El médico explica las distintas causas y tratamientos de la sensación de quemazón en los pies.
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Causas del ardor en los pies
La mayoría de las veces, la neuropatía es la causa del ardor en los pies. Las fibras nerviosas dañadas son más propensas a volverse hiperactivas y a fallar. Los nervios dañados envían señales de dolor al cerebro aunque no haya ninguna herida.
En la mayoría de las personas con neuropatía, los nervios de las piernas se dañan primero. Estas personas suelen tener también hormigueo y entumecimiento en los pies. Muchas personas se quejan de que sus pies son excesivamente sensibles al tacto (hiperestesia) y pueden tener diversos grados de dolor por quemazón. Puede ser desde leve hasta incapacitante.
La diabetes y el abuso del alcohol son, con mucho, las causas más comunes de neuropatía en las piernas. Muchas otras afecciones pueden causar neuropatía o sensación de ardor en los pies:
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Enfermedad renal crónica (uremia)
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Neuropatía de fibras pequeñas
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Deficiencia de vitaminas (vitamina B12, folato y ocasionalmente vitamina B6)
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Abuso de alcohol
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Niveles bajos de hormonas tiroideas (hipotiroidismo)
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Enfermedad de Lyme
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VIH/SIDA
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Polineuropatía amiloidea
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Efectos secundarios de los medicamentos, incluidos los de quimioterapia, la sobredosis de vitamina B6, los medicamentos para el VIH, la amiodarona, la isoniazida, la metformina y otros
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Eritromelalgia
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Intoxicación por metales pesados (plomo, mercurio, arsénico)
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Vasculitis (inflamación de los vasos sanguíneos)
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Sarcoidosis
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Síndrome de Guillain-Barre (SGB)
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Polineuropatía desmielinizante inflamatoria crónica (CIDP)
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Además de la neuropatía, las infecciones y la inflamación de los pies también pueden provocar una sensación de ardor. La más común es el pie de atleta, una infección de la piel causada por hongos.
La enfermedad arterial periférica (EAP) también suele causar ardor en los pies. La mala circulación de la sangre a los pies puede causar frecuentemente dolor, hormigueo y ardor en los pies, especialmente al caminar.
Semanas o meses después de la cirugía de bypass gástrico, algunas personas experimentan una sensación de ardor en los pies. La mala absorción de las vitaminas del grupo B después del bypass gástrico puede causar neuropatía en las piernas y sensación de pies ardientes.
Diagnóstico de los pies ardientes
La mayoría de las personas que tienen pies ardientes tienen una causa probable (como la diabetes) que puede ser identificada. Para estas personas, el diagnóstico de pies ardientes debido a una neuropatía es sencillo, y no se necesitan pruebas adicionales.
En algunas personas cuya sensación de ardor es repentina, empeora rápidamente o no tiene una causa explicable, pueden ser necesarias más pruebas para hacer un diagnóstico correcto. Estas pruebas pueden incluir:
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Electromiografía (EMG). Prueba de la función muscular que utiliza registros de la actividad eléctrica dentro de los músculos. Para una prueba de EMG se puede colocar una sonda en la piel o introducir una aguja en el músculo.
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Estudio de conducción nerviosa. Un estudio de conducción nerviosa pone a prueba la capacidad de los nervios para transmitir impulsos. Se estimula un nervio y se mide la respuesta en el músculo controlado por ese nervio.
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Pruebas de laboratorio. A veces, se pueden sugerir análisis de sangre, orina o líquido cefalorraquídeo para ayudar a diagnosticar la causa del ardor de pies. Los niveles de vitaminas pueden comprobarse con un simple análisis de sangre.
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Biopsia del nervio. En muy raras ocasiones, el médico puede sugerir que se corte un trozo de tejido nervioso y se examine al microscopio.
Tratamientos para el ardor de pies
El tratamiento más importante para el ardor de pies debido a la neuropatía es detener cualquier daño nervioso en curso. En algunos casos, el tratamiento de la enfermedad subyacente mejorará la neuropatía y los síntomas. En otras situaciones, como una neuropatía de fibras pequeñas, en las que no se puede identificar la causa, el médico se centrará en tratar los síntomas de la persona.
En el caso de las personas con neuropatía diabética, el tratamiento consiste en mantener los niveles de azúcar en sangre dentro de los límites normales. Esto suele requerir cambios en la dieta, medicamentos orales y, a menudo, inyecciones de insulina.
En el caso de las personas con otras formas de neuropatía que provocan ardor en los pies, es igualmente importante evitar que se produzcan más daños en los nervios. Las condiciones específicas y sus tratamientos incluyen:
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Deficiencia de vitaminas. Tomar vitamina B12 adicional por vía oral o por inyección puede sustituir los niveles bajos de este nutriente.
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Alcoholismo. Dejar de beber en exceso previene el daño continuo a los nervios y permite que éstos se curen.
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Enfermedad renal crónica. La diálisis puede ser necesaria para eliminar las toxinas que causan la neuropatía y los síntomas de ardor en los pies.
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Hipotiroidismo. Tomar la hormona tiroidea por vía oral eleva los niveles bajos de la tiroides, revirtiendo a menudo la neuropatía así como los síntomas de pies ardientes.
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EGB y CIDP. Los tratamientos son muy especializados e incluyen el intercambio de plasma (plasmaféresis) o la terapia con inmunoglobulina (IVIG).
Los tratamientos de los pies ardientes incluyen el tratamiento del dolor y las sensaciones anormales creadas por la neuropatía. Algunos medicamentos comúnmente prescritos para los pies ardientes incluyen:
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amitriptilina.
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carbamazepina (Tegretol)
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desipramina (Norpramin)
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duloxetina (Cymbalta)
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gabapentina (Neurontin)
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pregabalina (Lyrica)
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topiramato (Topamax)
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venlafaxina (Effexor XR)
Pueden ser necesarios otros analgésicos para reducir las graves molestias que algunas personas experimentan por el ardor de pies. Los medicamentos de venta libre como Advil, Aleve, Motrin IB y Tylenol controlan el dolor en muchas personas con pies ardientes. Los analgésicos recetados, como el tramadol (Ultram) o las dosis bajas de opiáceos (narcóticos), pueden ser necesarios para el dolor intenso.
En el caso de los pies ardientes causados por el pie de atleta, los medicamentos antimicóticos pueden curar la infección fúngica y aliviar los síntomas de los pies ardientes. En primer lugar deben utilizarse medicamentos de venta libre como el miconazol (Micatin) o la terbinafina (Lamisil AT). También existen antifúngicos de prescripción como el fluconazol (Diflucan), el itraconazol (Sporanox) y la naftifina (Naftin).
