Aunque el tratamiento de la diabetes suele centrarse en el cuerpo, también hay que cuidar la salud mental. médico te enseña los problemas a los que hay que prestar atención y consejos para cuidar tu bienestar emocional.
Consejos para mejorar la salud emocional con la diabetes
Cuando descubres que tienes diabetes, es posible que te centres en tratar el cuerpo. Es lógico, ya que es la necesidad más acuciante. Pero la noticia también puede desencadenar sentimientos intensos.
Si tiene diabetes desde hace tiempo, sabe que es sólo el comienzo de un viaje emocional. Las personas con diabetes son más propensas a tener problemas de salud mental como la depresión y la ansiedad. Cuidar su bienestar emocional le ayudará a atender mejor sus necesidades físicas.
Cómo afrontar las noticias
Enterarse de que tiene diabetes puede dejarle disgustado, confundido o triste. Estos sentimientos son comprensibles. Piensa en el enfado como una fuente de energía. Elija utilizarla para hacer algo positivo para su salud, como el ejercicio. La clave es darse cuenta de cuándo está enfadado y decidir qué va a hacer con esos sentimientos.
¿Pero sigues sintiendo que "esto no me puede estar pasando a mí"? ¿O que ha habido un error, o que quieres esperar a los resultados de más pruebas?
Eso es negación. Muchas personas reaccionan así cuando ocurre algo abrumador.
Empieza a adaptarte lo mejor que puedas, con la ayuda de tu médico y el apoyo de tu familia y amigos. Empezará a acostumbrarse a seguir el ritmo de las pruebas de azúcar en sangre, los medicamentos, las citas con el médico, la dieta y el ejercicio.
Por lo general, estas sensaciones desaparecen con el tiempo. Pero a veces, se prolongan demasiado y te quedas atrapado en un ciclo de emociones que hace más difícil controlar la enfermedad. Para superar esta tormenta inicial, puedes
Aprender todo lo posible. La información es poder. Entender su condición y cómo manejarla le permitirá ver soluciones donde primero vio preocupación o confusión. Pregunte todo lo que no entienda. Averigüe si hay clases de educación sobre la diabetes cerca de usted.
Con el tiempo, te irás familiarizando con lo que significa vivir con diabetes. Es útil escribir un plan para el día. Incluya cuándo debe tomar la medicación, las horas en las que debe medirse el nivel de azúcar en sangre, el entrenamiento del día y algunas ideas de alimentación saludable. Puedes compartir este plan con tu médico para ver si hay algo que debas cambiar.
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Haz un plan. Establece objetivos para cosas como la alimentación saludable, el ejercicio y el aprendizaje. Un buen plan te devuelve el control. Divida el trabajo en partes más pequeñas para que sea menos abrumador.
Escribe sobre ello. Un diario puede ayudarte a organizar tus pensamientos y a reconocer los desencadenantes emocionales. Por ejemplo, puedes darte cuenta de que te molesta cómo la diabetes cambia tu vida social. O que contarle a la gente lo de la diabetes te pone triste. Ver estos patrones puede ayudarte a averiguar cómo afrontarlos.
Extiende la mano. Tener una enfermedad grave puede hacerte sentir aislado del mundo. Busca a tus familiares, amigos o un grupo de apoyo y habla con ellos honestamente sobre tus sentimientos.
Habla con un terapeuta. Un buen terapeuta te da una salida a tus emociones. También puede aprender nuevas habilidades para manejar los desafíos de la diabetes.
Emociones a largo plazo
Establecer una buena base puede ayudarte a manejar la... ansiedad, la depresión y la angustia por la diabetes que puede conllevar la enfermedad.
Ansiedad. El miedo y la preocupación forman parte del ser humano. Pero si son tan constantes que afectan a su trabajo, sus relaciones y su vida diaria, son una preocupación más seria. Puede tener un problema de ansiedad si tiene síntomas como los siguientes durante al menos dos semanas:
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Preocupación constante
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Sentirse nervioso o inquieto
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Dificultad para relajarse
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Latidos del corazón más rápidos de lo normal
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Tensión muscular
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Sudoración
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Opresión en el pecho
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Temblor
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Malestar estomacal
Puede confundir los latidos rápidos del corazón, la sudoración y los temblores que acompañan a la ansiedad con una bajada de azúcar. Puedes medir tu nivel de glucosa para estar seguro.
Depresión. Puede sentirse triste por tener diabetes o por los cambios de estilo de vida que tendrá que hacer.
Todo el mundo se pone triste de vez en cuando, pero la depresión es mucho más que sentirse triste. Le quita la energía y le hace sentirse desesperado. Tome nota si:
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No puede encontrar placer en las cosas que normalmente le gustan
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Ganar o perder peso debido a los cambios en los hábitos alimenticios
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Sentirse ansioso o inquieto
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Sentirse triste o vacío la mayor parte del tiempo
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Sentirse culpable y como una carga para los demás
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Tener dificultades para concentrarse
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Tiene problemas para conciliar o mantener el sueño, o se duerme durante el día
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Carece de energía y se siente perezoso
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Piensa en el suicidio: quiere morir o piensa en formas de hacerse daño
Continuación
Si tiene al menos tres de estos síntomas -o se ha sentido deprimido y ha tenido uno o más de los síntomas durante más de dos semanas- puede estar deprimido. Informe a su médico si esos sentimientos se vuelven abrumadores o si no desaparecen cuando hace cosas que le gustan, pasa tiempo con sus seres queridos y se cuida bien. Puede recomendarle un grupo de apoyo, asesoramiento u otro tratamiento para ayudarle a sentirse de nuevo como usted mismo.
Angustia por la diabetes. El trabajo constante de controlar la diabetes puede acumularse sobre las demás responsabilidades de la vida. A veces, puede sentir que necesita unas vacaciones. Recientemente, los médicos han dado un nombre a esta carga: angustia por la diabetes.
Es más que una simple preocupación. Es el efecto de la diabetes en la salud mental: una mezcla de ansiedad, frustración, depresión, estrés y mucho más. Todos los diabéticos se enfrentan a ella. Pero si es constante y sientes que estás agotado, es un problema.
Consejos para mejorar tu salud emocional
Si la tristeza se convierte en depresión o el estrés en ansiedad, debes buscar ayuda. Habla con tu médico o terapeuta sobre cómo te sientes. Puede que necesites ayuda para gestionar tus emociones. Pero puedes tomar algunas medidas prácticas para mejorar tu bienestar.
Sé bueno contigo mismo. Es fácil pensar que no haces lo suficiente o sentirte agotado por todo. Para equilibrarlo, puedes:
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Hacer ejercicio con frecuencia. Reduce la depresión, la ansiedad y el estrés. El yoga, el gimnasio o un simple paseo por la naturaleza pueden ayudar.
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Duerme lo suficiente. Todo es más difícil cuando estás cansado. Crea una rutina nocturna y vete a la cama a una buena hora.
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Deja de lado el juego de la culpa. Nadie es perfecto. Si metes la pata, no seas tan duro contigo mismo.
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Recompénsate. Encuentre formas saludables de tratarse a sí mismo para que no sienta que está trabajando todo el tiempo. Recompénsate cuando cumplas objetivos.
Revisa tu plan. Asegúrate de que tu plan funciona para ti y no al revés:
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Ajusta tus objetivos. Si sigues fallando en tus objetivos, quizá hayas puesto el listón demasiado alto. Redúcelo y encuentra victorias fáciles sobre las que construir.
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Ve a lo pequeño. Los cambios grandes y radicales pueden parecer buenos, pero son difíciles de llevar a cabo. En su lugar, opta por pequeños cambios y crea buenos hábitos.
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Mantente conectado. Las emociones negativas se intensifican cuando te sientes solo. Intenta:
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Considere la posibilidad de una terapia familiar. La diabetes puede ser dura para toda la familia. En la terapia se aprende a trabajar juntos para controlar la enfermedad. También puedes ordenar tus emociones y aprender a expresarlas.
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Busca un grupo de apoyo. Consulta en línea o en persona a otras personas con diabetes para compartir historias y obtener consejos.
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Manténgase en contacto y abierto. Ve a la familia y a los amigos con regularidad y frecuencia. Hable con ellos con franqueza sobre sus sentimientos y experiencia, y ofrézcales formas de ayudar.
Prueba la atención plena. La atención plena y la relajación también pueden ayudar. Puedes hacerlo:
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Déjalo estar. Cuando luchas contra tus sentimientos, sólo alimentas a la bestia. Recuerda que tus estados de ánimo pasarán.
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Aprende técnicas de relajación. Desde la respiración profunda hasta la meditación, prueba nuevas formas de mantener la calma.
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Practica la gratitud. Puede sonar cursi para algunos, pero funciona. Piensa en lo que agradeces y tu estado de ánimo puede cambiar.