Los niños con TDAH suelen tener problemas para regular sus emociones. Aprende por qué y cómo ayudarles a gestionarlas.
Como padre o cuidador, puede ser difícil entender por qué su hijo actúa de esa manera. Puede que piense que simplemente es difícil. Pero es importante recordar que no lo hacen a propósito. Para ellos, aprender a controlar su comportamiento puede llevar más tiempo y esfuerzo. Esto es lo que tienes que saber.
Por qué les cuesta regular las emociones
Muchos niños actúan sin pensar o se emocionan tanto que les cuesta calmarse. Normalmente se les pasa y aprenden a gestionar sus emociones. Eso se llama autorregulación.
Los expertos lo comparan con un termostato, que se pone en marcha para mantener la habitación a la temperatura deseada. Tu hijo aprende a tomar su propia temperatura y a enfriarse cuando sus emociones empiezan a calentarse.
Pero a los niños con TDAH les cuesta mucho esta habilidad.
Cómo se ven las emociones en los niños con TDAH
No hay una única forma en que un niño con TDAH exprese sus emociones. Los sentimientos de un niño pueden estar fuera de control cuando está molesto. Otros pueden tener problemas para encontrar la motivación para hacer algo que no les interesa.
Pero esto es lo que suele ocurrir:
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Las cosas pequeñas les frustran o preocupan, y no pueden dejarlas pasar
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Les cuesta calmarse después de que ocurra algo molesto
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Ven incluso las críticas suaves como un insulto o un ataque
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Cuando quieren algo sienten la necesidad de tenerlo de inmediato
Vigila también las emociones demasiado positivas. Los niños con TDAH pueden dejarse absorber por los sentimientos de excitación, alegría y expectación.
Cómo ayudarles a controlar sus emociones
Este objetivo es más complejo cuando tu hijo tiene TDAH, pero sigue siendo posible conseguirlo. Siga estos consejos:
No minimice los sentimientos de su hijo. Los niños necesitan un espacio seguro para hablar de sus emociones. Haz lo posible por escuchar más que por preguntar. Y trata de ponerte en su lugar. Las emociones que no tienen sentido para ti siguen siendo reales para tu hijo.
Apoye los hábitos saludables. Procure que su hijo coma bien y duerma lo suficiente. Es más difícil controlar los sentimientos cuando se tiene hambre o se está cansado. También es importante hacer ejercicio (al menos una hora al día). La terapia cognitivo-conductual (TCC) y la terapia dialéctica-conductual (TDC) también pueden ayudar.
Haz una lista de habilidades de afrontamiento. Se trata de formas de ayudar a tu hijo a sentirse mejor en los momentos de estrés sin hacerse daño a sí mismo ni a los demás. Algunas habilidades funcionan mejor en público y otras en casa. Estas son algunas cosas que pueden probar:
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Respiración profunda
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Hacer ejercicio
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Música
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Diario
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Dibujo
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Hablar con un padre o un amigo
Haz lo posible por cuidar también tu salud emocional. Es más fácil apoyar a tu hijo cuando estás bien. Intenta hacer una lista de habilidades de afrontamiento. Pide ayuda a tus amigos y familiares cuando la necesites.
También puedes considerar la posibilidad de unirte a un grupo de apoyo o a un programa de formación para padres. Busque en Internet para ver qué hay cerca de usted.