Errores oculares que puedes estar cometiendo

Es posible que te estés haciendo daño en los ojos y ni siquiera lo sepas. Averigua con ayuda de esta presentación de médicos si lo estás haciendo y qué puedes hacer para evitarlo.

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Es fácil darlos por sentado, pero tu visión es demasiado importante para eso. Puede que sea el momento de echar un vistazo más de cerca a tus rutinas de cuidado de los ojos para ver si estás haciendo más daño que bien.

No se somete a exámenes oculares anuales

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Es una buena idea visitar a tu oftalmólogo cada año para asegurarte de que todo va bien, especialmente cuando tienes más de 40 años. El oftalmólogo comprobará su capacidad de visión y le pondrá gotas para dilatar o ensanchar las pupilas con el fin de detectar problemas graves como el glaucoma, la diabetes o la degeneración macular.

La frecuencia con la que le pondrán las gotas dependerá de aspectos como su:

  • Edad

  • Salud general

  • Historial médico familiar

Ignoras los ojos irritados

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Los ojos rojos y llorosos que pican o arden pueden ser un signo revelador de alergias. Pero puedes tener una infección si también:

  • Duele

  • Sentirse arenoso

  • Son sensibles a la luz

  • Tienen una secreción espesa o similar a un moco

  • Tiene visión borrosa que es nueva y no mejora

Es importante que acudas a tu oftalmólogo de inmediato si notas alguno de estos síntomas. Una infección no tratada puede dañar tus ojos. También puede contagiar a las personas de su entorno.

No te haces revisar las lesiones oculares

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Aunque no parezca gran cosa, acude al oftalmólogo lo antes posible si te ocurre algo en los ojos. Es especialmente importante si usted:

  • Tiene problemas de visión

  • Sentir dolor o molestias en el ojo o alrededor de él

  • No puede abrir el ojo

  • Ver sangre en el blanco del ojo

  • No puede mover un ojo tan bien como el otro

  • Notar que una pupila es más grande o tiene una forma diferente a la del otro

Te olvidas de llevar gafas de sol

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Las "gafas" protegen tus ojos de los rayos ultravioleta (UV) del sol. Estos rayos pueden aumentar las probabilidades de tener cataratas a una edad avanzada, degeneración macular o una enfermedad llamada pterigión (cuando el tejido crece sobre la parte blanca del ojo). Busque gafas de sol que bloqueen al menos el 99% de los rayos UVA y UVB.

Te frotas los ojos

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Esto puede irritarlos y dañar los vasos sanguíneos. También puede empeorar lo que sea que te esté molestando. Tus manos recogen constantemente gérmenes que no tienen por qué estar cerca de tus ojos. Asegúrate de tener las manos limpias si tienes que tocarte los ojos.

Pasas demasiado tiempo frente a las pantallas

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Acercarse al ordenador, a la tableta o incluso al smartphone hace trabajar los músculos de los ojos. Los periodos prolongados de pantalla pueden cansar los ojos y provocar dolores de cabeza. La regla 20-20-20 es una forma sencilla de evitarlo: Mira algo a 6 metros de distancia durante 20 segundos cada 20 minutos. Y parpadea a menudo para mantener los ojos húmedos. En la oficina, la protección antideslumbrante de la pantalla del ordenador también puede ayudar.

Te saltas el cuidado de las lentes de contacto

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Para mantener tus ojos sanos, limpia tus lentes de contacto con la solución que te recomiende tu médico -nunca con agua o saliva- y guárdalos en un estuche adecuado. (Cambia el estuche cada 3 meses.) También es muy importante que te las quites antes de acostarte. Si usas unos desechables, cámbialos según las recomendaciones de tu médico.

Te duchas con las lentillas puestas

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Una ducha caliente puede sentar muy bien, pero no es buena para tus lentes de contacto. Pueden mezclarse con los gérmenes del agua, y eso puede provocar... una infección. Para evitar problemas, quítate las lentillas antes de meterte en la ducha. O si tienes lentillas desechables diarias, asegúrate de tirarlas después o al final del día.

Te dejas el maquillaje puesto

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Las partículas sobrantes de la máscara de pestañas, el delineador o la sombra de ojos pueden caer en tus ojos y provocar una infección. Es importante desmaquillarse por completo todas las noches. Si los ojos se enrojecen y empiezan a doler, acude al médico de inmediato.

No usas gafas de seguridad

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La protección adecuada es fundamental para evitar lesiones oculares cuando trabajas en casa o haces deporte. Dependiendo de lo que estés haciendo, puedes necesitar:

  • Gafas de seguridad

  • Un escudo de seguridad

  • Protectores oculares

Antes de empezar una nueva actividad, haz un poco de tarea para asegurarte de que cubres todas las bases para mantener tus ojos seguros.

No conoces tu historia familiar

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Es importante que tu médico sepa si hay alguna afección ocular en tu familia. De esta forma, le examinará regularmente y empezará el tratamiento de inmediato si aparece algún problema. Por ejemplo, los investigadores creen que dos de las causas más comunes de ceguera -el glaucoma y la degeneración macular- podrían estar relacionadas con tus genes.

No llevas las gafas

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Tu visión cambia con el tiempo. Estar al tanto de esos cambios es clave para mantener tus ojos sanos. Asegúrate de que tu prescripción está al día, o pide un poco de ayuda con la letra pequeña si lo necesitas. Los lectores pueden ser difíciles de mantener, pero pueden ayudar a que tus ojos funcionen mejor a medida que envejeces.

Fumas

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Esto puede ser tan malo para tus ojos como para el resto de tu cuerpo. Puede hacerte más propenso a:

  • Padecer cataratas

  • Dañar el nervio óptico

  • Tener una degeneración macular

Todo eso puede llevar a la pérdida de la visión.

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