Eczema en las manos

Las manos y los pies son especialmente vulnerables a los factores desencadenantes del eczema, como el aire seco del invierno o el calor del verano. El médico le da consejos para evitar que el eczema aparezca.

Síntomas del eczema de manos

El eczema provoca picor en la piel, que es de color rojo o marrón oscuro. Cuando está en las manos, también puedes notar:

  • Dolor

  • Ardor

  • Resequedad, descamación y desprendimiento.

  • Hinchazón

  • Grietas

  • Ampollas

  • Pus o costras

  • Sangrado

Tipos comunes de eczema en las manos

Algunos tipos de eczema pueden afectar a tus manos, dependiendo de la causa:

  • La dermatitis de contacto irritante (o eczema irritante) se produce cuando entras en contacto con algo que te irrita la piel, como el polvo o los productos químicos. Incluso puede aparecer después de lavarse mucho las manos. Estas cosas pueden causar problemas con la barrera protectora de tu piel, lo que lleva al eczema.

  • La dermatitis alérgica de contacto (o eczema alérgico) está causada por una reacción alérgica a algo que te rodea. Las causas más comunes son el níquel, las fragancias, el caucho y ciertas plantas.

  • La dermatitis dishidrótica (o eczema pompholyx) provoca ampollas acuosas que pican, normalmente en las palmas de las manos y en los laterales de los dedos. Puedes tenerlo junto con otro tipo de eczema en otro lugar del cuerpo. Puede aparecer en ciclos y es más frecuente antes de los 40 años. Los médicos no están seguros de cuál es la causa. Pero cosas como los metales, las alergias, el estrés, el calor y el sudor pueden empeorarla.

Consejos de estilo de vida para el eczema de manos

Encuentre... la causa.

Pregunta a tu médico si puede hacer una prueba de parche para saber qué puede estar desencadenando tus síntomas. También puede ayudarte a averiguar si hay algo en tu vida cotidiana, como en el trabajo, que empeora las cosas y qué podrías hacer de forma diferente.

Reduzca el número de lavados de manos.

Lávate las manos sólo cuando estén sucias o tengan gérmenes, como después de ir al baño. Cada vez que te lavas, eliminas parte de los aceites nutritivos que produce tu piel.

Además, sé exigente a la hora de elegir los jabones porque algunos tienen sustancias químicas fuertes. Busca productos que no utilicen la palabra jabón, sino que digan barras limpiadoras suaves o limpiadores sin lípidos. Son más suaves para las pieles sensibles.

Antes de enjabonarte, quítate los anillos. Pueden atrapar sustancias irritantes junto a la piel. Enjuágate las manos con agua tibia, sécalas con palmaditas e hidrátalas antes de volver a ponerte los anillos.

Asegúrate de secarte con cuidado entre los dedos y debajo de los anillos, donde pueden quedar restos de jabón y es más probable que la piel se reseque o agriete.

Mantente seco.

También puedes lavarte las manos sin agua: Frota tu limpiador habitual entre las manos secas y retíralo con una toalla suave.

Intenta evitar los desinfectantes de manos y los limpiadores sin agua con ingredientes irritantes como el alcohol o los disolventes.

Ama los guantes... durante un tiempo.

Utiliza guantes protectores forrados de algodón cuando realices tareas domésticas o utilices productos de limpieza y químicos. Los guantes de látex pueden provocar reacciones alérgicas, así que es mejor evitarlos. Pero no lleves guantes impermeables durante mucho tiempo. Pueden hacer que te suden las manos y provocar un brote de eczema con picor.

Usa guantes desechables cuando manipules alimentos como cítricos, tomates, cebollas, chiles, ajos, pimientos o carne.

Controla las grietas de tus manos.

Si un brote hace que la piel de tus manos se agriete y sangre, prueba la técnica de remojar y untar.

  • Sumerge las manos en agua tibia de 5 a 10 minutos y luego sécalas con palmaditas.

  • Aplícate una pomada a base de petróleo en todas las manos y ponte guantes de algodón. Las pomadas a base de glicerina también ayudan a curar la piel seca y agrietada.

  • Usa los guantes durante al menos 30 minutos.

Haga esto dos veces al día. Si es difícil hacerlo en el trabajo, asegúrate de hidratarte a menudo.

Reduce la potencia de la ducha.

Una ducha larga y caliente puede parecer tu idea del cielo, pero es cualquier cosa menos el paraíso para tu piel. En su lugar, toma duchas cortas y tibias cada día o cada dos días para ayudar a prevenir la sequedad de la piel. Utiliza limpiadores suaves y sin jabón o jabones corporales que contengan humectantes.

Después de la ducha, sécate la piel con palmaditas en lugar de frotarla. Aplícate una crema hidratante rica mientras estés ligeramente húmeda. Busca limpiadores y cremas hidratantes sin perfume. Los ingredientes que dan olor a los productos pueden desencadenar brotes de eczema.

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