Algunos grupos raciales y étnicos tienen tasas mucho más altas de diabetes de tipo 2 que otros, y esto va más allá del peso y el ejercicio.
Cada persona es diferente, y hay muchos factores que pueden afectar a su salud y a la posibilidad de padecer diabetes: su peso y su edad, su grado de actividad física y otras enfermedades que padezca. Pero las investigaciones demuestran que es más común en ciertos grupos...
Lo que muestran las estadísticas
En Estados Unidos, los científicos han encontrado diferentes tasas de diabetes entre personas de distintas razas:
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Los isleños del Pacífico y los indios americanos tienen las tasas más altas de diabetes entre los 5 grupos raciales contabilizados en el censo de EE.UU. Tienen más del doble de probabilidades de padecer la enfermedad que los blancos, que tienen aproximadamente un 8% de probabilidades de padecerla en la edad adulta.
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La diabetes también es más común entre los afroamericanos y los asiático-americanos en comparación con los blancos.
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Las tasas también pueden variar según la etnia. Los indios asiáticos tienen entre 2 y 3 veces más probabilidades de padecer diabetes que los coreanos-americanos. Muchos menos nativos de Alaska la tienen que los indios americanos del sur de Arizona.
Razones de las diferencias
Los investigadores siguen estudiando los numerosos factores que podrían hacer que la diabetes sea más común en personas de determinadas razas o etnias. Pero hasta ahora, han analizado algunos aspectos que podrían explicar las diferencias.
El tipo de cuerpo. El sobrepeso o la obesidad aumentan considerablemente las posibilidades de padecer diabetes de tipo 2. Pero igual de importante es la cantidad de peso que proviene de la grasa y el lugar del cuerpo en el que se encuentra.
Según la Organización Mundial de la Salud, los asiáticos tienden a tener un poco más de grasa corporal que los blancos de la misma altura y peso. También tienen más grasa en el vientre. Esa grasa profunda es más perjudicial que la que se encuentra bajo la piel de las nalgas o los muslos, porque es más probable que te haga resistente a la hormona... la insulina, que ayuda a mantener estables los niveles de azúcar en sangre. Esto hace que aumente la probabilidad de padecer diabetes.
Las investigaciones demuestran que los afroamericanos tienden a tener menos potasio en su cuerpo que los blancos. La deficiencia de potasio está relacionada con un mayor riesgo de desarrollar diabetes de tipo 2. Al mismo tiempo, los afroamericanos, por término medio, pueden ser mejores que los blancos en la producción de insulina.
Dieta y estilo de vida. El lugar y la forma de vivir también pueden ser importantes. Los chino-americanos tienen más diabetes que los que viven en zonas rurales de China. Lo mismo ocurre con los japoneses-estadounidenses, en comparación con los japoneses. Los investigadores creen que la diferencia puede deberse, en parte, a las dietas occidentales con alto contenido en grasas y azúcares.
Un estudio reciente descubrió que entre los niños mexicano-estadounidenses, las tasas de diabetes tendían a aumentar cuanto más adoptaban el estilo de vida típico de Estados Unidos. Los investigadores creen que esto puede deberse a que los niños más americanizados comen comida rápida con más frecuencia y hacen menos ejercicio.
Tus genes. A pesar de todas las diferencias entre razas y etnias, la mayoría de las investigaciones han descubierto que los genes desempeñan un papel relativamente pequeño en el riesgo de padecer diabetes. Los mismos hábitos y condiciones que aumentan tus probabilidades se aplican a todo el mundo, independientemente de tu origen?
Lo que puedes hacer
Seas como seas, puedes tomar medidas para prevenir o reducir tus posibilidades de padecer diabetes:
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Haga ejercicio... regularmente: al menos 30 minutos de entrenamiento moderado en 5 días a la semana.
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Vigila lo que comes. Reduce el azúcar, las grasas saturadas y la sal... Añade verduras de hoja verde, cereales integrales y salmón y otros alimentos ricos en ácidos grasos omega-3.
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Mantenga su peso en un rango saludable.
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Acude a tu médico para que te haga revisiones periódicas.
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Consulte clases de cocina, educación sanitaria o programas de apoyo para crear buenos hábitos.
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