Los coágulos sanguíneos pueden formarse por cualquier número de razones. Recuperarse de ellos no significa quedarse quieto.
Es cierto que un coágulo de sangre puede desprenderse y llegar a los pulmones. Los médicos lo llaman embolia pulmonar (EP). Así que no es de extrañar que a las personas con TVP les preocupe que el ejercicio pueda liberar su coágulo. Lo cierto es que si tienes una TVP, levantarte y ponerte en marcha puede ser muy beneficioso.
La importancia del ejercicio si tienes TVP
El ejercicio es importante para las personas con TVP porque ayuda a la circulación y alivia los síntomas de algo llamado insuficiencia venosa. Se trata de una condición en la que la sangre no fluye bien hacia el corazón. La actividad aeróbica, como caminar, hacer senderismo, nadar, bailar y correr, también puede ayudar a que los pulmones funcionen mejor después de una embolia pulmonar.
Los estudios demuestran que el ejercicio también puede mejorar los síntomas de la TVP, como la hinchazón, las molestias y el enrojecimiento. La actividad física también puede hacer que se sienta con más energía.
Si tiene una TVP, mantenerse activo es especialmente importante para las piernas. Ahí es donde suelen formarse los coágulos. La sangre tiene que subir desde las piernas hasta el corazón. Los músculos fuertes de las piernas ayudan a apretar las venas para empujar la sangre hacia arriba. Cualquier cosa que ralentice ese flujo -una lesión, una intervención quirúrgica que te deje en reposo durante un tiempo, la debilidad de los músculos de las piernas o la inactividad- puede contribuir a la formación de un coágulo.
Lo que puede hacer
En primer lugar, consulte a su médico para saber qué ejercicios puede hacer y cuándo debe hacerlos. Para la mayoría de las personas, caminar o ocuparse de algunas tareas domésticas está bien justo después de descubrir que tienes una TVP. También está bien justo después de una embolia pulmonar.
El médico puede recetar un anticoagulante y medias de compresión. Éstas ayudan a la circulación de la sangre en las piernas. Si empiezas a tomar anticoagulantes, los estudios demuestran que es seguro caminar en cuanto el medicamento empieza a hacer efecto. No obstante, consulte a su médico.
Lo mejor es empezar poco a poco. Aquí tienes una rutina que puedes probar:
Semana 1: Camine durante 5 minutos a un ritmo cómodo, de 3 a 4 veces al día.
Semana 2: Camina durante 10 minutos, 3-4 veces al día.
Semana 3: Caminar durante 20 minutos, 3 veces al día.
Semana 4: Caminar durante 30 minutos, 2 veces al día.
Semana 5: Caminar durante 40 minutos, una vez al día.
Caliente caminando lentamente durante 5 minutos. Enfríate de la misma manera.
Si permanece sentado durante mucho tiempo, como en un avión o en un coche durante 4 o más horas, levantarse y caminar durante 5 minutos cada hora ayuda a prevenir otro ataque de TVP.
Recuerda no cruzar las piernas cuando estés sentado. Esto interfiere en la circulación. También puede hacer los ejercicios que se indican a continuación mientras está sentado:
Bombas de tobillo: Con el talón en el suelo, mueve los dedos del pie hacia la espinilla. Repite con el otro pie.
Extensión de piernas: Con el muslo en el asiento, levanta la pierna hasta que esté más o menos paralela al suelo, y luego vuelve a colocarla lentamente en el suelo. Repite con la otra pierna.
Marcha sentada: Levanta la rodilla hacia el pecho, devuelve el pie al suelo y luego haz lo mismo con la pierna contraria.
Intenta hacer 30 repeticiones de cada ejercicio cada hora.