El TDAH es el trastorno mental más diagnosticado en los niños. Aprende más sobre los síntomas en niños y adultos, tipos, causas, diagnóstico, pruebas, tratamiento, diferencias entre TDAH y TDA, y perspectivas del TDAH.
El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es un trastorno cerebral que afecta a la forma de prestar atención, quedarse quieto y controlar el comportamiento. Se da en niños y adolescentes y puede continuar en la edad adulta.
El TDAH es el trastorno mental más diagnosticado en los niños. Los niños son más propensos a padecerlo que las niñas. Suele detectarse durante los primeros años escolares, cuando el niño empieza a tener problemas de atención.
El TDAH no puede prevenirse ni curarse. Pero detectarlo a tiempo, además de contar con un buen plan de tratamiento y educación, puede ayudar a un niño o adulto con TDAH a controlar sus síntomas.
Síntomas del TDAH
Síntomas en los niños
Los síntomas se agrupan en tres tipos:
Inatentos. Un niño con TDAH:
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Se distrae con facilidad
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No sigue las instrucciones ni termina las tareas
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No parece estar escuchando
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No presta atención y comete errores por descuido
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Se olvida de las actividades diarias
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Tiene problemas para organizar las tareas diarias
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No le gusta hacer cosas que requieran estar quieto
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A menudo pierde las cosas
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Tiende a soñar despierto
Hiperactivo-impulsivo. Un niño que padece TDAH:
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A menudo se retuerce, se agita o rebota cuando está sentado
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No permanece sentado
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Tiene problemas para jugar en silencio
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Está siempre en movimiento, como corriendo o subiéndose a las cosas. (En los adolescentes y adultos, esto se describe más a menudo como inquietud).
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Habla en exceso
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Está siempre en movimiento, como si fuera impulsado por un motor
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Le cuesta esperar su turno
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Se le escapan las respuestas
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Interrumpe a los demás
Combinado. Implica signos de los otros dos tipos.
Síntomas en los adultos
Los síntomas del TDAH pueden cambiar a medida que la persona envejece. Incluyen:
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Llegar a menudo tarde u olvidar cosas
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Ansiedad
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Baja autoestima
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Problemas en el trabajo
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Problemas para controlar la ira
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Impulsividad
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Abuso de sustancias o adicción
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Problemas para mantenerse organizado
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Procrastinación
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Se frustra con facilidad
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A menudo se aburre
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Problemas de concentración al leer
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Cambios de humor
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Depresión
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Problemas de relación
TDAH vs. TDA
El trastorno por déficit de atención (TDA) es el antiguo nombre del TDAH. Se cambió oficialmente en la década de 1990. Algunas personas siguen utilizando ambos nombres para hablar de esta única condición.
Causas del TDAH
Los expertos no están seguros de cuál es la causa del TDAH. Hay varias cosas que pueden provocarlo, entre ellas:
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Genes. El TDAH tiende a ser hereditario.
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Sustancias químicas. Las sustancias químicas del cerebro de las personas con TDAH pueden estar desequilibradas.
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Cambios en el cerebro. Las áreas del cerebro que controlan la atención son menos activas en los niños con TDAH.
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La desnutrición, las infecciones, el tabaquismo, el consumo de alcohol y el abuso de sustancias durante el embarazo. Estas cosas pueden afectar al desarrollo del cerebro del bebé.
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Toxinas, como el plomo. Pueden afectar al desarrollo cerebral del niño.
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Una lesión cerebral o un trastorno cerebral. Los daños en la parte frontal del cerebro, llamada lóbulo frontal, pueden causar problemas para controlar los impulsos y las emociones.
El azúcar no causa el TDAH. El TDAH tampoco está causado por un exceso de televisión, una vida familiar estresante, escuelas deficientes o alergias alimentarias.
Diagnóstico y pruebas del TDAH
Puede ser difícil diagnosticar el TDAH, especialmente en los niños. Ninguna prueba lo detecta. Los médicos diagnostican el TDAH en niños y adolescentes después de hablar largo y tendido de los síntomas con el niño, los padres y los profesores, y después de observar los comportamientos del niño.
Los médicos utilizan las directrices de la Asociación Americana de Psiquiatría, que se basan en el número de síntomas que presenta una persona y el tiempo que los ha tenido. También descartan otras causas de los síntomas, como problemas de salud o de la vida cotidiana.
Para confirmar el diagnóstico de TDAH o de diferencias de aprendizaje, el niño puede someterse a una serie de pruebas para comprobar su estado neurológico y psicológico. Las pruebas deben ser realizadas por un pediatra o profesional de la salud mental con experiencia en el diagnóstico y tratamiento del TDAH. El médico de atención primaria puede remitirlo a un especialista, como un psiquiatra, un psicólogo o un psicoterapeuta. Las pruebas pueden incluir:
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Una historia médica y social tanto del niño como de la familia.
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Un examen físico y una evaluación neurológica que incluya revisiones de la visión, la audición y las habilidades verbales y motoras. Pueden realizarse más pruebas si la hiperactividad puede estar relacionada con otro problema físico.
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Una evaluación de la inteligencia, la aptitud, los rasgos de personalidad o las habilidades de procesamiento. Suelen realizarse con la aportación de los padres y los profesores si el niño está en edad escolar.
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Una exploración denominada Sistema de Ayuda a la Evaluación Basada en EEG Neuropsiquiátrico (NEBA), que mide las ondas cerebrales theta y beta. Se ha demostrado que la relación theta/beta es mayor en los niños y adolescentes con TDAH que en los que no lo padecen.
Tratamiento del TDAH
Existen varios enfoques para tratar el TDAH. Pero las investigaciones sugieren que, para muchos niños, la mejor manera de controlar los síntomas es un enfoque multimodal. Esto implica múltiples métodos de tratamiento que funcionan juntos. Muchos de los síntomas del TDAH pueden controlarse con medicación y terapia. Es muy importante la estrecha colaboración entre terapeutas, médicos, profesores y padres.
Medicación. Aunque hay controversia sobre su posible uso excesivo, los estimulantes son los medicamentos más recetados para tratar el TDAH. Pueden ayudar a controlar el comportamiento hiperactivo e impulsivo y mejorar la capacidad de atención. Actúan sobre las sustancias químicas del cerebro, como la dopamina, que pueden empeorar el comportamiento impulsivo.
Incluyen:
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Anfetamina (Adzenys XR ODT, Dyanavel)
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Dexmetilfenidato (Focalin)
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Dextroanfetamina (Adderall, Dexedrine)
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Lisdexanfetamina (Vyvanse)
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Metilfenidato (Aptensio, Cotempla, Concerta, Daytrana, Jornay PM, Metadate, Methylin, Quillivant, Ritalin)
Los medicamentos estimulantes no funcionan para todas las personas con TDAH. Las personas mayores de 6 años pueden tomar medicamentos no estimulantes como:
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Atomoxetina (Strattera)
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Clonidina (Catapres, Kapvay)
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Guanfacina (Intuniv)
En algunos casos, los médicos pueden recetar antidepresivos, como los medicamentos llamados ISRS, bupropión (Wellbutrin) o venlafaxina (Effexor).
Los efectos secundarios de los medicamentos para el TDAH pueden ser:
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Ansiedad
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Pérdida de apetito
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Fatiga
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Mal humor
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Problemas para dormir
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Decoloración de la piel (con manchas)
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Malestar estomacal
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Dolor de cabeza
La mayoría de los efectos secundarios son menores y mejoran con el tiempo. En algunos casos, los médicos pueden reducir una dosis para aliviar los efectos secundarios.
En raras ocasiones, los estimulantes pueden tener efectos secundarios más graves. Por ejemplo, algunos están relacionados con un mayor riesgo de problemas cardíacos y de muerte en niños con enfermedades del corazón. También pueden empeorar los trastornos psiquiátricos, como la depresión o la ansiedad, o provocar una reacción psicótica.
Antes de que tu hijo empiece a tomar un medicamento para el TDAH, habla con tu médico sobre los riesgos y beneficios. Recuerda que puede ser necesario probar y equivocarse para encontrar el medicamento y la dosis adecuados.
Terapia. Estos tratamientos se centran en cambiar el comportamiento.
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La educación especial ayuda al niño a aprender en la escuela. Tener una estructura y una rutina puede ayudar mucho a los niños con TDAH.
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La modificación de la conducta enseña formas de sustituir los malos comportamientos por otros buenos. Haga saber a su hijo qué comportamientos espera de él. Establezca reglas sencillas y claras. Cuando pierdan el control, haga que se enfrenten a las consecuencias que usted ha establecido, como el tiempo de espera o la pérdida de privilegios. Vigila el buen comportamiento. Cuando controle sus impulsos, recompénsele.
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La psicoterapia (asesoramiento) puede ayudar a alguien con TDAH a aprender a manejar mejor sus emociones y su frustración. Podría ayudar a mejorar su autoestima. El asesoramiento también puede ayudar a los miembros de la familia a entender mejor a un niño o adulto con TDAH.
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El entrenamiento en habilidades sociales puede enseñar conductas, como tomar turnos y compartir.
Dispositivo médico. La FDA ha aprobado el sistema de estimulación externa del nervio trigémino (eTNS) Monarch para niños de 7 a 12 años que no toman medicamentos para el TDAH. Tiene el tamaño de un teléfono móvil y está conectado a unos electrodos en un parche que se coloca en la frente del niño. Envía impulsos de bajo nivel a la parte del cerebro que se cree que causa el TDAH. El dispositivo suele llevarse por la noche.
Los grupos de apoyo formados por personas con problemas y necesidades similares pueden ayudarte a aprender más sobre el TDAH y a controlar tus síntomas. Estos grupos son útiles para los adultos con TDAH o los padres de niños con TDAH.
Educación y TDAH. Educar a los padres sobre el trastorno y su manejo es otra parte importante del tratamiento del TDAH. Esto puede incluir el aprendizaje de habilidades parentales para ayudar al niño a controlar su comportamiento. En algunos casos, se puede involucrar a toda la familia del niño.
Remedios naturales
Los suplementos dietéticos con omega-3 han demostrado algunos beneficios para las personas que tienen TDAH.
Algunos cambios en el estilo de vida también pueden ayudar a usted o a su hijo a controlar los síntomas:
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Lleve una dieta saludable con muchas frutas, verduras, cereales integrales y proteínas magras.
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Haz algo de ejercicio cada día. Los estudios han descubierto que el ejercicio ayuda a controlar los impulsos y otros problemas de comportamiento en los niños con TDAH. Piense en apuntar a su hijo a un equipo deportivo, como el de baloncesto, fútbol o béisbol. Practicar un deporte no solo permite a los niños hacer ejercicio, sino que les enseña importantes habilidades sociales, como seguir las reglas y respetar los turnos.
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Limite el tiempo que pasa con los dispositivos electrónicos.
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Dormir lo suficiente.
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Simplifique la habitación de su hijo para disminuir las distracciones, como los juguetes, y mejorar la organización.
Es habitual frustrarse cuando se cría a un niño con TDAH. Te sentirás más en control si tomas parte activa en el tratamiento de tu hijo. Puede ayudarle a:
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Mantener un horario y unas rutinas claras.
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Hable con su hijo de forma sencilla y sincera sobre lo que espera de él. Haga que las instrucciones sean sencillas y específicas ("Lávate los dientes. Ahora, vístete") en lugar de generales ("Prepárate para ir al colegio").
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Concéntrese sólo en su hijo cuando le hable.
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Sea un ejemplo de comportamiento tranquilo y centrado.
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Sea coherente con la disciplina y asegúrese de que los demás cuidadores sigan sus métodos.
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Premie el buen comportamiento.
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Refuerce la autoestima de su hijo. Como pueden tener problemas para procesar las instrucciones y otro tipo de información, pueden ser bombardeados con correcciones, lo que les deja con una baja opinión de sí mismos. Haz todo lo que puedas para reforzar la autoestima de tu hijo.
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Fomente los puntos fuertes especiales de su hijo, sobre todo en los deportes y las actividades extraescolares.
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Aprende todo lo que puedas sobre el TDAH y las conductas impulsivas.
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Mantenga un estrecho contacto con el médico, los profesores y los terapeutas de su hijo.
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Únase a un grupo de apoyo para aprender de otros padres que han pasado por los mismos problemas.
Perspectiva del TDAH
Sin tratamiento, el TDAH puede dificultar los retos de la vida cotidiana. Los niños pueden tener problemas para aprender o desarrollar habilidades sociales. Los adultos podrían tener problemas con las relaciones y las adicciones. El trastorno también podría provocar cambios de humor, depresión, baja autoestima, trastornos alimentarios, toma de riesgos y conflictos con las personas que le rodean.
Pero muchas personas que tienen TDAH llevan una vida feliz y plena. El tratamiento ayuda.
Es importante hacer un seguimiento de los síntomas y acudir al médico con regularidad. A veces, la medicación y los tratamientos que antes eran eficaces dejan de funcionar. Es posible que tenga que cambiar su plan de tratamiento. Los síntomas de algunas personas mejoran al principio de la edad adulta, y algunas pueden dejar el tratamiento.