Anatomía de una infección de oído

médico te lleva a un recorrido visual por el oído, ayudándote a entender las causas de las infecciones de oído infantiles y cómo se diagnostican y tratan.

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No es tu imaginación. Los niños pueden sufrir muchas infecciones de oído. De hecho, 5 de cada 6 niños tendrán al menos una antes de su tercer cumpleaños. ¿Por qué? Su sistema inmunitario es inmaduro y sus pequeños oídos no drenan tan bien como los de los adultos.

Oído de nadador

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Se trata de una infección en el oído externo que suele producirse cuando el oído permanece húmedo el tiempo suficiente para que se reproduzcan los gérmenes. Pero incluso si tu hijo no ha estado nadando, un rasguño con algo como un bastoncillo de algodón (o ¿quién sabe qué se mete ahí?) puede causar problemas. Ten cuidado si el oído de tu hijo te pica o te duele cuando lo tocas. La respuesta suele ser gotas medicinales y mantener los oídos secos.

Cómo diagnostican los médicos las infecciones de oído

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La única forma de saber con seguridad si tu hijo tiene una es que el médico mire dentro de su oído con una herramienta llamada otoscopio, una pequeña linterna con una lente de aumento. Un tímpano sano (como el que se muestra aquí) tiene un aspecto claro y gris rosado. Uno infectado se ve rojo e hinchado.

Una mirada al interior

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La trompa de Eustaquio es un canal que conecta el oído medio con la garganta. Impide que el líquido y la presión del aire se acumulen dentro de tu oído. Los resfriados, la gripe y las alergias pueden irritarlo y hacer que se hinche.

Líquido en el oído

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Si la trompa de Eustaquio se obstruye, se acumula líquido dentro del oído medio de tu hijo. Esto es el caldo de cultivo perfecto para las bacterias que causan infecciones. El médico puede observar el interior del oído de tu hijo con un otoscopio, que puede soplar una bocanada de aire para hacer vibrar el tímpano. Si no se mueve tanto como debería, es probable que haya líquido en su interior.

Reventar un tímpano

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Si se acumula demasiado líquido o presión dentro del oído medio, el tímpano puede llegar a reventar (como se muestra aquí). Si esto ocurre, es posible que veas que sale líquido amarillo, marrón o blanco del oído de tu hijo. Suena aterrador, pero el tímpano suele curarse solo en un par de semanas. La audición suele volver a la normalidad una vez que el tímpano se cura, a menos que se haya dañado.

Síntomas de la infección de oído

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El principal signo de alarma es el dolor agudo. Tu hijo puede estar más incómodo tumbado, por lo que le puede costar dormir. Otros problemas en los que hay que fijarse:

  • Problemas de audición

  • Fiebre

  • Supuración de líquido por los oídos

  • Mareos

  • Nariz tapada

Síntomas de la infección de oído: Bebés

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Estas infecciones pueden ser furtivas con los bebés o los niños que son demasiado pequeños para decir lo que les duele. Muchas veces empiezan a tirarse de la oreja. Los niños pequeños también pueden ponerse de mal humor, tener problemas para dormir o no comer bien. Los bebés pueden apartar el biberón porque la presión en los oídos hace que les duela tragar.

Atención domiciliaria

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Mientras el sistema inmunitario combate la infección de oído, puedes aliviar cualquier dolor que sienta tu hijo. Un paño caliente en la parte exterior del oído puede ser calmante. Dependiendo de la causa del dolor de oído, el médico puede recomendar gotas para los oídos... Los analgésicos y antifebriles sin receta, como el paracetamol y el ibuprofeno, también son una opción... No... dé aspirina a los niños.

Antibióticos

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Las infecciones de oído suelen desaparecer por sí solas, así que no te sorprendas si tu médico te sugiere un enfoque de "esperar y ver". Cuanto más usamos los antibióticos, menos eficaces son. Esto se debe a que las bacterias aprenden a defenderse de los medicamentos comunes. Los virus también pueden causar infecciones de oído, y los antibióticos sólo funcionan con las bacterias. Tu médico sabrá mejor cuándo utilizarlos.

Complicaciones

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Si las infecciones de oído de tu hijo se repiten, pueden dejar cicatrices en los tímpanos y provocar pérdida de audición, problemas de habla o incluso meningitis. Si tiene muchas, es conveniente que le hagas una prueba de audición por si acaso.

Tubos auditivos

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A los niños que tienen muchas infecciones de oído, los médicos a veces les ponen pequeños tubos a través de los tímpanos. Permiten que el líquido salga del oído medio e impiden que se vuelva a acumular. Esto puede aliviar la presión o el dolor y eliminar los problemas de audición. Los tubos suelen permanecer entre 6 y 9 meses y se caen solos.

Las amígdalas pueden ser la causa

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A veces, las amígdalas de un niño se hinchan tanto que presionan las trompas de Eustaquio que conectan su oído medio con la garganta, lo que provoca infecciones. Si esto sigue ocurriendo, es posible que haya que extirparle las amígdalas.

Consejos para prevenir las infecciones

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La mayor causa de las infecciones del oído medio es el resfriado común, así que evita los virus del resfriado en la medida de lo posible. La mejor manera de frenar los gérmenes es asegurarse de que tu hijo se lava bien las manos y con frecuencia. Además, mantén a tu hijo alejado del humo de segunda mano, haz que se vacune contra la gripe cada año una vez que cumpla 6 meses y amamanta a tu bebé durante al menos 6 meses para reforzar su sistema inmunitario.

Alergias e infecciones de oído

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Al igual que los resfriados, las alergias también pueden irritar la trompa de Eustaquio y provocar infecciones del oído medio. Si no puedes mantener a tu hijo alejado de lo que le molesta, considera la posibilidad de hacerle una prueba de alergia para averiguar sus desencadenantes. Los medicamentos o las vacunas contra la alergia pueden aliviar y detener las infecciones.

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