tu bebé come alimentos sólidos, cereales, plátanos colados y puré de patatas, dale también líquidos.
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Administre una solución de rehidratación oral como Pedialyte, si es posible. Reemplaza la sal, el azúcar, el potasio y otros nutrientes. Pregunte a su médico qué tipo y cantidad debe utilizar.
Para la deshidratación leve en un niño de 1 a 11 años:
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Dar más líquidos en sorbos pequeños y frecuentes, especialmente si el niño está vomitando.
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Elija sopa clara, refresco claro o Pedialyte, si es posible.
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Dé paletas, trozos de hielo y cereales mezclados con leche para añadir agua o líquido.
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Continuar con una dieta regular.
3. Seguimiento
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En caso de deshidratación leve, haga que su hijo descanse durante 24 horas y siga bebiendo líquidos, aunque los síntomas mejoren. La reposición de líquidos puede durar hasta un día y medio. Continúe también con la dieta habitual de su hijo.
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En caso de deshidratación grave, el niño puede necesitar líquidos por vía intravenosa en el hospital. Si cree que su hijo no mejora o empeora, acuda al médico de inmediato.