El Abdomen (Anatomía Humana) - Imagen, Función, Partes, Definición y Más

La página de anatomía del abdomen del doctor proporciona una imagen detallada y una definición del abdomen. Aprenda sobre su función, partes, condiciones abdominales, y más.

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El abdomen (comúnmente llamado vientre) es el espacio corporal entre el tórax (pecho) y la pelvis. El diafragma forma la superficie superior del abdomen. A la altura de los huesos de la pelvis, el abdomen termina y comienza la pelvis.

El abdomen contiene todos los órganos digestivos, como el estómago, los intestinos delgado y grueso, el páncreas, el hígado y la vesícula biliar. Estos órganos se mantienen unidos por tejidos de conexión (mesenterio) que les permiten expandirse y deslizarse unos contra otros. El abdomen también contiene los riñones y el bazo.

Muchos vasos sanguíneos importantes atraviesan el abdomen, como la aorta, la vena cava inferior y docenas de sus ramas más pequeñas. Por delante, el abdomen está protegido por una fina y resistente capa de tejido llamada fascia. Delante de la fascia están los músculos abdominales y la piel. En la parte posterior del abdomen están los músculos de la espalda y la columna vertebral.

Afecciones del abdomen

  • Peritonitis: Inflamación de la cubierta de las estructuras abdominales, que provoca rigidez de la pared abdominal y dolor intenso. Generalmente, se debe a la rotura o infección de un órgano abdominal.

  • Abdomen agudo: Frase médica que los doctores utilizan para sugerir que existe una peritonitis o alguna otra emergencia y que probablemente sea necesario operar.

  • Apendicitis: Inflamación del apéndice, en la parte inferior del colon derecho. Normalmente, un apéndice inflamado debe ser extirpado mediante cirugía.

  • Colecistitis: Inflamación de la vesícula biliar que provoca un fuerte dolor abdominal en el lado derecho. Un cálculo biliar que bloquea el conducto que sale de la vesícula suele ser el responsable.

  • Dispepsia: Sensación de malestar estomacal o indigestión. La dispepsia puede ser consecuencia de afecciones benignas o más graves.

  • Estreñimiento: Tener menos de tres deposiciones por semana. La dieta y el ejercicio pueden ayudar, pero muchas personas tendrán que acudir a su médico.

  • Gastritis: Inflamación del estómago, que suele causar náuseas y/o dolor. La gastritis puede ser causada por el alcohol, los AINE, la infección por H. pylori u otros factores.

  • Enfermedad de úlcera péptica: Las úlceras son erosiones y péptica se refiere al ácido. Las úlceras pépticas son úlceras en el estómago y el duodeno (la primera parte del intestino delgado). La causa habitual es una infección por H. pylori o la toma de medicamentos antiinflamatorios como el ibuprofeno.

  • Obstrucción intestinal: Una sola zona del intestino delgado o grueso puede obstruirse o todo el intestino puede dejar de funcionar. Los vómitos y la distensión abdominal son síntomas.

  • Gastroparesia: El estómago se vacía lentamente debido a un daño nervioso causado por la diabetes u otras afecciones. Las náuseas y los vómitos son síntomas.

  • Pancreatitis: Inflamación del páncreas. El alcohol y los cálculos biliares son las causas más comunes de pancreatitis. Otras causas son los fármacos y los traumatismos; entre el 10% y el 15% de los casos se deben a causas desconocidas.

  • Hepatitis: Inflamación del hígado, generalmente debida a una infección viral. Las drogas, el alcohol o los problemas del sistema inmunitario también pueden causar hepatitis.

  • Cirrosis: Cicatrización del hígado causada por una inflamación crónica. El consumo excesivo de alcohol o la hepatitis crónica son las causas más comunes.

  • Ascitis: Acumulación de líquido abdominal causada a menudo por la cirrosis. La ascitis puede hacer que el abdomen sobresalga de forma impresionante.

  • Hernia abdominal: Un debilitamiento o brecha en la fascia abdominal permite que una sección del intestino sobresalga.

  • Distensión abdominal: Hinchazón del abdomen, generalmente debida a un aumento de la cantidad de gases intestinales.

  • Aneurisma de la aorta abdominal: Un debilitamiento de la pared de la aorta crea una expansión en forma de globo del vaso que crece a lo largo de los años. Si los aneurismas de aorta abdominal crecen lo suficiente, pueden reventar.

Pruebas de abdomen

  • Exploración física: Escuchando con un estetoscopio, presionando y dando golpecitos en el abdomen, el médico recoge información que ayuda a diagnosticar problemas abdominales.

  • Endoscopia superior (esofagogastroduodenoscopia o EGD): Se introduce por la boca un tubo flexible con una cámara en su extremo (endoscopio). El endoscopio permite examinar el estómago y el duodeno (intestino delgado).

  • Endoscopia inferior (colonoscopia): Se hace avanzar un endoscopio a través del ano hasta el recto y el colon. La colonoscopia puede ayudar a identificar problemas en estas zonas, como cáncer o hemorragias.

  • Radiografía de abdomen: Una radiografía simple del abdomen puede ayudar a ver los órganos y las condiciones del vientre, incluyendo la obstrucción o perforación intestinal.

  • Tomografía computarizada (TC): Un escáner de TC utiliza rayos X y un ordenador para crear imágenes del abdomen. La TC puede ayudar a identificar algunas afecciones abdominales, como la apendicitis y el cáncer.

  • Imágenes por resonancia magnética (IRM): Mediante ondas de radio en un campo magnético, un escáner crea imágenes muy detalladas del abdomen. En el abdomen, la resonancia magnética suele utilizarse para comprobar el hígado, el páncreas y la vesícula biliar, pero también puede utilizarse un TAC.

  • Ecografía abdominal: Una sonda en el abdomen refleja ondas sonoras de alta frecuencia en los órganos abdominales, creando imágenes en una pantalla. La ecografía puede detectar problemas en la mayoría de los órganos abdominales, como la vesícula biliar, el hígado y los riñones.

  • Colangiopancreatografía retrógrada endoscópica (CPRE): Mediante un endoscopio avanzado hasta el intestino, se introduce una sonda en el conducto procedente del páncreas y se rocía un líquido que bloquea los rayos X en los conductos que sirven a la vesícula biliar, el hígado y el páncreas. Entonces se toma una radiografía para encontrar problemas en esos órganos...

  • Prueba del pH: Utilizando un tubo a través de la nariz o una cápsula en el esófago, se pueden monitorizar los niveles de ácido en el esófago. Esto puede ayudar a diagnosticar la ERGE o a evaluar la eficacia de un tratamiento.

  • Serie gastrointestinal superior (con seguimiento del intestino delgado): Tras la ingestión de una solución de bario, se toman radiografías del esófago y el estómago. Esto puede diagnosticar a veces úlceras u otros problemas. En algunos casos se siguen tomando imágenes mientras el bario recorre el intestino delgado.

  • Estudio de vaciado gástrico: Prueba de la rapidez con la que los alimentos pasan por el estómago. Los alimentos se etiquetan con una sustancia radiactiva y su movimiento se visualiza en un escáner.

  • Biopsia: Se toma un pequeño trozo de tejido para ayudar a diagnosticar el cáncer, el hígado u otros problemas.

Tratamientos para el abdomen

  • Cirugía abdominal:... La cirugía suele ser necesaria en caso de afecciones abdominales graves como colecistitis, apendicitis, cáncer de colon o de estómago, o un aneurisma. La cirugía puede ser laparoscópica (varias incisiones pequeñas y utilizando una cámara y pequeñas herramientas) o abierta (una gran incisión, lo que la mayoría de la gente considera una cirugía típica).

  • Bloqueadores de la histamina (H2): La histamina aumenta la secreción de ácido del estómago; el bloqueo de la histamina puede reducir la producción de ácido y los síntomas de la ERGE.

  • Inhibidores de la bomba de protones: Estos medicamentos inhiben directamente las bombas de ácido del estómago. Deben tomarse a diario para que sean eficaces. No obstante, existe cierta preocupación por tomarlos durante más de unos meses.

  • Endoscopia: Durante la endoscopia superior o inferior, las herramientas del endoscopio pueden a veces tratar problemas (como hemorragias o cáncer) que se descubren.

  • Agentes de la motilidad: Los medicamentos pueden aumentar la contracción del estómago y los intestinos, mejorando los síntomas de la gastroparesia o el estreñimiento.

  • Antibióticos: La infección por H. pylori puede curarse con antibióticos, que se toman con otros medicamentos para ayudar a curar el estómago.

  • Laxantes: Varios medicamentos de venta libre y con receta pueden ayudar a aliviar el estreñimiento.

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