La terapia electroconvulsiva, o TEC, se utiliza a menudo con eficacia para la depresión difícil de tratar. El médico explica cómo funciona y sus efectos secundarios y riesgos.
La terapia electroconvulsiva funciona rápidamente, por lo que suele ser el tratamiento de elección para las personas con una depresión muy grave, psicótica o con tendencia al suicidio. Para estas personas, esperar a que los antidepresivos o la terapia funcionen puede ser peligroso. Sin embargo, el inconveniente es que los efectos de la TEC no suelen ser duraderos y es probable que sean necesarios más tratamientos.
La terapia electroconvulsiva nunca se utiliza en alguien que no lo desee.
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Cómo funciona la terapia electroconvulsiva
Con la terapia electroconvulsiva, se aplica una estimulación eléctrica al cerebro que provoca una convulsión. Por razones que los médicos no comprenden del todo, esta convulsión ayuda a aliviar los síntomas de la depresión. La terapia electroconvulsiva no causa ningún daño estructural en el cerebro.
El procedimiento en sí suele requerir una estancia en el hospital, aunque cada vez más se realiza de forma ambulatoria. Durante el procedimiento, se le dormirá bajo anestesia general. No sentirá nada. El médico también le dará un relajante muscular. Se le aplicarán electrodos en el cuero cabelludo y se le administrará una corriente eléctrica. Esta estimulación eléctrica provoca una breve convulsión. La convulsión se controla con medicamentos para que su cuerpo no se mueva. Se despertará unos minutos después sin recordar el tratamiento.
El número de sesiones necesarias varía. Muchas personas se someten a entre seis y doce sesiones administradas de dos a tres veces por semana durante un periodo de varias semanas. Tras el tratamiento inicial, es posible que necesite más tratamientos de TEC, además de medicamentos para la depresión y terapia, para evitar que la depresión vuelva a aparecer.
Los estudios han demostrado que la terapia electroconvulsiva funciona en muchas personas con depresión resistente al tratamiento. Un estudio de 39 personas con depresión resistente al tratamiento comparó los efectos de un antidepresivo con la TEC. Después de dos o tres semanas, el 71% de las personas que recibieron la TEC tuvieron una respuesta positiva al tratamiento. Pero sólo el 28% que recibió el antidepresivo tuvo una respuesta positiva tras cuatro semanas de tratamiento. Los resultados fueron δ en 1997 en la revista médica Acta Psychiatrica Scandinavia.
Riesgos y efectos secundarios de la terapia electroconvulsiva
El efecto secundario más común de la TEC es la pérdida de memoria a corto plazo. Sin embargo, algunas personas informan que también tienen pérdida de memoria a largo plazo. La TEC también provoca un breve aumento de la frecuencia cardíaca y de la presión arterial durante el procedimiento, por lo que puede no estar recomendada en personas con problemas cardíacos inestables. Antes de iniciar la TEC es necesario realizar un examen físico y pruebas de laboratorio básicas, incluido un electrocardiograma (ECG), para asegurarse de que no existen problemas médicos que puedan interferir con la administración segura de la TEC.
La terapia electroconvulsiva suele funcionar rápidamente, pero el 50% o más de las personas que reciben este tratamiento recaen en el plazo de varios meses si no hay un tratamiento posterior (por ejemplo, medicamentos) para evitar la recaída. El médico suele aconsejar un régimen de medicación que incluya antidepresivos, o posiblemente sesiones periódicas adicionales ("de mantenimiento") de TEC para ayudar a prevenir la recaída.