Complicaciones de la cirrosis: Causas, síntomas, diagnóstico y tratamiento de la encefalopatía hepática

médico explica las causas, los síntomas y el tratamiento de la encefalopatía hepática, un trastorno cerebral que puede producirse si se padece una enfermedad hepática avanzada.

Llevas un tiempo con una enfermedad hepática, pero ahora notas algo diferente en tu forma de actuar y sentir. Tal vez olvides cosas o te confundas cuando alguien te habla. Puede que tus amigos te digan que tu discurso suena arrastrado o que dices cosas que no son apropiadas.

Y no sólo hay cambios en el comportamiento. Es posible que te sientas lento o que notes que ya no puedes mover bien las manos. O tu aliento no huele como debería.

¿Qué está pasando? ¿Hay alguna relación con los problemas de hígado con los que has estado lidiando durante años?

Podría ser. Es posible que tengas encefalopatía hepática (HE), un trastorno causado por la acumulación de toxinas en el cerebro que puede ocurrir con una enfermedad hepática avanzada. Afecta a muchas cosas, como el comportamiento, el estado de ánimo, el habla, el sueño o la forma de moverse.

A veces los síntomas son tan leves que es difícil que alguien se dé cuenta. Pero tanto si tiene signos evidentes como si sólo presenta algunos cambios sutiles, es importante que acuda a su médico. El tratamiento adecuado puede ayudar a mantener tu condición bajo control, pero si no te cuidas, tu condición seguirá empeorando.

Causas

Tu hígado tiene varias tareas importantes que hacer. Una de las tareas clave es limpiar tu sangre deshaciéndose de las sustancias químicas nocivas que tu cuerpo produce.

La encefalopatía hepática comienza cuando el hígado se daña a causa de una enfermedad que se ha padecido durante mucho tiempo, como la hepatitis crónica, el síndrome de Reye o la cirrosis. Ya no funciona bien, y las toxinas entran en el torrente sanguíneo y viajan hasta el cerebro. Allí se acumulan y provocan los síntomas mentales y físicos de la ES.

Hay varias cosas que pueden desencadenar un episodio o empeorar su estado. Por ejemplo, puedes correr el riesgo de tener problemas si te han colocado un tubo llamado shunt en el hígado. Es posible que se haga para ayudar a redirigir el flujo sanguíneo para tratar la cirrosis u otra enfermedad de larga duración. Existe la posibilidad de que este procedimiento permita que las toxinas eludan el hígado y lleguen al cerebro.

También hay otras cosas que pueden desencadenar la encefalopatía hepática. Puede ocurrir porque usted:

  • Tenga una infección

  • Tener estreñimiento

  • No beber lo suficiente

  • Sangra por los intestinos, el estómago o el esófago

  • Toma ciertos medicamentos como algunos somníferos, analgésicos o diuréticos

  • Tiene problemas de riñón

  • Irse de juerga con el alcohol.

Síntomas

Hay mucha variedad en la forma en que la ES afecta a las personas. No todo el mundo tiene los mismos síntomas. Para algunas personas, pueden ser muy leves o aparecer y desaparecer.

En algunos casos, los efectos de la encefalopatía hepática comienzan lentamente y luego empeoran poco a poco. Pero a veces te golpean con fuerza de golpe.

Hay algunas señales mentales a las que hay que prestar atención. Por ejemplo, puedes:

  • Confundirse

  • Olvidar las cosas

  • Sentirse nervioso o excitado

  • Notar un cambio repentino en su personalidad o comportamiento

  • Habla o actúa de forma inapropiada con los demás

  • No sentir interés por las cosas

  • Ponerse de mal humor

Por supuesto, cuando se trata de cambios de comportamiento, a veces eres el último en darte cuenta de que algo no va bien. Por eso, si tienes una enfermedad hepática de larga duración, pide a tus familiares y amigos que estén atentos a los cambios en tu personalidad. Diles que sean sinceros contigo si ven que tu estado de ánimo ha cambiado o que simplemente no actúas como antes.

También puedes notar algunos cambios en tus patrones de sueño. Podrías sentirte somnoliento durante el día o quedarte despierto hasta tarde por la noche.

También pueden empezar a producirse algunos cambios físicos. Puede notar que:

  • Tu aliento huele a dulce o a humedad.

  • Le cuesta moverse o usar las manos.

  • Cuando extiendes los brazos o las manos, tiemblan o se agitan.

  • Su habla suena arrastrada.

  • Se siente lento o perezoso cuando mueve su cuerpo.

Cómo obtener un diagnóstico

Puede ser difícil notar la encefalopatía hepática al principio. Su familia o amigos pueden ver cambios en su comportamiento o movimiento antes que usted.

Si tiene una enfermedad hepática o la tuvo en el pasado, su médico puede preguntarle si alguien le ha comentado cambios en su personalidad. Le examinarán en busca de signos de los síntomas físicos que acompañan al trastorno cerebral.

También es posible que te hagan un análisis de sangre para comprobar si hay niveles altos de amoníaco. Eso es un signo de que tu hígado no lo está eliminando del torrente sanguíneo como debería. Demasiada cantidad de esa toxina puede acumularse en tu cerebro y provocar síntomas de ES.

Preguntas para su médico

Si su médico le diagnostica encefalopatía hepática, algunas cosas que debe preguntarle son:

  • En qué fase del trastorno cerebral me encuentro?

  • Qué tratamientos me recomiendan?

  • Mejorarán o desaparecerán mis síntomas?

  • Tendré que cambiar mi dieta?

  • Podré seguir trabajando, cuidándome y conduciendo?

Tratamiento

Tienes varias opciones. Mucho depende de tu situación concreta. Por ejemplo, tu médico tendrá en cuenta cosas como:

  • Qué es lo que desencadena tus episodios

  • La gravedad del caso que tienes

  • Los tipos de síntomas que tienes

  • La gravedad de su enfermedad hepática a largo plazo

  • La edad que tiene y su estado de salud general

Su médico puede sugerir dos tipos de medicamentos que reducen las toxinas en su cuerpo:

Lactulosa.

Este es un tipo de azúcar que puede hacer que tengas más movimientos intestinales. Esto ayuda a eliminar algunas toxinas de tu cuerpo, como el amoníaco, que puede desencadenar la ES... Tu médico o enfermera te explicará cómo calcular la cantidad adecuada. Por ejemplo, tendrá que ajustar su dosis hasta que tenga de 2 a 3 deposiciones al día.

Antibióticos.

Medicamentos como la neomicina (Neo-Fradin) y la rifaximina (Rifagut, Xifaxan) pueden ayudar. Frenan las bacterias que crean toxinas cuando digieren tus alimentos.

Su médico también puede pedirle que tome algunas otras medidas que pueden mejorar sus síntomas:

Cambiar su dieta.

Si comes mucha carne, tu cuerpo puede producir demasiado amoníaco. Es posible que tu médico te pida que reduzcas la cantidad, pero aun así debes obtener suficientes proteínas de otras fuentes. Prueba con los lácteos y las verduras. Además, come con frecuencia pequeñas comidas en lugar de tres grandes al día.

Evita el alcohol.

Incluso un poco puede ser arriesgado para ti porque daña tu hígado.

Trata las infecciones.

Pueden afectar al funcionamiento de tu hígado. Es posible que necesites antibióticos para deshacerte de ellas.

Tratar las obstrucciones urinarias.

Si no puedes orinar con normalidad, esto puede desencadenar tu ES. El tratamiento de la infección o enfermedad que la provoca puede ayudar.

Deja de tomar algunos medicamentos.

Algunos medicamentos, como los sedantes o los narcóticos, pueden causar problemas en el hígado.

Tratar el estreñimiento.

Es posible que tenga que comer menos carne y más verduras. Esto puede ayudarte a tener movimientos intestinales más regulares para que puedas eliminar las toxinas de tu cuerpo.

Cuidarse a sí mismo

Lo mejor que puedes hacer para mantener tu ES bajo control es seguir el plan de tratamiento que te sugiere tu médico.

Como ya tienes muchas cosas médicas que hacer debido a tu enfermedad hepática de larga duración, puede parecer que tu nuevo tratamiento es una gran molestia. Pero es realmente importante. No te saltes ninguna dosis de los medicamentos y asegúrate de seguir los consejos dietéticos de tu médico. Pide a tus amigos y familiares que te ayuden a mantener el rumbo.

Si sigues las reglas, obtendrás resultados. Tus síntomas pueden mejorar y a veces desaparecer.

Qué esperar

La ES puede dividirse en etapas según la gravedad de sus síntomas. Si se encuentra en una etapa temprana, el tratamiento adecuado puede aliviar sus síntomas.

La ES se clasifica en función de los signos y síntomas:

Grado 1

😕

Leve.

Puede que tenga... dificultad para hablar, problemas para dormir... o que le cueste concentrarse.

Grado 2:

Moderado.

Ÿ Puede sentir que no tiene mucha energía. Algunos cambios de personalidad y confusión pueden hacerse más evidentes, como actuar de forma extraña u olvidar cosas.

Grado 3

😕

Grave.

Puede estar extremadamente confundido y no ser capaz de hablar con coherencia. También podrías tener mucho sueño o desmayarte, aunque te despertarás cuando alguien intente despertarte.

Grado 4:

Coma

. En esta fase, es posible que te desmayes y no respondas al dolor o a que alguien intente despertarte.

Estos grados pueden parecer aterradores, pero recuerda que la ES puede tratarse si se actúa con prontitud. Colabora estrechamente con tu médico y sigue cuidadosamente sus instrucciones.

Conseguir apoyo

Aunque el tratamiento puede evitar que tu ES empeore, puede haber ocasiones en las que necesites recibir algún tipo de atención en casa para ayudarte cuando tus síntomas se manifiesten. Un cuidador puede ayudarle con algunas tareas diarias. Por ejemplo, pueden:

  • Hacer la compra de alimentos

  • Ayudarle a vestirse y a lavarse

  • Vigilar si sus síntomas empeoran

También debes acudir a tu familia y amigos para recibir apoyo emocional. Ellos te conocen mejor que nadie y pueden darte el respaldo que necesitas mientras manejas tus síntomas.

Ayuda hablar con personas que conocen la enfermedad hepática y la ES de primera mano. Entenderán por lo que estás pasando. La Fundación Americana del Hígado tiene información sobre cómo encontrar grupos de apoyo en su zona. También tiene muchos consejos útiles en un sitio web que trata sobre el diagnóstico y el tratamiento de la encefalopatía hepática.

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