El médico explica cómo evaluar la seguridad y la eficacia de las vitaminas y los suplementos.
Antes de añadir un suplemento o vitamina a tu rutina, repasa estas preguntas con tu médico, farmacéutico o dietista titulado:
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Puede este suplemento ayudarme? Lo necesito para una condición médica o para prevenir una enfermedad?
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Qué dicen las investigaciones sobre sus beneficios?
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Qué cantidad debería tomar?
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Cuándo y durante cuánto tiempo lo necesito?
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Debo tomarlo en forma de píldora, polvo o líquido?
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Qué forma de la vitamina (vitamina D2 o D3, por ejemplo) es la mejor?
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Hay algún efecto secundario?
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Cuáles son las mejores marcas de este suplemento en términos de calidad, seguridad y lo bien que funcionan?
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Puedo tomarlo junto con mis otros medicamentos? Debo evitar algún alimento?
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Tendré que dejar de tomarlo si tengo que operarme?
Qué forma de vitamina debe elegir?
Las vitaminas y los suplementos vienen en muchas formas, como pastillas, líquidos o polvos. La que elijas dependerá de cómo funcionen en tu cuerpo y de cómo prefieras tomarlas. Por ejemplo, algunos sólo funcionan en forma de extracto seco, como una cápsula o una píldora. Otros funcionan más rápido y son más eficaces en forma de líquido. Pregunte a su farmacéutico o a su médico si no sabe cuál es la forma correcta de tomarlos.
Algunos suplementos se presentan en forma de píldora porque dejan de funcionar, o se vuelven peligrosos, si entran en contacto con el ácido del estómago. Algunas personas necesitan tomar un líquido si tienen problemas para absorber las vitaminas de una píldora, o incluso si les resulta difícil tragar cápsulas o comprimidos.
Y no todas las formas de un nutriente son iguales. Por ejemplo, los suplementos de vitamina D se presentan como vitamina D2 o vitamina D3. También hay varios tipos de vitamina E. En caso de duda, hable con su médico sobre qué suplemento se ajusta a sus necesidades.
Seguridad de los suplementos
Los suplementos no están regulados por la FDA de la misma manera que los medicamentos. La FDA no revisa la seguridad o la eficacia de estos suplementos antes de que salgan al mercado.
En resumen: Investiga y ten cuidado cuando busques nuevos productos. Otras formas de estar seguro:
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Si lleva una dieta equilibrada rica en cereales integrales, frutas y verduras, es probable que no necesite tomar un multivitamínico. Habla con tu médico para ver si necesitas alguna vitamina específica si tienes una dieta restringida.
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Aunque estos nutrientes son esenciales para nuestro organismo, algunos pueden ser perjudiciales en dosis elevadas. Es especialmente importante evitar consumir demasiadas vitaminas A, D, E y K, ya que se acumulan en el organismo y pueden resultar tóxicas.
Quién debe evitar los suplementos y las vitaminas?
Los suplementos no son una buena idea para las personas con algunos tipos de condiciones de salud. También pueden impedir que algunos medicamentos funcionen tan bien como deberían. Hable siempre con su médico antes de añadir alguno a su dieta. Las personas que deben evitar ciertos tipos incluyen:
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Las mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, porque algunos suplementos pueden ser peligrosos para el bebé. Una vitamina prenatal diaria tiene los tipos y cantidades de nutrientes adecuados para estas mujeres.
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Las personas que toman medicamentos para el corazón, diuréticos, anticoagulantes, aspirinas, fármacos que reducen el sistema inmunitario y esteroides. Con cualquier tipo de medicamento, siempre existe la posibilidad de que no se mezcle bien con un suplemento, pero los problemas pueden ser especialmente graves con algunos de estos medicamentos.
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Personas que vayan a ser operadas, porque algunos productos pueden provocar hemorragias y otras complicaciones peligrosas.
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Personas que han tenido cáncer o están recibiendo tratamiento para ello. Algunos suplementos podrían favorecer el crecimiento de las células cancerosas o hacer que los tratamientos de la enfermedad sean menos eficaces.
4 Consejos para los compradores inteligentes
Cuando estés listo para comprar suplementos, ten en cuenta estos consejos:
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Busque pruebas sobre la eficacia del producto en estudios científicos de publicaciones creíbles. Busque dichos estudios en la base de datos PubMed de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH): www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed y en el Instituto Nacional de la Salud - Oficina de Suplementos Dietéticos. También puede llamar al fabricante y preguntar qué estudios δ tienen para respaldar sus afirmaciones. También es una buena idea averiguar cómo garantizan que los ingredientes que aparecen en la etiqueta del suplemento están realmente en el frasco.
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Si un producto afirma que va a curar una enfermedad, que es totalmente natural o que tiene una garantía de devolución del dinero, esté alerta. Cualquier suplemento que parezca demasiado bueno para ser verdad, probablemente lo sea.
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Elija marcas etiquetadas con el sello de NSF International, US Pharmacopeia, Underwriters Laboratory o Consumer Lab. Estos verifican que el producto contiene realmente los ingredientes que dice la etiqueta, y que el producto no tiene ningún ingrediente potencialmente dañino.
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Desconfíe de los suplementos fabricados fuera de los Estados Unidos. Muchos no están regulados, y algunos pueden tener ingredientes tóxicos.
3 Consejos para almacenar las vitaminas
Los suplementos no duran para siempre, y necesitan un poco de cuidado para que sigan funcionando bien. Después de comprarlos:
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Guárdalos en un lugar oscuro, fresco y seco. Evite los baños y otros lugares húmedos.
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Asegúrate de guardarlos en un estante alto o en un armario cerrado, fuera del alcance de los niños.
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Algunas vitaminas y suplementos se desgastan cuando permanecen demasiado tiempo en la estantería. Revisa regularmente tu reserva y tira los que hayan pasado la fecha de caducidad.
Por último, informa siempre a tu médico sobre cualquier vitamina o suplemento que pienses tomar, sobre todo si tienes alguna enfermedad o estás tomando medicación regularmente. No todos los productos funcionan bien para todos, y algunos pueden ser peligrosos.