Tipos de convulsiones y sus síntomas

Descubre más sobre los diferentes tipos de convulsiones y los síntomas que provocan.

La epilepsia, un trastorno cerebral que se produce cuando ciertas células nerviosas del cerebro fallan, es la causa más común de las convulsiones. Pueden afectar a tu comportamiento o a la forma de ver las cosas que te rodean durante un breve periodo de tiempo.

Pero la epilepsia no es la única causa de los ataques. También puedes tener una convulsión por:

  • Fiebre alta, a menudo por una infección como la meningitis

  • No dormir lo suficiente

  • Nivel bajo de sodio en sangre (hiponatremia), que puede obtenerse al tomar diuréticos (píldoras de agua)

  • Tomar ciertos medicamentos, como algunos analgésicos, antidepresivos o medicamentos para dejar de fumar

  • Sangrado en el cerebro por una lesión en la cabeza

  • Accidente cerebrovascular

  • Tumor cerebral

  • Anfetaminas o cocaína

  • Abuso de alcohol, en momentos de abstinencia o de intoxicación extrema

  • Infección por COVID-19

Hay alrededor de una docena de tipos de epilepsia, y el tipo que usted tenga influye en el tipo de convulsión que pueda tener.

Hay dos tipos principales de convulsiones:

Convulsiones focales: Se inician en una parte concreta del cerebro, y su nombre se basa en la parte en la que se producen. Pueden causar efectos físicos y emocionales y hacerle sentir, ver u oír cosas que no existen. Aproximadamente el 60% de las personas con epilepsia tienen este tipo de convulsiones, que a veces se denominan convulsiones parciales. A veces, los síntomas de una convulsión focal pueden confundirse con signos de enfermedad mental u otro tipo de trastorno nervioso.

Convulsiones generalizadas: Se producen cuando las células nerviosas de ambos lados del cerebro fallan. Pueden provocar espasmos musculares, desmayos o caídas.

Las convulsiones no siempre son una cosa o la otra: algunas personas tienen convulsiones que comienzan como un tipo, y luego se convierten en otro. Y algunas no son fáciles de clasificar: Se denominan convulsiones de inicio desconocido y pueden provocar síntomas sensoriales y físicos.

Convulsiones generalizadas

Hay seis tipos de convulsiones generalizadas:

Convulsiones tónico-clónicas (o de gran mal): Son las más notables. Cuando se sufre este tipo, el cuerpo se pone rígido, se sacude y se pierde el conocimiento. A veces se pierde el control de la vejiga o los intestinos. Suelen durar de 1 a 3 minutos; si se prolongan más, hay que llamar al 911. Pueden provocar problemas respiratorios o hacer que te muerdas la lengua o la mejilla.

Convulsiones clónicas: Tus músculos tienen espasmos, que suelen hacer que los músculos de la cara, el cuello y los brazos se sacudan rítmicamente. Pueden durar varios minutos.

Crisis tónicas: Los músculos de los brazos, las piernas o el tronco se tensan. Suelen durar menos de 20 segundos y a menudo se producen cuando se duerme. Pero si está de pie en ese momento, puede perder el equilibrio y caerse. Son más frecuentes en las personas que padecen un tipo de epilepsia conocido como síndrome de Lennox-Gastaut, aunque las personas con otros tipos de epilepsia también pueden sufrirlas.

Convulsiones atónicas: Los músculos se debilitan de repente y la cabeza puede inclinarse hacia delante. Si sostienes algo, puede que se te caiga, y si estás de pie, puede que te caigas. Suelen durar menos de 15 segundos, pero algunas personas tienen varios seguidos. Debido al riesgo de caída, las personas que tienden a tener crisis atónicas pueden necesitar llevar algo como un casco para proteger la cabeza.

Las personas que padecen el síndrome de Lennox-Gastaut y otro tipo de epilepsia denominada síndrome de Dravet son más propensas a sufrir este tipo de convulsiones.

Crisis mioclónicas: Los músculos se sacuden repentinamente como si recibieran una descarga eléctrica. Pueden comenzar en la misma parte del cerebro que una crisis atónica, y algunas personas tienen tanto crisis mioclónicas como atónicas.

Crisis de ausencia (o petit mal): Pareces desconectado de los demás y no respondes a ellos. Puede tener la mirada perdida y los ojos en blanco. Suelen durar sólo unos segundos y es posible que no recuerdes haberlas tenido. Son más frecuentes en niños menores de 14 años.

Convulsiones focales

Los médicos las dividen en tres grupos:

Convulsiones focales simples: Cambian la forma en que tus sentidos leen el mundo que te rodea: Pueden hacer que huelas o saborees algo extraño, y pueden hacer que tus dedos, brazos o piernas se muevan. También puede ver destellos de luz o sentirse mareado. No es probable que pierdas el conocimiento, pero puedes sentir sudoración o náuseas.

Convulsiones focales complejas: Suelen producirse en la parte del cerebro que controla las emociones y la memoria. Puede perder el conocimiento pero parecer que está despierto, o puede hacer cosas como tener arcadas, chasquear los labios, reírse o llorar. Una persona que sufre una crisis focal compleja puede tardar varios minutos en salir de ella.

Convulsiones secundarias generalizadas: Comienzan en una parte del cerebro y se extienden a las células nerviosas de ambos lados. Pueden causar algunos de los mismos síntomas físicos que una crisis generalizada, como convulsiones o flojedad muscular.

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