Los anticoagulantes, también conocidos como diluyentes de la sangre, ayudan a evitar que la sangre se espese o coagule cuando no es necesario. Conozca los distintos tipos de anticoagulantes.
Aunque a veces se les denomina anticoagulantes, en realidad los anticoagulantes no diluyen la sangre. Simplemente interrumpen el proceso natural de coagulación del organismo. Los distintos fármacos actúan en diferentes partes de este proceso de coagulación.
Existen tres tipos principales de medicamentos anticoagulantes:
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Antagonistas de la vitamina K
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Anticoagulantes orales directos (DOAC)
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Heparinas de bajo peso molecular (HBPM)
Cada tipo actúa de forma diferente para evitar la formación de coágulos innecesarios.
Anticoagulantes antagonistas de la vitamina K
La vitamina K ayuda a la coagulación de la sangre. La obtienes de las verduras de hoja verde como el brócoli y las espinacas y de la acción de las bacterias de tu intestino. Los antagonistas de la vitamina K, como la warfarina, impiden que el hígado transforme la vitamina K en factores que normalmente ayudan a coagular la sangre. Esto frena la coagulación de la sangre.
Si toma este tipo de medicación, es importante que la cantidad de vitamina K en su dieta sea bastante constante para que su médico pueda calcular la dosis correcta de warfarina de un día para otro y de una semana para otra. Se le harán análisis de sangre para que el médico pueda controlar los efectos de la dosis y la dieta. Es probable que su médico utilice la prueba de proporción internacional, o INR, para comprobar la capacidad de coagulación de su sangre.
Una de las posibles ventajas de este tipo de anticoagulante es que es más fácil de revertir que otros en caso de que se produzca una hemorragia repentina por un traumatismo o una intervención quirúrgica de urgencia.
Anticoagulantes orales directos (DOAC)
Los DOAC actúan más rápidamente que los antagonistas de la vitamina K, que llevan más tiempo en el mercado. Los DOAC también pueden ser más predecibles. Por ello, es posible que no tenga que hacerse análisis de sangre ni tener cuidado con la cantidad de vitamina K que come y bebe. Por otra parte, estos fármacos tienden a actuar durante períodos más cortos, por lo que puede ser necesario tomarlos dos veces al día, en comparación con una vez al día en el caso de otros anticoagulantes.
Los DOAC incluyen:
Inhibidores directos de la trombina: Estos fármacos interfieren en el uso que hace el organismo de la trombina, una enzima clave que ayuda a coagular la sangre. Aunque suelen inyectarse en vena, pueden tomarse en forma de pastillas como el dabigatrán (Pradaxa).
Inhibidores directos del factor Xa: Este tipo de anticoagulante impide que el factor Xa del proceso de coagulación funcione como debería. Estos medicamentos, que se presentan en forma de píldora, incluyen apixabán (Eliquis), betrixabán (Bevyxxa), edoxabán (Savaysa) y rivaroxabán (Xarelto).
Anticoagulantes de heparina de bajo peso molecular (HBPM)
Es posible que conozca estos medicamentos como dalteparina (Fragmin) o enoxaparina (Lovenox).
En comparación con la heparina no fraccionada (HNF), que se utiliza normalmente en los hospitales, la HBPM es más predecible y duradera, lo que significa que el médico no tiene que controlar sus efectos tan estrechamente como con otros anticoagulantes como la warfarina y la HNF.
Los médicos prescriben una dosis fija basada en el peso corporal. Este medicamento se inyecta bajo la piel.
La HBPM suele utilizarse como puente para el uso a largo plazo de anticoagulantes orales como la warfarina. Es posible que tome ambos durante un tiempo mientras su médico sigue de cerca su evolución con estos medicamentos. A continuación, una vez que los niveles de warfarina en sangre sean lo suficientemente elevados, se suspenden las inyecciones de HBPM.
Informe a su médico de los antiinflamatorios no esteroideos (AINE) que toma, ya que pueden aumentar el riesgo de hemorragia si también toma heparina. Los AINE son analgésicos que incluyen la aspirina, el ibuprofeno y el naproxeno.