Prevenga las complicaciones graves relacionadas con la diabetes con estos 5 pasos para el autocuidado diario.
Si tiene diabetes de tipo 2, sabe que el control de la glucemia, una dieta equilibrada, el control del peso, el ejercicio regular y las revisiones son vitales para su salud. Cuidar especialmente cada parte de su cuerpo para evitar complicaciones graves es igual de importante.
Entre algunas de sus mayores preocupaciones con el cuidado de la diabetes están:
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Infecciones en los pies
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Infecciones crónicas de la piel
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Enfermedad de las encías y pérdida de dientes
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Problemas de visión
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Enfermedades del corazón y problemas de circulación sanguínea
El cuidado del cuerpo en la diabetes: es para todos
La necesidad de cuidarse no es sólo para los adultos; con la epidemia de obesidad infantil, la diabetes tipo 2 también se ha vuelto más frecuente entre los niños, los adolescentes y los adultos jóvenes.
"En los hospitales vemos por primera vez a pacientes de entre 20 y 30 años que tienen el azúcar en sangre descontrolado e infecciones cutáneas graves que probablemente empezaron como un forúnculo o una picadura de araña", dice el doctor Philip Orlander, director de endocrinología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Texas en Houston.
¿Cómo puede la diabetes dañar el organismo de forma tan drástica? Si el azúcar en sangre no se controla, los vasos sanguíneos y los nervios se dañan, y el cuerpo pierde capacidad para combatir las infecciones.
Controlar el azúcar en sangre es lo fundamental para prevenir estos problemas, pero las rutinas de cuidado personal -cosas sencillas que se pueden hacer cada día- también pueden reducir drásticamente los riesgos.
5 pasos para el cuidado total del cuerpo con diabetes
Los pies, la piel, los ojos, el corazón y los dientes y encías necesitan una atención especial si tienes diabetes. Estos son los pasos que puedes seguir para cuidar estas partes de tu cuerpo:
1. El cuidado de los pies y la diabetes
Los problemas comunes de los pies pueden causar muchas complicaciones, como el pie de atleta, las infecciones por hongos en las uñas, las callosidades, los callos, las ampollas, los juanetes, la piel seca, las llagas, los dedos en martillo, las uñas encarnadas y las verrugas plantares.
Aunque cualquiera puede tener estos problemas, son más críticos para las personas con diabetes porque:
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Si tiene daños en los nervios, es posible que no sienta las pequeñas heridas que necesitan tratamiento.
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Un flujo sanguíneo deficiente puede retrasar la curación de las heridas.
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Si está inmunodeprimido, puede ser más propenso a las infecciones.
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Los nervios musculares del pie dañados pueden impedir que su pie se alinee correctamente, haciendo que ejerza más presión en una zona del pie, lo que provoca llagas en el pie y úlceras en los puntos de presión.
Consejos de prevención: Dedica tiempo al cuidado de los pies a diario. Lávese, séquese y examine la parte superior e inferior de los pies. Compruebe si hay piel agrietada, cortes, arañazos, heridas, ampollas, enrojecimiento, callos y otros cambios. Utilice cremas antibióticas recomendadas por su médico y aplique vendas estériles para proteger los cortes. Evita las uñas encarnadas cortándolas en línea recta; no cortes las esquinas. No vayas descalzo y protege siempre tus pies. Asegúrate de llevar un calzado adecuado.
Si desarrolla problemas en los pies, aunque sean leves, trátelos de inmediato o acuda a un médico. Y acuda al podólogo cada dos o tres meses.
Revisar los pies a diario permite detectar los pequeños problemas y tratarlos antes de que se agraven. Hazlo parte de tu rutina diaria por la mañana: no lleva mucho tiempo.
2. El cuidado de la piel y la diabetes
Las infecciones bacterianas, las infecciones por hongos y el picor son problemas comunes de la piel que puede desarrollar cualquier persona, pero son especialmente problemáticos para las personas con diabetes debido al escaso flujo sanguíneo y a que el cuerpo puede no combatir bien las infecciones. Evita las complicaciones más graves. No ignore estos problemas:
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Las infecciones bacterianas como los forúnculos (infecciones del folículo piloso) requieren tratamiento antibiótico.
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Las infecciones fúngicas incluyen el hongo tipo levadura llamado Candida albicans, que suele aparecer en los pliegues cálidos y húmedos de la piel: debajo de los senos, alrededor de las uñas, entre los dedos de las manos y de los pies, y en las zonas de las axilas y las ingles.
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La tiña inguinal (en los genitales y los muslos), el pie de atleta (entre los dedos de los pies), la tiña (en los pies, la ingle, el pecho, el abdomen, el cuero cabelludo y las uñas) y las infecciones vaginales son muy comunes cuando no se controla el azúcar en sangre. Estas pueden requerir tratamiento con medicamentos recetados, aunque ocasionalmente pueden funcionar los tratamientos antimicóticos de venta libre.
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Una infección fúngica llamada mucormicosis (contraída a partir de hongos del suelo y plantas en descomposición) puede llegar a ser extremadamente grave, especialmente para quienes tienen una diabetes tipo 2 fuera de control. Puede comenzar como una infección de los senos paranasales que empeora, y puede extenderse a los pulmones y al cerebro. Los síntomas son infección de los senos, fiebre, hinchazón de los ojos, enrojecimiento de la piel sobre la zona de los senos; ocasionalmente puede producirse una ulceración con drenaje. Acuda al médico inmediatamente; puede ser mortal.
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El picor causado por la sequedad de la piel, una infección por hongos o un flujo sanguíneo deficiente (en las piernas especialmente) suele ser consecuencia de la diabetes. El uso de lociones o cremas puede proporcionar alivio.
Otras afecciones de la piel están causadas por una mala irrigación sanguínea y algunas por la resistencia del organismo a utilizar la insulina.
También pueden aparecer sarpullidos, bultos y ampollas; algunos requieren tratamiento, otros no. Hay que saber cuál es cada una y tratarlas cuando sea necesario.
Por ejemplo, la xantomatosis eruptiva, una afección de la piel, está causada por niveles altos de colesterol y grasa en la sangre. Aparece en la parte posterior de los brazos, las piernas y las nalgas en forma de protuberancias firmes, amarillas y cerosas, similares a los guisantes, que suelen picar y estar rodeadas de halos rojos. La medicación para controlar los niveles de grasa en la sangre ayuda, al igual que el control del azúcar en la sangre.
Consejos de prevención: Controle el nivel de azúcar en la sangre para aumentar la capacidad de su organismo de combatir las infecciones y prevenir la sequedad de la piel. Utiliza polvos de talco en las zonas propensas a las infecciones y usa lociones y jabones hidratantes cuando sea necesario. (No pongas lociones entre los dedos de los pies; la humedad extra allí puede desencadenar la aparición de hongos).
Y recuerda, acude a tu médico para tratar los problemas de la piel que no desaparecen, especialmente los problemas de los pies y las infecciones por hongos. Estos pueden ser muy graves y requieren un tratamiento con medicamentos recetados.
3. El cuidado de los ojos y la diabetes
La diabetes puede dañar los vasos sanguíneos de los ojos, provocando problemas graves que se pueden prevenir, como cataratas, glaucoma y retinopatía.
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Con una catarata, el cristalino del ojo se nubla, nublando la visión. Aunque cualquiera puede tener cataratas, éstas pueden desarrollarse a una edad más temprana -y progresar más rápidamente- si se tiene diabetes.
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El glaucoma se produce cuando se acumula presión en el interior del ojo debido a que el líquido no drena correctamente. La presión daña los nervios y los vasos sanguíneos del ojo, perjudicando la visión.
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La retinopatía está causada por el daño de los vasos sanguíneos en los ojos y, si no se diagnostica y trata a tiempo, puede conducir a la ceguera.
Consejos de prevención: Evite que estos problemas se conviertan en algo serio asegurándose de que su nivel de azúcar en la sangre está bajo control y acudiendo a un oftalmólogo para que le haga un examen anual.
4. Cuidado de los dientes y las encías con la diabetes
La mayoría de las personas desarrollan problemas de encías a lo largo de su vida pero, si tienes diabetes, tus riesgos son mayores de padecer una enfermedad grave de las encías, y de padecerla a una edad más temprana.
Esto se debe a que, con la diabetes, tu cuerpo es más vulnerable a las bacterias y a las infecciones. Los niveles elevados de azúcar en sangre pueden agravar la enfermedad de las encías, provocando sangrado, encías sensibles y encías que se separan de los dientes. Con el tiempo, es posible que necesites una operación de encías para salvar tus dientes.
Otros problemas bucales que suponen un riesgo:
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Inflamación de las encías
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Mala cicatrización después de un tratamiento dental
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Boca seca
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Ardor en la boca o en la lengua
Consejos de prevención: Cepíllate después de cada comida, utiliza el hilo dental a diario y acude al dentista dos veces al año. Asegúrese de decirle a su dentista que tiene diabetes y lleve una lista de los medicamentos que toma.
Comente con su dentista cualquier infección bucal o dificultad para controlar los niveles de azúcar en sangre, y asegúrese de que la glucemia está controlada antes de someterse a procedimientos dentales rutinarios. Si va a someterse a una cirugía dental, su dentista debe consultar con su médico de diabetes sobre sus medicamentos y la necesidad de un antibiótico.
5. Cómo cuidar el corazón cuando se tiene diabetes
Las enfermedades del corazón, los ataques cardíacos y los accidentes cerebrovasculares son preocupaciones muy serias para cualquier persona con diabetes, pero también pueden prevenirse.
La acumulación de colesterol en las paredes de los vasos sanguíneos (endurecimiento de las arterias) es la causa más común de las enfermedades cardíacas y los accidentes cerebrovasculares. Cuando los niveles de azúcar en sangre son más elevados de lo normal, este proceso perjudicial se intensifica, reduciendo el flujo sanguíneo al corazón y al cerebro y aumentando el riesgo de infarto e ictus. La capacidad de bombeo del corazón también puede verse afectada, provocando una insuficiencia cardíaca.
Consejos de prevención: Siga los consejos de su médico para mantener a raya el azúcar en sangre, la presión arterial y el colesterol.
Si tiene diabetes, sus niveles de colesterol y presión arterial deben ser más bajos que los de una persona media, por lo que debe tomar los medicamentos que le han recetado. Adelgace si es obeso, haga ejercicio con regularidad y siga una dieta saludable para el corazón, baja en grasas y sal. Deje de fumar y hable con su médico para tomar una aspirina diaria.
Y, por último, asegúrese de recibir una buena atención médica para su diabetes. "Si estás probando todo tipo de cambios en el estilo de vida, la nutrición y la medicación, pero el nivel de azúcar en sangre no mejora, es posible que necesites un nuevo médico", dice Orlander.