Prevención de las infecciones de oído: Cómo prevenir las infecciones de oído

Las infecciones de oído pueden parecer difíciles de evitar, sobre todo en los niños, pero se pueden reducir las posibilidades de padecerlas. Averigüe cómo de la mano del médico.

Los adultos también los padecen, pero los niños suelen tenerlos más a menudo porque aún no han desarrollado su sistema inmunitario para combatir los virus y bacterias más comunes.

No siempre se pueden evitar todas las infecciones de oído. Pero puedes saber qué las provoca y tomar medidas para reducir las posibilidades de que tú o un niño a tu cargo las padezcan.

Cómo se producen

Estas infecciones se producen en el oído medio. Es un espacio lleno de aire detrás de tu tímpano. En él se encuentran unos pequeños huesos que vibran y que recogen las ondas sonoras para que puedas oír.

Un resfriado, la gripe o incluso las alergias también pueden provocarlas. Esto se debe a que tienden a causar congestión e hinchazón en las fosas nasales y la garganta. Cuando el líquido se acumula y no drena eficazmente, puede aumentar la posibilidad de una infección de oído.

Riesgos

Las infecciones de oído tienden a producirse más en otoño e invierno porque las infecciones de las vías respiratorias altas, como el resfriado y la gripe, también aumentan en esa época. Los niños de 2 años o menos tienen más infecciones de oído debido al pequeño tamaño y la forma de sus trompas de Eustaquio.

Otras cosas que pueden entrar en juego

Los biberones y los chupetes: Si los niños toman el biberón mientras están tumbados o utilizan un chupete, es más probable que sufran infecciones de oído.

Guarderías: Los niños pueden estar expuestos a más gérmenes en situaciones en las que hay muchos niños.

La calidad del aire: El humo de los cigarrillos y otros tipos de contaminación atmosférica pueden aumentar las posibilidades de que tu hijo contraiga una infección de oído.

Consejos

Estas cosas pueden ayudar a reducir el número de infecciones que puede sufrir tu hijo:

Lactancia materna: Los bebés que toman el pecho durante 12 meses o más suelen tener menos infecciones. Si la lactancia materna no es una opción, alimenta a tu hijo con un biberón en posición vertical y sentada.

Aire fresco: No expongas a tu bebé al humo del tabaco. Intenta evitar también otras formas de contaminación atmosférica, siempre que puedas.

Vacunas: Mantén al día las vacunas de tu hijo.

Deshazte de los chupetes: Si tu bebé usa chupete después de los 12 meses, aumentan las posibilidades de que sufra infecciones de oído. Haz todo lo posible para que tu hijo deje de usarlos.

Lávate: Limpia las manos de tu hijo y las tuyas con frecuencia con agua y jabón. Esto puede reducir la propagación de gérmenes y evitar que tu hijo coja la gripe o un resfriado. Otro consejo, aunque puede ser muy difícil: intenta mantener los objetos sucios lejos de la boca de tu hijo.

Cuándo acudir al médico

Haz esa llamada si a tu hijo le ocurre alguna de estas cosas:

Fiebre: Esté atento a las temperaturas altas. Actúe si:

  • Su hijo es menor de 3 meses y presenta una fiebre de 100,4 F o más

  • Es superior a 104 F para cualquier niño en cualquier momento

  • La fiebre dura más de un día en un niño pequeño menor de 2 años

  • Dura más de 3 días en niños de 2 años o más

Dolor fuerte: A tu hijo le duele mucho y los analgésicos como el paracetamol o el ibuprofeno no le ayudan.

Secreción: Sale pus o sangre del oído de tu hijo.

Adultos

No es tan probable que tengas una infección de oído como un niño. Esto se debe a que las trompas de Eustaquio de los adultos son más grandes. Y la forma de las trompas de los adultos hace que sea menos probable que se obstruyan.

Si te duele o te sale líquido del oído, tienes que ir al médico lo antes posible.

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