Aprende los mejores trucos de crianza para calmar a los recién nacidos y bebés que lloran, tienen cólicos o están inquietos gracias a esta presentación de médicos.
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Para ti, envolver a tu bebé puede parecer una camisa de fuerza. Pero para un bebé que llora y está inquieto, es como volver al vientre materno. ¿Cómo de apretado tienes que envolver a este burrito? Lo suficientemente apretado como para que no pueda soltar los brazos y las piernas. Asegúrate de colocarlo siempre boca arriba. Deja de envolverlo cuando sea capaz de darse la vuelta por sí mismo.
Cambia de posición
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Los padres tienden a acunar a un bebé con cólicos boca arriba, pero eso puede no ayudar. En lugar de eso, sostenga su cara hacia abajo, con su mano bajo su vientre y su cabeza sobre su antebrazo. La presión sobre su barriga puede ayudar a aliviar los molestos gases.
Enciende el ruido blanco
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Un poco de ruido blanco puede ayudar a tu bebé a sentirse como si estuviera de nuevo en el útero. Allí había muchos silbidos y ruidos de fondo. Para recrear estos sonidos relajantes, enciende un ventilador, pon el moisés cerca del lavavajillas, pasa la aspiradora, abre la ducha o sintoniza una radio con estática. Quieres un sonido constante y de bajo nivel.
Tranquilízalos
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Los bebés tienen un fuerte instinto de succión, por lo que un chupete puede calmar a tu bebé con cólicos. Además, los estudios demuestran que los chupetes pueden ayudar a prevenir el síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL).
¡Shh!
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Haz este sonido directamente en el oído de tu bebé con cólicos. No sea tímido. Shh lo suficientemente fuerte como para que tu bebé pueda oírte por encima de su propio barullo.
Paseos en coche
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Los bebés en el vientre materno se acostumbran a mucho movimiento. Haz que tu bebé se mueva y es posible que se duerma enseguida. Ponlo en un columpio. Acúnalo en una mecedora. Acuéstalo en un asiento infantil con vibración. Incluso puedes salir a dar un paseo en coche, pero no salgas a la carretera si estás demasiado cansada. ?
Masaje para bebés
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El poder calmante de tu propio tacto puede hacer maravillas con un bebé con cólicos. A muchos bebés les encanta el contacto piel con piel. Y los estudios demuestran que los bebés a los que se les da un masaje parecen llorar menos y dormir mejor. Sólo tienes que desvestir a tu bebé y darle caricias lentas y firmes en las piernas, los brazos, la espalda, el pecho y la cara. Consulta con tu pediatra antes de utilizar cualquier aceite o loción para tu bebé.
Si el bebé tiene gases, frótale la barriga en el sentido de las agujas del reloj, o bícale las piernecitas para aliviar la presión.
Lleva a tu bebé en brazos
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En muchas culturas, los bebés pasan gran parte del día en fulares sobre la espalda o el pecho de sus madres. Si pones a un bebé con cólicos en un fular o una mochila portabebés, podrá acurrucarse cerca de ti y, con suerte, podrá dormirse con tus movimientos. Los fulares también permiten descansar los brazos doloridos o liberar una mano para preparar un sándwich. Sólo hay que recordar que no se debe cocinar, comer ni beber nada caliente mientras se lleva al bebé en el fular.
Hazle eructar
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Un bebé que llora puede tragar mucho aire. Eso puede hacer que tenga gases y se hinche -y que su llanto empeore-. Hazle eructar con suaves golpes en la espalda. La posición clásica -con la cabeza del bebé sobre tu hombro- funciona, pero puede dejar un rastro de saliva en tu espalda. Cambia de posición: Coloca a tu bebé boca abajo sobre tu regazo o siéntalo. Apoya su pecho y su cuello con uno de tus brazos.
Tómate un respiro
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Una noche tras otra con un bebé con cólicos es dura para los padres. Es normal que se sientan abrumados, frustrados y que no estén a la altura de las circunstancias. Si nada parece funcionar, tómate un descanso. Deja al bebé en manos de tu pareja, un familiar, un amigo o una niñera. Si eso no es posible, recuerda que no pasa nada por dejar que el bebé llore en la cuna durante un rato mientras tú te tranquilizas.
Visita al médico
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Si te preocupa el llanto de tu bebé, llévalo al médico. El pediatra puede orientarte y descartar cualquier causa médica. Lo más probable es que no haya ninguna razón especial. Algunos bebés lloran más que otros. Así que la próxima vez que los lamentos de tu bebé te hagan estremecer, recuerda dos cosas: No es culpa tuya, y no será así para siempre.