Conozca consejos que le ayudarán a controlar el dolor, la fatiga, el malestar estomacal y otros síntomas que pueden aparecer si tiene un cáncer de colon que se extiende al hígado.
Aunque no puedan curar el cáncer, tratamientos como la cirugía, la radioterapia y la quimioterapia pueden aliviarte. Y si no lo consiguen, aún hay muchas más cosas que puedes probar.
Busca formas de aliviar el dolor
El cáncer puede hacer que el hígado crezca y sobresalga en las partes del cuerpo que lo rodean, lo que provoca dolor y molestias. Una vez que el médico entienda dónde está tu dolor, cómo se siente y cuánto dura, podrás obtener el medicamento adecuado, como analgésicos o esteroides.
También puedes probar otros métodos para tratar el dolor, como la acupuntura, la hipnosis y las técnicas de relajación. Y puede que necesites más de una cosa. Trabaja con tu médico para encontrar la combinación adecuada para ti.
Come cuando no tengas ganas
Puede que pierdas el apetito y no tengas ganas de cenar, pero necesitas comer para mantener tu energía.
Prueba algunos de estos consejos:
Come poco. En lugar de tres grandes comidas, prueba con otras más pequeñas o toma tentempiés cada pocas horas.
Haz que cuente. Elige alimentos ricos en proteínas y calorías, como los frutos secos, los huevos y los helados. Puedes añadir mantequilla, nata, miel o azúcar para dar un impulso extra a tus tentempiés.
Date un capricho. Come más de tus alimentos favoritos para que vuelvas a por más.
Obtenga alivio para la hinchazón y el malestar
Cuando tu hígado se hincha y no está funcionando como es normal, puedes tener acumulación de líquido en tu vientre. Eso no sólo te hincha, sino que también puede afectar a tu respiración y a tus ganas de comer.
El médico puede utilizar una aguja para eliminar el líquido. Para una solución a más largo plazo, también pueden ponerte un pequeño tubo bajo la piel que puede drenarlo más a menudo. También es posible que tengas que tomar comprimidos de agua, llamados diuréticos, para ayudar a prevenir la acumulación en primer lugar.
Mantenga la temperatura bajo control
A veces, los cánceres avanzados pueden alterar tu temperatura corporal. Intenta vestirte en capas y habla con tu médico sobre cómo afrontarlo.
Deshazte de los picores
A veces un tumor hepático bloquea el conducto biliar. Se trata de un conducto que transporta la bilis, un líquido que desempeña un papel en la digestión de las grasas. La obstrucción puede hacer que la bilis pase a la sangre y provoque ictericia, que da a la piel un tono amarillento y puede provocar picores.
Dependiendo de dónde se encuentre el cáncer, es posible que le coloquen un pequeño tubo, llamado stent, para mantener abierto el conducto biliar. Si no es así, el médico puede darle medicamentos para aliviar el picor.
Intente evitar las cosas que empeoran el picor, como:
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La luz solar directa
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Baños calientes
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Alimentos picantes
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Jabones que resecan la piel
Ÿ También puedes ducharte a menudo y utilizar emolientes: humectantes no cosméticos.
Detener el hipo
Un hígado hinchado puede presionar un nervio que va al diafragma, un músculo que ayuda a empujar los pulmones cuando respiras. Esto puede provocar hipo. Tu médico puede sugerirte un medicamento para mantenerlo a raya.
Controla el malestar estomacal
Hay una serie de medicamentos que pueden ayudar con el malestar estomacal. Los medicamentos antieméticos pueden aliviar las náuseas.
También puede ser conveniente:
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Pedir a otras personas que le preparen la comida, si cocinar le produce náuseas.
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Evita beber mucho justo antes de comer.
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Opte por alimentos tibios o fríos, si el olor es un desencadenante (los alimentos calientes tienen olores más fuertes).
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Coma pequeñas cantidades y mastique bien los alimentos.
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Limítate a consumir alimentos suaves, como galletas saladas o pan tostado normal, cuando tus síntomas sean peores.
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Toma pequeños sorbos de bebidas, no grandes tragos.
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Prueba alimentos y bebidas con menta o jengibre.
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Controle su fatiga
Cuando estás agotado de energía, se trata de trabajar dentro de tus límites:
Pide ayuda. Si te sientes culpable por ello, recuerda que los amigos y la familia quieren colaborar, pero a menudo no saben cómo hacerlo. Hazles un favor y hazles saber lo que necesitas.
Ponte en marcha. Parece lo contrario de lo que necesitas cuando estás agotado, pero el ejercicio puede darte un empujón. Un pequeño paseo o incluso ejercicios suaves en la cama pueden marcar la diferencia.
No te pases de la raya. Siempre que sea posible, guarda tu energía para las cosas que más quieres hacer.
Fija un tiempo para descansar. No es necesario que duerma, pero programar momentos regulares para sentarse o tumbarse puede ayudarle a recargarse.
Controla tus niveles de energía. Te ayudará a realizar actividades que podrías estar evitando porque agotan tus fuerzas. Y te mostrará cuándo tienes más energía, para que puedas utilizar ese tiempo en las cosas que realmente te gustan.