10 factores desencadenantes de la depresión y el estrés navideños, y formas de afrontarlos. Desde la ansiedad por las facturas hasta los compromisos sociales y los viajes, la doctora te muestra cómo gestionar el estrés.
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Una ración de drama con tu pavo navideño? Si tu familia se pelea o la vuelta a casa desencadena malos recuerdos, puedes hacerle frente.
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No esperes lo peor. Céntrate en ponerte al día con un primo o en disfrutar de tu plato favorito.
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Haz un plan. Ten a un familiar de confianza preparado para librarte de las malas conversaciones.
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Establece un límite de tiempo. Pásate sólo 15 minutos. O si no puedes soportar ir, simplemente confirma que "no".
Sobrecomercialización
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Cuando los renos de plástico y la presión por superar los regalos del año pasado son sencillamente deprimentes, aquí tienes algunas formas de volver a centrarte en lo que es significativo para ti:
Pasa tiempo de calidad con tus seres queridos. Recurre a tus creencias. Mantén las tradiciones sencillas. Haz una donación a una organización benéfica en lugar de hacer regalos.
Comprometerse en exceso
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Cómo afrontarlo: Contempla el poder del "No". Parece una tontería, pero practica a decirlo... en voz alta, frente a un espejo. No dudes en soltar un "no" a cualquier invitación navideña. No hace falta que des una razón. Comprometerse con uno mismo a estar bien descansado es saludable.
Si hay una obligación que crees que debes cumplir pero te sientes abrumado, pide ayuda. Sé concreto. Por ejemplo: "¿Puedes traer la ensalada?".
Preocupaciones financieras
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No tienes que gastar mucho -o incluso nada- para demostrar que te importa.
Prueba: Comprar libros, personalizarlos por temas. Escribir una nota atenta o hacer regalos. O programar un café o una cena con amigos para disfrutar de la compañía mutua.
A la hora de comprar, crea un presupuesto con antelación y ajústate a él. Busca los regalos en Internet para evitar las compras impulsivas en el frenesí de los centros comerciales.
Expectativas poco realistas
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La vida es agitada todo el año. Si a esto le añadimos la presión de tener unas fiestas perfectas y a la vez alegres, es fácil que nos sintamos agobiados y no festivos.
Consejo de superación: abandona el perfeccionismo. ¿No tienes tiempo para hacer galletas para los compañeros de tu hijo? Las galletas compradas en la tienda están bien. ¿Olvidaste la corona de flores? No pasa nada. Tu familia te perdonará.
Fatiga
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Quedarse hasta tarde envolviendo regalos, dedicar días a hacer latas de chocolatinas para los vecinos o recorrer a toda prisa el centro comercial puede ser agotador y pasar factura.
Consejo para afrontarlo: tómate un respiro. Recuerde que no puede disfrutar de las fiestas si las atraviesa como un zombi. Dedica tiempo a descansar y revitalizarte. Planifica noches sin compromisos y acuéstate pronto.
Estrés
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Familiares. Compras. Viajes. Planificación de la fiesta. Encontrar una guardería. Las vacaciones pueden aumentar el estrés o la tristeza que se siente durante el año normal.
Para sobrevivir: Planifique un "tiempo para mí" diario. Resérvate 15 minutos para salir a caminar o hacer otra cosa que te guste.
Si acudes a un terapeuta, acuerda ir más a menudo si crees que lo vas a necesitar. O pregunta si puedes hacer revisiones telefónicas en caso de crisis.
Romper con los hábitos saludables
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Así que te has tomado una taza extra de ponche de huevo. No pasa nada. No permitas que un exceso de consumo durante las fiestas haga descarrilar los hábitos saludables en los que trabajas todo el año, como comer bien, descansar lo suficiente y tomar los medicamentos con regularidad.
Consejos para seguir el camino: Empieza de cero mañana. Pruebe a tomar verduras o fruta fresca como tentempié antes de la fiesta para frenar los arrepentimientos del bufé. Evita el alcohol o conoce tu límite. Mantén una rutina de ejercicio y de alimentación establecida.
Estar lejos de la familia y los amigos
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Si no puedes ir a casa estas vacaciones o tus amigos tienen otros planes, prueba:
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Salir a la calle. Celebrar con gente que estará en la ciudad y empezar una nueva tradición.
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Mirando hacia el futuro. Planificar una visita en el nuevo año. Centrarse en una visita futura puede alejar la mente del presente.
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El voluntariado. Te sitúa cerca de la gente y el énfasis en dar. Los estudios demuestran que ayudar a los demás puede contribuir a mejorar tu estado de ánimo y tu bienestar.
Días más cortos, falta de luz solar
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La oscuridad del invierno afecta realmente al estado de ánimo de algunas personas. La tristeza, la ansiedad, la pérdida de interés por las actividades o el hecho de dormir más cada invierno pueden ser un signo de depresión llamado trastorno afectivo estacional (TAE). Se calcula que entre el 10% y el 20% de las personas en EE.UU. experimentan una forma leve de TAE de inicio invernal, y parece ser más común en las mujeres.
Consejo para afrontarlo: Si tiene síntomas, acuda a su médico. Hay tratamiento disponible.