¿Cuándo debe dejar que su hijo preadolescente se quede solo en casa o que haga de canguro? el médico ofrece pautas para decidir cuándo está preparado.
Confiar a tus hijos tu casa y todo su contenido es suficiente para hacer reflexionar a cualquier padre, especialmente durante ese periodo gris entre los 9 y los 12 años en el que ya no son bebés, pero tampoco adolescentes de pleno derecho (de ahí el término "tweens").
Tu preocupación está justificada, pero dejar a los preadolescentes solos en casa o permitirles que cuiden de sus hermanos menores también tiene sus ventajas. En primer lugar, se fomenta el sentido de la responsabilidad. Y, en segundo lugar, puede salir a comer tranquilamente y sin niños con su pareja.
Entonces, ¿cómo saber a qué edad está bien dejar a tu hijo preadolescente solo en casa? ¿Y cuándo son sus hijos lo suficientemente mayores como para empezar a hacer de canguro? Los expertos dicen que las respuestas a estas preguntas dependen de la madurez de su hijo y de su situación.
He aquí algunos factores que debe considerar antes de entregar la casa -y a sus otros hijos- a su preadolescente.
Comprobación de la madurez
La mayoría de los estados no tienen leyes que estipulen la edad que debe tener un niño para quedarse solo en casa. Así que la decisión se deja al criterio de los padres. Para la mayoría de los padres es bastante obvio que un niño de 5 años es demasiado pequeño para quedarse solo en casa. ¿Pero qué pasa con un niño de 11 o 12 años?
La mayoría de los expertos afirman que, a los 10 u 11 años, no hay problema en dejar a un niño solo durante breves periodos de tiempo (menos de una hora) durante el día, siempre que no esté asustado y creas que es lo suficientemente maduro como para manejarlo. Pero es mejor esperar uno o dos años más antes de dejarlo solo por la noche.
Ten en cuenta estos factores a la hora de tomar la decisión de dejar a tu hijo solo en casa:
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Vive en un barrio rural o residencial tranquilo?
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Tiene la zona un bajo índice de criminalidad?
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Tiene un sistema de alarma? Sabe su hijo preadolescente cómo manejarlo?
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Puede su hijo entender y seguir reglas básicas, como cerrar la puerta con llave después de entrar y no abrirla a los extraños?
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Ha mostrado su hijo buen juicio en situaciones anteriores?
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Tiene amigos, familiares o vecinos que puedan llegar a su casa rápidamente en caso de emergencia?
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Ha dado su hijo preadolescente muestras de responsabilidad en el pasado? Algunos ejemplos son terminar los deberes a tiempo sin que se lo pidan y hacer las tareas de la casa.
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Se siente tu preadolescente cómodo con la idea de quedarse solo en casa?
Reglas de la casa
Si ha respondido afirmativamente a la mayoría o a todas estas preguntas, es posible que su hijo preadolescente esté preparado para quedarse solo en casa. Antes de salir por primera vez, establezca algunas reglas básicas de la casa que abarquen diferentes situaciones:
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Qué hacer si suena el timbre de la puerta
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Qué hacer si suena el teléfono
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Límites de tiempo para ver la televisión o jugar al ordenador o a los videojuegos, y una lista de programas y juegos aprobados
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Cómo preparar a tu preadolescente para hacer de canguro
Algunos niños tienen la madurez necesaria para empezar a hacer de canguro a partir de los 12 o 13 años. A otros les conviene esperar hasta que sean adolescentes mayores.
Antes de dejar que su hijo preadolescente haga de canguro, exija las mismas cualificaciones que exigiría a cualquier canguro que esté pensando en contratar. Cualquier posible canguro tiene que ser:
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Responsable
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Maduro
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Capaz de tomar buenas decisiones
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Capaz de seguir las reglas
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Se siente cómodo manejando la autoridad sin abusar de ella
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Capaz de manejar con calma cualquier emergencia u otros problemas que surjan
Los preadolescentes pueden aprender algunas de estas habilidades, junto con los primeros auxilios y la reanimación cardiopulmonar, tomando una clase de cuidado de niños. Consulte con la sección local de la Cruz Roja Americana o con la YMCA para ver si hay clases de cuidado de niños en su zona.
Considere la posibilidad de que el preadolescente sea un ayudante de la madre o del padre. Esto le permitirá supervisar mientras el preadolescente aprende a cuidar del niño.
Cómo preparar su casa para su hijo preadolescente
Prepare su casa lo mejor posible para los preadolescentes, de modo que no tenga que preocuparse tanto por dejar a su hijo solo o a cargo de un hermano menor cuando usted salga.
Por ejemplo, haga una lista de números de teléfono de emergencia que incluya:
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Tu teléfono móvil
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Miembros de la familia que viven cerca
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Vecinos
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Su pediatra
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El control de venenos
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La policía local y los bomberos
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El botón de pánico del sistema de alarma
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911 (Parece una obviedad, pero un niño con pánico puede olvidar esos tres números).
Otras sugerencias son:
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Discutir qué hacer en caso de emergencia, como un incendio, un corte de energía o un clima severo.
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Mantenga un botiquín de primeros auxilios con vendas, desinfectante para heridas y otros suministros, y enseñe a su hijo a utilizarlo.
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Compruebe que todos los detectores de humo y los teléfonos de su casa funcionan.
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Deje las linternas y los extintores en lugares fáciles de encontrar. Enseñe a su hijo preadolescente cuándo y cómo utilizar el extintor.
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Abastezca el frigorífico con suficientes alimentos y tentempiés saludables para que su hijo pueda aguantar hasta que usted regrese. Los alimentos que no se calientan son más fáciles de preparar. Si es necesario cocinar algo, enséñele a su hijo a utilizar el microondas, la cocina y otros aparatos necesarios.
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Asegúrate de haber configurado los filtros parentales en la televisión y el ordenador.
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Esconda todo lo que no quiera que acabe en manos de su hijo. Eso incluye medicamentos recetados, alcohol, armas, tabaco y encendedores.
Una prueba de fuego
Antes de dejar que su hijo preadolescente se quede solo en casa o haga de canguro, hable o represente varios escenarios diferentes, como:
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"Un desconocido está llamando al timbre. Qué hay que hacer?"
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"La alarma de incendios está sonando. Qué hay que hacer?"
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"Se corta la luz. Qué se hace?"
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"Tu hermana tiene una rabieta. Qué haces?"
Haz que tu primera salida sea corta: entre 30 minutos y una hora. Cuando regrese, repase con su hijo cómo fueron las cosas en casa. Hable de cualquier problema o preocupación que haya surgido. Si el ensayo ha ido bien, aumente gradualmente el tiempo de ausencia.
Siempre que esté fuera, asegúrese de estar fácilmente accesible en su teléfono móvil. Si sientes la necesidad de comprobarlo, mantén las llamadas o los mensajes al mínimo para mostrar confianza en tu hijo y para que puedas disfrutar de tu tiempo fuera.