Descubra qué vitaminas y minerales contienen los nabos y sepa por qué pueden ayudar a su corazón, sus músculos e incluso a prevenir algunos tipos de cáncer.
Los nabos son una de las hortalizas más antiguas y resistentes. Crecían de forma silvestre en Siberia cuando los dinosaurios vagaban por la tierra y adquirieron una reputación temprana como alimento para gente pobre y animales de granja.
Hoy en día, mucha gente no reconocería un nabo si lo viera o lo probara. La gente lo confunde a menudo con el colinabo, que es un cruce entre el nabo y la col.
El nabo es una hortaliza de raíz de la familia Brassicacae de las plantas de mostaza. Se cosecha en primavera y otoño. El nabo más común es de color púrpura claro en la parte superior y blanco en la inferior, pero hay más de 30 tipos con formas y colores variados. Algunos son dulces, como la zanahoria, mientras que otros tienen un sabor más parecido al de la patata.
A diferencia de la mayoría de las hortalizas, se puede comer tanto la raíz del nabo como las hojas verdes de la parte superior. Ambos son buenos para ti.
Nutrientes por ración
1 nabo mediano tiene:
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Calorías: 34
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Grasa: 0,1 gramos de grasa
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Carbohidratos: 7 gramos
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Proteínas: 1 gramo
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Fibra: 2 gramos
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Azúcar: 4 gramos
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Colesterol: 0 gramos
Los nabos están llenos de vitaminas y minerales como:
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Calcio
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Folato
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Magnesio
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Fósforo
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Potasio
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Vitamina C
Los grelos te cargan de vitaminas A y C. Una taza de grelos crudos tiene 6.380 unidades internacionales (UI) de vitamina A y 33 miligramos (mg) de vitamina C.
Beneficios para la salud
Un nabo mediano tiene 233 mg de potasio. El cuerpo necesita este mineral para casi todo, incluso para ayudar a los nervios a enviar señales y mantener los músculos y el corazón en buena forma. Si no se consume lo suficiente, se corre el riesgo de padecer hipertensión arterial, derrames cerebrales, cálculos renales, huesos frágiles e hiperglucemia.
Los nabos también tienen muchos otros beneficios.
Prevención del cáncer. Los nabos contienen glucosinolatos, sustancias químicas de origen vegetal que pueden ayudar a prevenir todo tipo de cáncer, desde el de mama hasta el de próstata.
Salud ocular. Los nabos son ricos en el antioxidante luteína. Esto mantiene los ojos sanos y evita problemas como la degeneración macular y las cataratas.
Salud ósea. Los productos lácteos no son la única forma de fortalecer los huesos y estar un paso por delante de la osteoporosis, una enfermedad que debilita los huesos. Los nabos tienen una importante cantidad de calcio, que también ayuda al corazón, los músculos y los nervios.
Riesgos y advertencias
Algunos problemas de salud y medicamentos no se mezclan bien con los nabos. Hable con su médico si:
Necesita una prueba de sangre oculta en heces. Los nabos, el brócoli y algunas otras frutas y verduras pueden dar un falso positivo o un falso negativo en esta prueba, que busca sangre oculta en las heces.
La sangre se coagula demasiado rápido. Si padece ciertas afecciones, un exceso de nabos -que tienen un alto contenido en vitamina K- puede hacer que su sangre se coagule más rápido de lo normal.
Tiene una enfermedad renal. Los riñones eliminan el exceso de potasio del cuerpo. Si no funcionan bien, puede tener demasiado potasio en su organismo. Esto provoca un ritmo cardíaco rápido y problemas musculares como debilidad, calambres o rigidez.
Cómo preparar los nabos
Un buen nabo es un nabo pequeño. Los grandes tienden a ser amargos. Busque nabos que se sientan firmes y no tengan manchas.
En casa, corta la raíz y la base de las hojas. No los laves hasta que estés listo para comer. Se conservan en la nevera hasta una semana.
Pele la piel a menos que sea un nabo pequeño.
Crudos o cocidos, los nabos son increíblemente versátiles:
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Hierve o cuece al vapor los nabos y añádelos al puré de patatas para obtener más vitaminas y minerales.
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Rállelas crudas en ensaladas o guisos.
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Asarlas con otras hortalizas de raíz, como zanahorias y boniatos, y resaltar su dulzura natural.
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Cambia los grelos por espinacas o berzas y saltéalos con ajo, aceite de oliva y limón.
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Encurre nabos y sus grelos para obtener probióticos beneficiosos para el intestino.