Un médico explica cómo la terapia conversacional, los cambios en el estilo de vida y otros tratamientos no farmacológicos pueden ayudar a tratar la depresión.
Trabaje siempre con su médico para asegurarse de que recibe el tratamiento adecuado para usted.
1. Ejercicio
El ejercicio regular -el que aumenta el ritmo cardíaco- es una buena medicina, también para la depresión.
"Aumenta el flujo de sangre al cerebro, y podría promover la producción de ciertas sustancias químicas en el cerebro como lo hace un antidepresivo", dice el doctor Andrew Leuchter, profesor de psiquiatría en la Escuela de Medicina David Geffen de la UCLA.
Puedes hacer cualquier actividad. Y puede ser tan intensa o fácil como quieras. En un estudio, un paseo enérgico de media hora, 5 días a la semana, fue de gran ayuda para las personas con depresión leve o moderada. Está bien hacer más que eso.
Si tu depresión es más grave, seguir siendo activo es una buena idea, aunque puede que también necesites otros tratamientos.
2. Dormir mejor
La depresión puede mantenerte despierto, y la falta de sueño puede hacerte sentir deprimido. Si no descansas bien, díselo a tu médico. Puede que necesites pruebas para ver si el motivo es otro problema, como la apnea del sueño.
Cambios sencillos pueden reportar beneficios.
Por ejemplo, no lea, ni vea la televisión, ni utilice el ordenador, ni trabaje en la cama. "Lo último que quieres hacer es dedicarte a una actividad cuando deberías estar durmiendo", dice el doctor Amit Etkin, psiquiatra y neurocientífico de la Universidad de Stanford.
Prueba estos pasos:
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No hagas la siesta durante el día.
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Acuéstate a la misma hora todas las noches.
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Mantén tu dormitorio a oscuras.
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Utilice su cama sólo para dormir.
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Haz que la temperatura de tu dormitorio sea cómoda.
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Evite la cafeína, la nicotina, el alcohol, las conversaciones molestas y las comidas copiosas antes de acostarse.
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Haz ejercicio por la mañana o por la tarde.
3. Grupos de apoyo
Puede suponer una gran diferencia. Conocerás a personas que están pasando por lo mismo que tú.
"Pueden ayudarte a sentir que no estás solo, lo cual es una parte realmente importante del tratamiento", dice Etkin.
Cada grupo es diferente, así que es posible que tengas que probar varios antes de encontrar uno que te guste. Antes de unirte, pregunta sobre su enfoque, cómo es una reunión típica y la formación y el enfoque del líder.
4. Asesoramiento
La terapia de conversación es una de las mejores formas de trabajar con tus retos y encontrar nuevas soluciones.
Los estudios demuestran que muchos tipos pueden ayudar a tratar la depresión. Por ejemplo:
Terapia cognitivo-conductual
le enseña a reconocer y ajustar los pensamientos y acciones que podrían contribuir a sus síntomas.
Terapia interpersonal
le muestra formas más saludables de comunicarse e interactuar con los demás.
Terapia de resolución de problemas
te da habilidades para manejar mejor tu condición.
"Un buen terapeuta utilizará las técnicas que tenga a su alcance, según su habilidad y experiencia, y luego observará al paciente para ver cómo responde", dice Etkin.
5. Terapia de luz
En algunas personas, los días cortos y las noches largas del invierno pueden desencadenar una forma de depresión llamada trastorno afectivo estacional (TAE). Una caja de luz especialmente diseñada puede ayudar a veces.
Siéntate frente a ella durante unos 30 minutos cada mañana después de levantarte. Para las personas con TAE, este tratamiento puede funcionar tan bien como los antidepresivos.
6. Estimulación magnética transcraneal (EMT)
En la EMT, los médicos utilizan un campo magnético para tratar la depresión que es resistente a los medicamentos.
"Básicamente, restablece esas redes del cerebro y permite que vuelva a funcionar con normalidad", dice Leuchter.
Si otros tratamientos no han funcionado, quizá quieras preguntar a tu médico sobre los pros y los contras.
La EMT se realiza en la consulta del médico mientras se está totalmente despierto. La mayoría de las personas reciben un tratamiento de 40 minutos 5 días a la semana durante 4 a 6 semanas. Después, es posible que tengas un ligero dolor de cabeza, pero por lo demás puedes seguir con tu día a día.
Tiene pocos efectos secundarios, si es que los tiene: en la mayoría de los casos, dolor de cabeza, sensación de hormigueo, aturdimiento y molestias en el cuero cabelludo.
7. Terapia electroconvulsiva (TEC)
Su médico puede sugerirla si tiene una depresión grave que no responde a otros tratamientos.
Le pondrán anestesia general, por lo que no estará despierto. Necesitará que alguien le lleve a casa después.
Durante la terapia electroconvulsiva, el médico aplica una pequeña corriente eléctrica a través de electrodos colocados en el cuero cabelludo, lo que provoca una breve convulsión mientras usted está dormido.
Normalmente se necesitan de seis a doce tratamientos a lo largo de varias semanas. A veces se utiliza como terapia de "mantenimiento" después de mejorar un episodio de depresión. Es posible que tengas que hacértelo de una a cuatro veces al mes para evitar que los síntomas vuelvan a aparecer.
Es un tratamiento eficaz que se ha utilizado durante décadas. Pero los médicos aún no están seguros de cómo y por qué las convulsiones provocadas por la TEC mejoran la depresión.
La terapia electroconvulsiva puede causar dolor de cabeza, malestar estomacal, dolores musculares y pérdida temporal de la memoria que puede durar todo el curso de la terapia.