El médico explica las causas y el tratamiento de la adenoiditis, una infección que puede provocar infecciones respiratorias y problemas de respiración.
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¿Qué son las adenoides?
Las adenoides son una masa de tejido que, junto con las amígdalas, ayudan a mantenerte sano al atrapar los gérmenes dañinos que pasan por la nariz o la boca. Las adenoides también producen anticuerpos que ayudan al organismo a combatir las infecciones. A diferencia de las amígdalas, que se pueden ver fácilmente abriendo la boca, las adenoides no se pueden ver. El médico tiene que utilizar un pequeño espejo o un instrumento especial con luz para ver las adenoides. A veces se pueden hacer radiografías para verlas con más claridad.
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Aunque las adenoides desempeñan un papel importante para mantener a una persona sana, a medida que se envejece, las adenoides pierden importancia, porque el cuerpo es capaz de combatir las infecciones de otras maneras. De hecho, las adenoides suelen reducirse hacia los 5 ó 6 años y prácticamente desaparecen en la adolescencia.
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¿Qué es la adenoiditis?
Aunque las adenoides ayudan a filtrar los gérmenes del cuerpo, a veces pueden verse abrumadas por las bacterias e infectarse. Cuando esto ocurre también se inflaman e hinchan. Esta afección se denomina adenoiditis. Es más frecuente en los niños, pero a veces afecta a los adultos.
Cuáles son los síntomas de la adenoiditis?
Los síntomas de la adenoiditis pueden variar en función de la causa de la infección, pero pueden incluir:
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dolor de garganta
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nariz congestionada
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Glándulas inflamadas en el cuello
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Dolor de oído y otros problemas de oído.
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Cuando la nariz está tapada, respirar por ella puede ser un reto. Otros síntomas de adenoiditis relacionados con la congestión nasal son:
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respirar por la boca
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hablar con un sonido nasal, como si se hablara con la nariz tapada
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Dificultad para dormir.
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ronquidos o apnea del sueño (afección en la que se deja de respirar durante un breve periodo de tiempo mientras se duerme)
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Cómo se trata la adenoiditis?
La adenoiditis se trata con antibióticos. Sin embargo, si su hijo tiene infecciones frecuentes, incluyendo infecciones de oído y de los senos paranasales, o si los antibióticos no le ayudan, o si su hijo tiene problemas respiratorios continuos, su médico puede remitirle a un especialista que puede hablar de la cirugía... para extirpar las adenoides. Este procedimiento se denomina adenoidectomía.
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El especialista también puede recomendar que se extirpen las amígdalas al mismo tiempo, ya que la adenoiditis y la amigdalitis suelen ir de la mano. La cirugía para extirpar las amígdalas se denomina amigdalectomía y es la intervención quirúrgica más frecuente en la infancia.
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Juntos, usted y el médico de su hijo pueden discutir los pros y los contras de la cirugía y determinar si es necesaria.
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Qué ocurre durante una adenoidectomía?
La adenoidectomía la realiza un médico especializado en cirugía de oído, nariz y garganta. Se realiza en un hospital o en un centro quirúrgico ambulatorio bajo anestesia general, lo que significa que se duerme a su hijo. Las amígdalas y / o adenoides pueden ser removidos a través de la boca por lo que no se hacen incisiones adicionales, excepto para el lugar donde se eliminan los tejidos.
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La mayoría de los pacientes pueden volver a casa después de la intervención; sin embargo, debe esperar estar en el centro quirúrgico durante unas cuatro o cinco horas después de la cirugía para que su hijo pueda ser vigilado cuidadosamente. Su médico puede darle instrucciones más específicas sobre lo que debe esperar en función de las necesidades de salud particulares de su hijo.
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Recuperación de la adenoidectomía
Después de la cirugía, su hijo puede sentir náuseas hasta que la anestesia desaparezca por completo. En la semana siguiente a la adenoidectomía, su hijo puede experimentar lo siguiente:
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Dolor de garganta:
La garganta de su hijo puede estar dolorida de siete a diez días después del procedimiento y comer puede ser incómodo.
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Fiebre:
Su hijo puede tener una fiebre baja varios días después de la cirugía. Si la fiebre sube a más de 38 grados, llame al médico. Busque atención médica si la fiebre se acompaña de otros síntomas como letargo, náuseas, vómitos, disminución de la producción de orina,... dolor de cabeza o rigidez de cuello.
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Respiración por la boca:
La respiración bucal y los ronquidos pueden ocurrir después de la cirugía, debido a la hinchazón de la garganta. La respiración debería volver a la normalidad una vez que la hinchazón disminuya, generalmente entre 10 y 14 días después de la cirugía. Busque atención médica si hay dificultad para respirar.
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Dolor:
Es normal que haya algo de dolor de garganta y oído durante unas semanas después de la cirugía. El médico debe recetar medicamentos para ayudar a controlar el dolor.
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Costras en la boca:
Se desarrollarán costras blancas y gruesas en el lugar donde se extirparon las amígdalas y/o adenoides. Esto es normal y la mayoría de las costras se caen en trozos pequeños dentro de los 10 días después de la cirugía. No deje que su hijo se pique las costras. Estas costras también pueden causar mal aliento.
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Aquí tienes algunos consejos para facilitar la recuperación de tu hijo tras la adenoidectomía:
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Alimente a su hijo con alimentos blandos, como huevos revueltos, gelatina, sopa y polos. Los alimentos tibios o ligeramente fríos son los mejores.?
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Asegúrate de que tu hijo bebe mucho líquido para evitar la deshidratación.
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Haga que su hijo descanse todo lo posible durante los primeros días después de la cirugía. Su hijo debería poder volver a la escuela una vez que pueda volver a comer alimentos normales, ya no esté tomando medicamentos para el dolor y pueda dormir profundamente durante la noche.
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Adenoidectomía: Signo de alarma
Si nota que sale sangre roja brillante de la boca o la nariz de su hijo, llame al médico de inmediato o llévelo a urgencias. Esto puede indicar que las costras se han desprendido demasiado pronto. Es de esperar que aparezcan pequeñas manchas de sangre en la nariz o en la saliva. Además, si la respiración se vuelve tan difícil que su hijo tiene sibilancias, busque atención médica inmediata. Esto puede ser un signo de inflamación excesiva en el área quirúrgica y debe ser examinado inmediatamente.
La cirugía nunca debe tomarse a la ligera. Asegúrese de tener todas las respuestas a sus preguntas antes de tomar una decisión y, si tiene alguna duda, busque una segunda opinión de otro médico cualificado.
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