Conozca la depresión situacional, su diferencia con la depresión clínica, los síntomas, los desencadenantes y el tratamiento.
La depresión situacional es diferente de la depresión clínica. Estas son las diferencias y lo que debe saber sobre cada tipo de depresión.
En qué se diferencia de la depresión clínica
La depresión situacional puede parecer similar a la depresión clínica o mayor, pero es diferente.
La depresión situacional es causada por un evento estresante o traumático. Sus síntomas, que pueden ser similares a los de la depresión clínica, son una reacción al suceso. Pueden aparecer al cabo de unos meses, mientras intentas gestionar los cambios que se están produciendo.
La depresión clínica es un trastorno del estado de ánimo que puede ocurrir con o sin un factor de estrés específico. El síntoma más común es un estado de ánimo deprimido que se tiene la mayoría de los días, durante mucho tiempo. Suele ser más grave que la depresión situacional y suele durar más tiempo.
Los síntomas de la depresión situacional pueden incluir:
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Ira
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Cambios en el apetito
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Miedo o preocupación constante
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Dificultad para llevar a cabo las tareas
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Dificultad para concentrarse
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Dificultad para dormir
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Llanto frecuente
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Dolor
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Desesperanza
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Pérdida de interés por las actividades normales
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Sentimientos abrumadores por el estrés o la ansiedad
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Tristeza
La depresión situacional suele mejorar cuando pasa suficiente tiempo después del acontecimiento estresante. Puedes notar que tu estado de ánimo mejora y que las cosas empiezan a mejorar.
La depresión clínica, por el contrario, puede entorpecer tu vida durante mucho tiempo. Puede alterar el sueño, los hábitos alimenticios, el estilo de vida y el trabajo. Con la depresión clínica, el riesgo de suicidio es mayor.
Si la depresión situacional se prolonga y no la tratas, puede convertirse en depresión clínica.
Qué causa la depresión situacional
Muchos acontecimientos de la vida pueden desencadenar una depresión situacional. Algunos son traumáticos. Otros pueden ser acontecimientos felices que representan cambios vitales importantes.
Los desencadenantes típicos son:
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Accidente de coche
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Divorcio
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Experimentar un delito
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Problemas familiares
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Pandemia mundial como la de COVID-19
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Tener un bebé
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Enfermedad o diagnóstico difícil
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Pérdida de un familiar, amigo o mascota
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Pérdida de un trabajo
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Mudanza
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Catástrofe natural
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Problemas de pareja
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Jubilación
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Cuestiones relacionadas con la escuela
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Comienzo de un nuevo trabajo
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Problemas relacionados con el trabajo
Qué hacer con la depresión situacional
La depresión situacional puede desaparecer por sí sola, después de que pase el tiempo y te acostumbres a tu nueva situación. Pero hay cosas que puedes hacer para mejorar tus sentimientos de tristeza y controlar el estrés.
Las estrategias incluyen:
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Comer bien
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Hacer ejercicio
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Expresar sus sentimientos
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Meditación consciente
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Relajación muscular progresiva
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Respiración lenta y profunda
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Pasar tiempo en la naturaleza
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Escribir en un diario
Cuándo acudir al médico
Si tu depresión situacional dura más de unas semanas y no parece mejorar, habla con un médico o un terapeuta profesional.
Ellos pueden ayudarte a averiguar si estás pasando por una mala racha de tristeza o si se trata de una depresión situacional o clínica.
Un terapeuta puede darte espacio para hablar de lo que estás pasando y crear un plan de tratamiento que incluya una combinación de apoyo, educación y herramientas de afrontamiento. Puede recomendar una combinación de psicoterapia y medicación.
Para encontrar un terapeuta, hable con su médico de cabecera o visite la Asociación Nacional de Enfermedades Mentales en nami.org.