Retinopatía diabética: Complicaciones

Si no se trata, la retinopatía diabética puede provocar complicaciones graves que le quiten la vista. Esto es lo que hay que saber.

Es posible que al principio no tenga síntomas. Pero con el tiempo, si no se trata, la retinopatía diabética puede causar estas otras complicaciones oculares graves, que pueden llegar a quitarle la vista:

Edema macular diabético (EMD). Con el tiempo, aproximadamente la mitad de las personas con retinopatía diabética desarrollarán EMD. Cuando se padece retinopatía diabética, las paredes de los vasos sanguíneos de la retina se debilitan. Pueden perder líquido y sangre en la parte central de la retina, conocida como mácula. Ésta es la parte de la retina responsable de la visión central nítida y detallada. La mácula se hincha y provoca síntomas como visión borrosa, visión doble y un aumento repentino de las moscas volantes.

El tratamiento estándar es la medicación anti-VEGF. Estos medicamentos ayudan a disminuir la hinchazón de la mácula bloqueando una sustancia llamada factor de crecimiento endotelial vascular (VEGF), que promueve el crecimiento de los vasos sanguíneos. Esto puede ralentizar el progreso del EMD.

Hemorragia vítrea. Los nuevos vasos sanguíneos pueden sangrar en la sustancia transparente y gelatinosa que llena el centro del ojo. La sangre impide que la luz llegue a la retina. Si la hemorragia es escasa, es posible que sólo vea algunas manchas oscuras (moscas volantes). En los casos más graves, la sangre puede llenar la cavidad vítrea y bloquear completamente la visión.

La diabetes no siempre es la causa de una hemorragia vítrea, pero sigue siendo importante acudir al médico de inmediato para prevenir la hemorragia. A veces, la sangre desaparece del ojo en unas pocas semanas o meses, pero su oftalmólogo tendrá que vigilarle de cerca durante este tiempo. Si no desaparece, tendrá que someterse a una vitrectomía, que elimina el vítreo, o a otros tratamientos.

Glaucoma neovascular. Si tiene vasos sanguíneos anormales que crecen fuera del iris (la parte coloreada del ojo), pueden bloquear el drenaje del líquido. Esto provoca un tipo de glaucoma. El líquido puede acumularse rápidamente y provocar un aumento repentino de la presión ocular. Si no se trata, este tipo de glaucoma puede causar ceguera en pocos días.

El médico puede aplicar un tratamiento con láser y administrar medicamentos para ayudar a drenar el líquido, lo que puede reducir la presión ocular y proteger la visión.

Desprendimiento de retina. La retinopatía diabética puede evolucionar hacia una forma más grave conocida como retinopatía proliferativa. Los vasos sanguíneos se obstruyen por completo y el organismo responde con el crecimiento de nuevos vasos sanguíneos en la retina. Estos vasos son débiles, por lo que pueden tener fugas de sangre y provocar el crecimiento de tejido cicatricial. Este tejido puede acabar separando la retina de la parte posterior del ojo. Los síntomas son:

  • Un montón de nuevos flotadores

  • Destellos de luz en uno o ambos ojos

  • Una sombra o cortina oscura a los lados o en el centro de su campo de visión

Un desprendimiento de retina es una emergencia médica. Si tienes síntomas, acude a tu oftalmólogo inmediatamente o ve a urgencias. Los médicos pueden tratar un pequeño agujero o desgarro con una sonda de congelación o un láser médico para sellarlo. Si se desprende una gran parte de la retina, habrá que operar. La buena noticia es que la tasa de éxito es del 90%, sobre todo si se detecta a tiempo.

Prevención

Hay cosas que puede hacer para prevenir las complicaciones de la retinopatía diabética. Entre ellas están:

Controlar su diabetes. Cuanto mejor controle su nivel de azúcar en sangre, más posibilidades tendrá de que la retinopatía diabética no progrese. El propio azúcar daña los pequeños vasos sanguíneos que van a la retina, lo que hace que pierdan líquido o sangren.

Vigile su presión arterial. Si es elevada, también puede dañar los vasos sanguíneos, incluidos los de los ojos.

Pregunte a su médico sobre los tratamientos. Las investigaciones sugieren que si los tratamientos se realizan en las primeras fases de la enfermedad, pueden ralentizar la progresión de la retinopatía diabética. Esto disminuirá las complicaciones que pueden amenazar su visión.

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