Si a veces te sientes sin aliento, puedes tomar medidas en casa para ayudarte a sentirte mejor. Averigüe qué puede hacer para mejorar su flujo de aire.
El ejercicio intenso, las elevaciones y las temperaturas extremas pueden provocar falta de aire. También pueden hacerlo la ansiedad, los resfriados y la gripe, el COVID-19, la obesidad y las afecciones cardíacas y pulmonares.
Si es algo nuevo o no tiene explicación, llama a tu médico de inmediato. Si la falta de aire es repentina o intensa, o si también tienes síntomas como dolor en el pecho, podría ser una emergencia. Llama al 911 o pide a alguien que te lleve a urgencias.
Si su falta de aire no es una emergencia, puede tomar medidas en casa para solucionarlo. Si te han diagnosticado una enfermedad que provoca falta de aire, asegúrate también de utilizar cualquier tratamiento que te recomiende tu médico.
Cómo aliviar la falta de aire
Puede encontrar cierto alivio con técnicas que mejoren su salud general y su respiración:
Deja de fumar y evita el humo de segunda mano. Si vapea o fuma, déjelo cuanto antes. Su médico puede ayudarle a encontrar formas de facilitar el abandono del tabaco. Fumar no sólo provoca falta de aire, sino que aumenta el riesgo de padecer enfermedades pulmonares y puede acortar su vida. Aléjese también del humo de otras personas. Evite también inhalar productos químicos agresivos y cosas como el polvo y el polen, que pueden provocar alergias.
Haga ejercicio. Con el tiempo, hacer ejercicio fortalece los músculos y los pulmones. Cuando los músculos se fortalecen, necesitan menos oxígeno y producen menos dióxido de carbono. Esto mejora el flujo de aire. Con el tiempo, podrá realizar más actividades sin sentirse sin aliento. El ejercicio también puede ayudarle a perder peso. Esto es importante porque la obesidad contribuye a la falta de aire. Consulte a su médico para saber qué nivel de actividad es el adecuado para usted.
Técnicas de relajación. Escuche una aplicación de relajación en su teléfono. O prueba la relajación muscular progresiva, en la que tensas, y luego suavizas, cada grupo de músculos de tu cuerpo. Estas técnicas ayudan a reducir el estrés, te animan a respirar lenta y profundamente y te distraen de tus problemas respiratorios. También pueden ayudar a combatir la ansiedad, que puede provocar falta de aire.
Respiración con los labios fruncidos. Esta técnica ralentiza tu respiración para que no te esfuerces tanto en cada respiración. También te ayuda a liberar todo el aire viejo de los pulmones, lo que permite que entre más aire fresco. Para ello, inspira por la nariz durante dos cuentas. A continuación, frunce los labios como si estuvieras soplando un beso y exhala por la boca durante cuatro cuentas.
Otros ejercicios de respiración. Prueba la respiración diafragmática. Es cuando te concentras en utilizar el diafragma (el músculo que separa el pecho del abdomen) mientras respiras profunda y lentamente. Coloca la mano en el vientre mientras respiras para sentir el movimiento del diafragma.
Prueba diferentes ejercicios de respiración para descubrir cuál te ayuda a sentirte mejor.
Tómate un descanso. Cuando empieces a sentirte sin aliento durante tu jornada, detente y tómate un descanso. Relájate durante unos minutos hasta que vuelvas a respirar con normalidad. Luego puedes volver a lo que estabas haciendo
Inclínate hacia delante. Ciertas posiciones del cuerpo pueden facilitarte la respiración. Mientras estás sentado en una silla con los pies apoyados en el suelo, inclínate hacia delante y apoya los codos en las rodillas. Relaje el cuello y los hombros mientras inspira y espira. O bien, mientras está sentado detrás de un escritorio o una mesa, coloque los brazos cruzados sobre su superficie y luego apoye la cabeza en los brazos. Hazlo hasta que se te pase la falta de aire.
Refréscate con un ventilador. Las investigaciones han descubierto que el aire fresco de un pequeño ventilador de mano puede ayudarle a recuperar el aliento. Utilízalo en las mejillas y la cara hasta que mejore tu respiración.