El picor de un brote grave de eczema puede mantenerte despierto por la noche. Consejos para el baño, la hidratación y la higiene del sueño, y cómo puede ayudar el entorno de tu habitación.
Para empeorar las cosas, una noche inquieta puede empeorar los síntomas del eczema, lo que conduce a un desafortunado ciclo de mal sueño y brotes de eczema. Pero hay una serie de cosas que puedes hacer, algunas por tu cuenta y otras junto con tu médico, que pueden ayudarte a mejorar tu sueño, incluso durante un brote de eczema. Si eres padre de un bebé o un niño con eczema, es posible que tengas que hacer algunas de estas cosas por él. Hable con el médico de su hijo para saber qué es lo mejor.
Es una buena idea empezar por identificar lo que puede desencadenar un brote de eczema. Llevar un diario de la dieta, el sueño y la actividad puede ayudar a ello. Tú y tu médico podéis elaborar un plan de tratamiento para controlar esos factores desencadenantes.
A continuación, puedes empezar a controlar la enfermedad para dormir lo mejor posible. Puede empezar con algunos de estos consejos para dormir en caso de eczema grave.
Limpiar e hidratar
Intenta planificar tu baño e hidratación para justo antes de acostarte, especialmente si tu eczema tiende a empeorar por la noche. Algunos médicos llaman a esto el método de remojar y sellar. Te bañas brevemente con agua tibia y luego sellas la humedad con crema hidratante. El truco está en los detalles:
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Limpiador: Utiliza un limpiador suave (no jabón) sin colorantes ni perfumes para limpiar la piel. No frote. Pregunta a tu médico o farmacéutico si no estás seguro de que el limpiador sea adecuado para tu eczema.
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Tiempo: El contacto prolongado con el agua puede resecar tu piel, así que limita el tiempo de baño a 5-10 minutos.
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Temperatura: El agua caliente puede resecar tu piel; intenta mantener la temperatura tibia o más fría.
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Secado: Procura dar palmaditas en lugar de frotarte con una toalla. Deja la piel ligeramente húmeda.
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Medicación: Aplica cualquier medicación tópica prescrita en las zonas de tu piel justo después del secado.
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Hidratación: Es importante ponérsela rápidamente. Extiéndela por todo el cuerpo antes de que pasen 3 minutos desde que te secas. Busca una crema hidratante con alto contenido en aceite. Su médico o farmacéutico puede sugerirle alguna. En la medida de lo posible, hidrátate siempre que tu piel entre en contacto con el agua, como después de lavarte las manos.
Cree el entorno de sueño adecuado
Empieza con esta regla general: las superficies duras, como los suelos de madera, son mejores que las blandas. Esto se debe a que las superficies más blandas, como las alfombras y las cortinas, son más propensas a retener alérgenos que podrían desencadenar un brote de eczema. En el caso de las ventanas, esto podría significar persianas de madera o metal en lugar de cortinas.
Si es posible, mantén la sencillez. Cuantas menos cosas haya (chucherías, pilas de libros, armarios, sofás, escritorios), menos oportunidades habrá de que se asienten el polvo y otros alérgenos. Para los armarios y otros lugares de almacenamiento, busque muebles como armarios y alacenas que pueda cerrar.
Además, ayuda a mantener el dormitorio tranquilo, oscuro y fresco. Alrededor de 65 F parece ser lo mejor para dormir.
Consigue la cama y las sábanas adecuadas
A medida que tu colchón envejece, se desgasta y absorbe montones de líquidos de tu cuerpo junto con millones de células muertas de la piel. Con el paso de los años, se convierte en un lugar acogedor para los ácaros del polvo. Por eso es buena idea planificar un nuevo colchón cada 7 años aproximadamente.
Evita los colchones de espuma que se amoldan a tu forma. Pueden reducir la circulación del aire, calentarte y provocar un brote. Si un niño con eczema tiene una litera, intenta darle la litera superior para que no le caiga polvo del colchón superior.
El relleno de plumas naturales de las almohadas o edredones también puede provocar brotes. Busca rellenos sintéticos que no sean alergénicos (algunos fabricantes dan información al respecto en sus envases y páginas web).
En general, el camino más seguro es la ropa de cama 100% de algodón. Absorbe la humedad y puedes lavarla con agua caliente para eliminar el polvo, los excrementos de los ácaros, la suciedad, el sudor, la piel muerta, el polen y otros posibles alérgenos.
Mantener un dormitorio limpio
Esto significa una limpieza regular. Comienza con una limpieza profunda de tu dormitorio. Busque superficies blandas como cortinas, cojines, edredones y sábanas. Estos deben ser lavados o limpiados en seco.
Cuando vea polvo, especialmente en superficies duras como ventanas y marcos de puertas, puede ser mejor quitarlo con un paño húmedo en lugar de espolvorearlo en seco, donde puede causar más irritación.
No olvide prestar atención a las lámparas, persianas, escritorios, molduras, zócalos y suelos. Incluso los techos y las paredes pueden beneficiarse de una limpieza. Asegúrate de mantener limpia cualquier alfombra de la habitación y considera una superficie dura como la madera para los suelos cuando sea posible.
Practique una buena higiene del sueño
Unos buenos hábitos antes de acostarse pueden ayudar mucho a conciliar el sueño y a mantenerlo. Cada persona es diferente, pero hay algunas cosas que los médicos pueden indicarle para ayudarle a dormir mejor. Estas incluyen:
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Intente no comer demasiados alimentos pesados cerca de la hora de acostarse.
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Evite el alcohol y la cafeína a última hora del día.
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Desenchufa los aparatos electrónicos, como el teléfono y el ordenador, al menos una hora antes de acostarte.
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Inicie una rutina tranquila antes de acostarse: báñese, estírese, lea, medite, relájese, desconecte.
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Acuéstate y levántate a la misma hora todos los días.
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Sal a la luz del sol a primera hora del día (la luz del sol ayuda a establecer tus patrones de sueño). Pero asegúrate de proteger tu piel del sol durante todo el año.
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Haz ejercicio, pero no demasiado cerca de la hora de acostarte, porque eso puede interrumpir tu sueño.
Escuche a su médico
Es importante cumplir con el plan de tratamiento que se ha establecido con el médico. Eso puede incluir:
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Un horario para el baño y la hidratación: Podría ayudar bañarse e hidratarse más cerca de la hora de acostarse. (Ver arriba para más detalles).
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Medicamentos tópicos para controlar los brotes de eczema: Estos podrían incluir cremas con corticosteroides, inhibidores de la calcineurina y otros.
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Fármacos orales: Los medicamentos en forma de píldora, como la azatioprina (Azasan, Imuran), la ciclosporina (Gengraf, Neoral, Sandimmune) o el metotrexato (Rheumatrex, Trexall) pueden ayudar a controlar la inflamación grave. Los médicos también pueden sugerir corticosteroides como la prednisona, pero generalmente sólo durante períodos cortos debido a la posibilidad de efectos secundarios graves.
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Fármacos para la infección: Dado que la piel seca, partida y arañada suele infectarse, el médico puede recetar una crema antibiótica o fármacos para tratar la infección.
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Anticuerpos monoclonales: Los médicos utilizan a veces un medicamento biológico inyectable relativamente nuevo llamado dupilumab (Dupixent) para los casos más graves de eczema.
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Sedación suave, como los antihistamínicos, para ayudar a dormir: Esto podría ser especialmente útil para los niños.