La crioterapia utiliza temperaturas de congelación para destruir las células anormales. Conozca más sobre cuándo se puede utilizar este tratamiento y cómo es recibirlo.
La crioterapia también se denomina criocirugía o crioablación. Se trata de un procedimiento en el que los médicos utilizan temperaturas frías para eliminar células anormales o pequeños tumores. El frío procede del nitrógeno líquido o del gas argón.
Este tratamiento sólo daña las células expuestas al frío. Los médicos pueden realizarlo tantas veces como sea necesario para eliminar una zona problemática.
¿Qué es lo que trata?
La crioterapia destruye las células precancerosas. Son células que no son normales, pero que aún no se han convertido en cáncer. Si las mata a tiempo, puede evitar que se conviertan en cáncer más adelante.
Los médicos también pueden utilizarla para tratar ciertos tipos de cáncer, como el de próstata, hígado y huesos.
A veces los médicos utilizan la crioterapia para eliminar crecimientos de la piel que no son dañinos, como los papilomas, las verrugas y los angiomas. También puede eliminar pecas y tatuajes.
Durante la crioterapia
El tipo de crioterapia que recibas depende de si las células a las que se dirige están dentro o fuera de tu cuerpo.
Para las que están en el exterior, el médico puede rociar el gas frío directamente en la zona. O puede limpiarla con el líquido frío para destruir las células. Este método puede tratar los precursores de cáncer en la piel.
La crioterapia también puede tratar los cambios en las células del cuello uterino que podrían convertirse en cáncer, a menudo causados por el virus del papiloma humano (VPH). Los médicos pueden detectar estos cambios durante las citologías o exámenes pélvicos rutinarios. El médico utilizará un tubo hueco llamado criosonda para enviar gas frío a las células. Los pequeños tumores del cuerpo también pueden tratarse de esta manera.
El médico puede utilizar una criosonda durante una endoscopia. Es decir, cuando se introduce en el cuerpo un tubo largo y delgado con una luz y una cámara en el extremo para buscar problemas. El tubo puede entrar por una abertura natural, como la boca o el trasero. O el médico puede hacer un pequeño corte en la piel para introducirlo. En cualquier caso, el endoscopio permite al médico ver la zona problemática o el tumor en una pantalla para poder tocarlo con la criosonda.
Cuando la criosonda aplica el frío, se forma una bola de hielo que congela las células cercanas. El médico puede descongelar y congelar la zona más de una vez durante el procedimiento. Por ello, y dependiendo del tamaño y la ubicación de la zona, la crioterapia puede durar unos minutos o hasta unas horas.
Su médico retirará las sondas cuando termine el tratamiento.
Después de la crioterapia
Después del procedimiento, el tejido congelado se descongela y el sistema inmunitario de su cuerpo limpia las células muertas por sí mismo.
Si el frío llega a una superficie exterior del cuerpo, se forma una costra. Puede cubrir la zona tratada de su piel con un vendaje.
Efectos secundarios
Los efectos secundarios dependen de la parte de su cuerpo que fue tratada. Pueden ser menos graves que los que podría tener después de otros tratamientos, como la cirugía o la radiación.
Por ejemplo, la crioterapia para tratar las alteraciones celulares del cuello uterino puede causar sangrado, calambres y dolor.
En la piel, puede haber hinchazón y enrojecimiento. La zona puede ampollarse y doler mientras se cura. En raras ocasiones, puede causar cicatrices, pérdida de pelo o piel blanca en esa zona.
La crioterapia que trata los tumores dentro del cuerpo puede dañar o dejar cicatrices en el tejido sano cercano. Su médico intentará evitarlo en la medida de lo posible.