Si tienes diabetes, algunos ejercicios pueden ser más útiles para ti que otros. médico te muestra cómo aprovechar al máximo tu tiempo de entrenamiento.
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El ejercicio es bueno para casi todo el mundo. Es especialmente importante si tienes diabetes. Los ejercicios pueden hacer todo tipo de cosas por ti, como reducir el nivel de azúcar en sangre y la presión arterial, aumentar tu energía y ayudarte a dormir mejor. Si los ejercicios físicos de alto impacto no son para ti, hay muchas otras opciones.
Caminar
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Es una forma sencilla de hacer ejercicio y tomar aire fresco. También puede reducir tu estrés. Un paseo enérgico de entre 30 minutos y una hora, 3 ó 4 veces por semana, es una forma de alcanzar tu objetivo. Es fácil empezar: Lleva a Fido por el barrio o camina hasta la tienda en lugar de ir en coche. Una vez que lo hayas convertido en un hábito, puede ser gratificante -y motivador- hacer un seguimiento de tus pasos y tu progreso.
Danza
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Esta puede ser una forma divertida de hacer ejercicio. Sólo tienes que moverte durante 25 minutos, 3 días a la semana para ayudar a tu corazón, reducir el azúcar en la sangre, aliviar los niveles de estrés y quemar calorías. Tampoco necesitas un compañero para empezar. Una silla puede ser un buen apoyo si lo necesitas.
Nadar
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Este es un ejercicio aeróbico que no pone a prueba tus articulaciones como otros. Además, te permite trabajar los músculos de la parte superior e inferior del cuerpo al mismo tiempo. Además, el agua es buena para el corazón. También puede reducir el colesterol y ayudarte a quemar muchas calorías. Si hay un socorrista de guardia, hazle saber que tienes diabetes.
Bicicleta
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Combatir la diabetes puede ser tan fácil como montar en bicicleta. Tanto si usas una fija como si sales a la carretera, 30 minutos al día de 3 a 5 veces a la semana pueden hacer que tu ritmo cardíaco aumente, quemar azúcar en sangre y ayudarte a perder peso sin dañar tus rodillas u otras articulaciones.
Subir escaleras
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Esta puede ser una forma sana y fácil de quemar calorías y hacer que tu corazón y tus pulmones trabajen más rápido, especialmente si tienes diabetes tipo 2. Subir y bajar escaleras durante 3 minutos una o dos horas después de comer es una buena forma de quemar azúcar en sangre. Puedes hacerlo en cualquier lugar donde haya una escalera, como cuando necesitas un descanso en el trabajo.
Entrenamiento de fuerza
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Lo haces con pesas libres o bandas de resistencia. Puede reducir el nivel de azúcar en la sangre y ayudar a fortalecer los músculos y los huesos. Obtendrás el máximo provecho si lo haces dos veces por semana, además de tu actividad aeróbica. Puedes hacer muchos de estos ejercicios en casa, como:
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Levantar latas o botellas de agua.
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Flexiones de brazos
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Sentadillas
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Sentadillas
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Estocadas
Jardinería
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Si la idea del ejercicio tradicional no es para ti, no te preocupes. El tiempo que pasas en tu jardín cuenta como actividad aeróbica y como entrenamiento de fuerza. Hace que la sangre circule (ya que caminas, te arrodillas y te agachas). También desarrolla los músculos y ayuda a los huesos (ya que cavas, levantas y rastrillas). Además, estás al aire libre, donde tus niveles de estrés pueden ser más bajos.
Yoga
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Lleva unos 5.000 años funcionando como un ejercicio de bajo impacto que puede hacerte más fuerte y flexible. El yoga también puede ayudar a mantener el equilibrio. Los movimientos, las posturas y la concentración en la respiración también pueden aliviar el estrés y ayudar a desarrollar los músculos. Eso puede mantener los niveles de azúcar en sangre más estables.
Tai Chi
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Este antiguo arte chino utiliza movimientos lentos y controlados -junto con la visualización y la respiración profunda- para desarrollar la fuerza. También puede ayudar a la movilidad, el equilibrio y la flexibilidad. Este ejercicio suave también puede reducir el nivel de estrés. También puede ayudar a prevenir daños en los nervios de los pies.
¿Cuánto es suficiente?
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Al menos 30 minutos de actividad aeróbica 5 días a la semana pueden ayudar a que la insulina de tu cuerpo funcione mejor. Hablamos de un ejercicio que ponga en marcha el corazón y los pulmones y que ponga en marcha el flujo sanguíneo. Si hace tiempo que no es activo, empiece con 5 ó 10 minutos al día y vaya aumentando con el tiempo. Habla con tu médico antes de empezar.