Conozca los tratamientos que puede recibir su hijo para las crisis de inicio focal, que antes se llamaban crisis parciales.
El mejor tratamiento depende de la causa de las convulsiones, de cómo afecten al niño y de su edad y estado de salud general. Y, como siempre, hay que pensar en los posibles efectos secundarios.
Por eso es importante contar con un médico de confianza. Al hablar de las opciones, asegúrate de plantear tus preocupaciones y hacer preguntas sobre cualquier cosa de la que no estés seguro.
¿Cuándo empieza el tratamiento?
Para la mitad de los niños que tienen una convulsión, es algo único. No volverán a tener otra. Si hay una causa clara, como una lesión en la cabeza, un nivel bajo de azúcar en la sangre o una infección, el niño recibe tratamiento para esa condición. La convulsión en sí era sólo un síntoma.
Si no hay una causa clara para una primera convulsión, es probable que se adopte un enfoque de esperar y ver, a menos que:
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Los resultados de un electroencefalograma, una prueba que mide la actividad cerebral, parezcan fuera de lugar.
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La convulsión duró 15 minutos o más.
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Su hijo tiene una mayor probabilidad de tener convulsiones.
Normalmente es con una segunda convulsión cuando se empieza con los tratamientos comunes de la epilepsia.
Medicamento
Los medicamentos contra la epilepsia son casi siempre el punto de partida, y con razón. Puede costar un poco de ensayo y error, pero suelen funcionar para la mayoría de los niños.
Tu hijo recibirá un medicamento que deberá tomar todos los días y que le ayudará a mantener las convulsiones bajo control. Algunos niños pueden necesitar también lo que se llama tratamiento de rescate, que se utiliza sobre todo en casos de emergencia.
Los hay de muchas formas, como pastillas, jarabes y aerosoles. La clave con cualquiera de ellos es respetar la dosis y el horario que establezca el médico. Su hijo puede necesitar análisis de sangre y electroencefalogramas periódicos para asegurarse de que el medicamento funciona como se espera.
Los efectos secundarios pueden incluir sarpullidos, tener más vello corporal de lo normal y cambios de peso. También pueden causar problemas más graves, como problemas hepáticos u óseos. Si esto ocurre, se pasa a otro medicamento.
Aproximadamente 1 de cada 4 niños deja de tener convulsiones de inicio focal cuando crece. Por eso, si tu hijo pasa 2 años sin tener una, el médico puede sugerir que se reduzca lentamente la dosis y luego se deje de tomar por completo.
Dieta cetogénica
Si los fármacos no funcionan o los efectos secundarios son demasiado, el médico puede sugerir esta dieta rica en grasas y baja en carbohidratos. Se centra en alimentos como el queso, la mantequilla y los aceites en lugar del pan, la fruta y la pasta. Los médicos no saben por qué funciona, pero cuando tiene éxito, puede detener las convulsiones por completo.
Es una dieta estricta y complicada. Para ver si puede funcionar, tu hijo tiene que seguirla muy de cerca. Empezarán la dieta en el hospital durante una estancia de varios días. Ambos aprenderán qué alimentos deben comer y en qué cantidad.
Normalmente, los niños siguen la dieta durante dos años, aunque algunos lo hacen durante mucho más tiempo. Ten en cuenta que, aunque parezca un enfoque más natural, puede tener efectos secundarios y no siempre funciona.
Cirugía
Es raro que se opere a un niño, y no suele ser la primera opción de tratamiento, pero es una opción si:
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Los médicos pueden localizar en qué parte del cerebro se producen las convulsiones, y la operación no dañará esa zona.
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Los medicamentos no han funcionado.
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Es probable que las convulsiones no mejoren con la edad.
También es necesaria cuando el problema es un tumor cerebral.
El objetivo de la cirugía es sacar o desconectar la parte del cerebro que provoca las convulsiones. Es compleja, pero se ha vuelto mucho más común a medida que las imágenes y los electroencefalogramas han mejorado. Ahora los médicos pueden localizar la parte exacta del cerebro que provoca los problemas.
Como el cerebro no siente el dolor, su hijo puede estar despierto durante el mismo. Esto permite a los médicos hacer que su hijo realice tareas sencillas para asegurarse de que está en el camino correcto.
Estimulación del nervio vago (VNS)
Este tratamiento es más común en niños mayores de 12 años que tienen convulsiones de inicio focal que la medicina no puede controlar. El nervio vago comienza en el cerebro y recorre todo el cuerpo. Interviene en todo, desde la deglución hasta el funcionamiento de los pulmones.
La idea de la ENV es controlar las crisis enviando pequeñas señales eléctricas al cerebro a través del nervio vago. Su hijo es operado para colocarle un pequeño dispositivo con pilas en el pecho. Está programado para enviar señales cada pocos minutos.
Su hijo también recibirá un imán que actúa como interruptor para encender el dispositivo. Si su hijo siente que se aproxima una convulsión, puede mantenerlo sobre el dispositivo para que las señales pulsen. Esto puede detener la convulsión o al menos acortarla.
Los efectos secundarios pueden incluir cambios en la voz, así como dolor o ronquera en la garganta. Además, la batería dura unos 6 años. Después de eso, su hijo necesitaría otra cirugía para reemplazarla.