Después de años de lidiar con problemas de piel no diagnosticados, Tia Mowry finalmente descubrió que tenía eczema.
Sorprendentemente, fue el ginecólogo de Mowry quien la ayudó a darse cuenta de que tenía eczema. Tras consultar a su ginecólogo sobre su endometriosis durante un brote de eczema, le dijo que la causa era un eczema y la remitió a un dermatólogo. Tras el diagnóstico, Mowry acudió a un alergólogo, que recomienda a las personas con eczema. El alergólogo le mostró a qué era alérgica que podía desencadenar la inflamación y el eczema. Una vez que tuvo el diagnóstico y las pruebas de alergia, Mowry pudo identificar sus desencadenantes, como el estrés y ciertos alimentos, para poder evitarlos...
Para Mowry, el alcohol es un desencadenante, por lo que lo evita. El queso también es un desencadenante para Mowry, lo que ha sido difícil para ella. Le encanta el queso, pero comerlo en exceso puede provocarle un brote de eczema. Mowry se las arregla buscando alternativas igual de deliciosas. Dice que el eczema la ha hecho más consciente de lo que come y pone en su cuerpo.
Mowry está convencida de la importancia de la representación de los negros. Además de su lucha contra el eczema, Mowry siempre ha tenido dificultades para aceptar su pelo natural. Con la llegada de las redes sociales, Mowry ha visto tantas representaciones positivas del pelo rizado natural de los negros que ha aprendido a aceptar el suyo propio. Mowry espera poder aportar el mismo tipo de representación a las personas negras con eczema. Le gustaría salvar a otros de los años de dolorosa lucha que ella sufrió.