Cómo conseguir que a tus hijos les guste el ejercicio

¿A tus hijos no les gusta el deporte? No hay problema. La doctora le muestra cómo hacer que sus hijos se pongan en movimiento. Encuentra formas divertidas para que hagan ejercicio.

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Se acabó la cena. En lugar de ir a la sala de televisión, salid a la puerta de casa. Sal a caminar o a montar en bicicleta. Juega al baloncesto, a la pelota o al baile... Mantén una conversación ligera. No es el momento de repasar las notas o las tareas de tu hijo. Si es divertido para todos, todos querrán seguir haciéndolo.

Apunta a una hora al día

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Los niños necesitan moverse un total de 60 minutos al día. Debe ser una mezcla de actividades que:

  • Hagan bombear el corazón (como correr y caminar rápido)

  • Trabajar los músculos (como las flexiones)

  • Fortalecer los huesos (como saltar a la cuerda)

Esta hora de ejercicio no tiene por qué hacerse de una sola vez. Los niños pueden repartirla a lo largo del día. Haz que den un paseo rápido con el perro después del colegio, que jueguen en un gimnasio de la selva... todo suma.

Utiliza un contador de pasos

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A los niños les encantan los aparatos. Un contador de pasos (también conocido como podómetro) puede motivarlos a moverse más. Compra uno para todos los miembros de la familia. Luego, plantea mini-retos para que se muevan a lo largo del día.

¿Cuántos pasos hasta el poste de teléfono? ¿En cuánto tiempo puedes dar 80 pasos? A ver si a tus hijos les gusta poner un recuento de pasos en la cocina para una pequeña competición amistosa, o haz que intenten batir su récord personal.

Consigue un equipo divertido

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No hace falta un equipo de lujo para que tu familia se mueva. Seguro que una raqueta de tenis o un par de patines pueden servir de inspiración, pero una simple y asequible cuerda para saltar o una pelota de playa hinchable también pueden servir. Guarda una reserva de juguetes nuevos para el exterior. Luego, sácalos los días en que tus hijos parezcan aburridos.

Prepara el escenario

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Parece sencillo, pero a veces... solo hay que elegir el lugar adecuado. Lleva a los niños a un parque infantil o a un campo de béisbol. Ve al parque. Haz un picnic junto a un lago con algunos de sus amigos.

Puede que no tengas que hacer mucho para que se muevan. Puede que se inspiren en su entorno o en otros niños.

Busca clases en el mercado

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Las clases -ya sea de aikido o de danza, de tenis o de yoga- pueden ser una forma estupenda de hacer que tus hijos se aficionen a la actividad física...

Visita algunas clases gratuitas antes de apuntarte y deja que tus hijos elijan su favorita. Así sabrás que el dinero está bien gastado.

¿Jugar a los videojuegos? Sí.

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Cuando se trata de ponerse en forma, los videojuegos no tienen por qué ser el enemigo. Utiliza un sistema de juego con sensor de movimiento, como el Kinect o la Wii. Hay un montón de juegos -de condición física, yoga, deportes, baile- que puedes alquilar o pedir prestados.

Los niños que se levantan y se mueven de verdad cuando juegan a videojuegos activos queman hasta un 200% más de energía que cuando juegan a los normales sentados. Pero sigue siendo una buena idea limitar el tiempo de pantalla.

Hazlo divertido

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Coja a su hijo de la mano y vaya a saltar a un montón de hojas. Ni siquiera tienes que decir "ejercicio". Planta unos tulipanes. Camina hasta la biblioteca. Haz un muñeco de nieve. Haz que sea una parte fluida y divertida de su vida cotidiana, no algo que "tienen que" hacer.

Ofrezca ánimos

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Si su hijo no se aficiona al ejercicio enseguida, no se rinda. Elogie lo que hace. Ayúdele a probar actividades que no tengan que ser competitivas, como el senderismo o el kayak.

La clave es ayudarles a encontrar su elemento. Sigue probando diferentes deportes o actividades. Ayúdales a ver que la actividad física es para todos.

Encuentra tu pasión

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Si quieres que tus hijos hagan ejercicio, ayuda que tú lo hagas. ¡Si te ven moviéndote, saben que es una parte importante de la vida que puede ser divertida! ?

¿Y qué es lo tuyo? Encuentra una actividad que realmente te guste. Luego compártela con tus hijos. No pasa nada si tú tampoco te has movido mucho. Podéis empezar juntos.

Métete a hurtadillas

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Por ejemplo, cuando vayas al centro comercial, haz tiempo para aparcar lejos de la entrada. Dentro, señala que a veces es mejor subir por las escaleras que esperar al ascensor. Haz una carrera para ver quién guarda antes los juguetes o hace el mayor montón de hojas.

Aprovechar cualquier oportunidad para caminar, correr, saltar y jugar hará que la actividad física se convierta en un hábito diario que se convierta en algo natural para ellos.

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