Cuando su gato levanta la nariz ante la comida, no es un comportamiento típico de los gatos. El médico explica lo que puede significar que un felino deje de comer.
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Aunque la negativa a comer es preocupante para todas las mascotas, puede ser más peligrosa para los gatos.
Cuando los animales no comen lo suficiente, deben recurrir a sus reservas de grasa para obtener energía. Antes de que la grasa almacenada pueda utilizarse como combustible, debe ser procesada por el hígado. Este paso requiere un suministro adecuado de proteínas.
Con la rápida pérdida de peso de un gato que deja de comer, los suministros de proteínas se agotan pronto y el hígado se ve abrumado por toda la grasa. Esto da lugar a una condición peligrosa conocida como lipidosis hepática, que puede conducir a un fallo hepático.
La pérdida de apetito de un gato suele indicar una enfermedad, por lo que debe consultar a su veterinario en cuanto note un cambio en los hábitos alimentarios de su gato. Cuanto más rápido responda al problema, más podrá hacer algo que le ayude.
Por qué su gato no come
Enfermedad.
La pérdida de apetito es uno de los indicadores clave de que algo va mal. Así que asegúrese de prestar atención si su gato deja de comer de repente. Las causas pueden ser diversas, como infecciones, insuficiencia renal, pancreatitis, problemas intestinales y cáncer. Pero no siempre es grave: algo tan simple como un dolor de muelas puede hacer que su gato deje de comer.
Vacunación reciente.
¿Ha notado que su gato pierde el apetito poco después de llevarlo al veterinario para las vacunas rutinarias? Si es así, la razón por la que su gato no come puede ser una reacción adversa a las vacunas. Aunque las vacunas han salvado la vida de millones de animales, en algunos casos provocan efectos secundarios. La pérdida de apetito es uno de los efectos secundarios más comunes, que suelen ser temporales y leves.
Viajes y entornos desconocidos.
Al igual que muchas personas, muchos gatos son animales de costumbres. Por eso, un cambio de rutina puede provocar una pérdida de apetito. Además, algunos animales experimentan mareos cuando viajan en coche o en avión, lo que puede provocar náuseas y una negativa a comer.
Finura o problemas psicológicos.
Si su veterinario ha determinado que su gato no está físicamente enfermo, entonces la ansiedad o la depresión podrían ser la razón por la que su gato no come. Los cambios en el hogar pueden perturbar a los gatos sensibles, y a veces las personas nuevas o los cambios en los horarios conocidos pueden afectar al bienestar emocional de los gatos. O bien, su gato podría ser simplemente un comensal quisquilloso. Tenga en cuenta que los gatos, en general, tardan mucho en adaptarse a nuevos tipos de comida, por lo que un cambio reciente en la dieta podría ser el culpable.
Lo que puedes hacer
Tanto si su gato está enfermo, como si está ansioso o es simplemente quisquilloso, recuerde que un rechazo total de la comida puede tener consecuencias devastadoras. Así que, aunque intente hacer que su gato coma una dieta prescrita por el médico, nunca le obligue a comer un determinado tipo de comida.
Si la enfermedad es la razón por la que su gato no come, trabaje con su veterinario para diseñar el mejor régimen para usted y su mascota. Esto puede incluir un cambio en el tipo o la consistencia de la comida; a algunos gatos se les puede incitar a comer ofreciéndoles alimentos enlatados cuando no están bien. En casos más extremos, los veterinarios pueden recetar medicamentos que actúen como estimulantes del apetito o recomendar que su gato reciba una dieta líquida con una jeringa. O el veterinario puede recomendar la colocación de una sonda de alimentación para garantizar una nutrición adecuada.
Cuando la enfermedad no es la culpable, hay cosas que puede intentar para animar a su gato a comer.
Es posible que haya descubierto que ciertos alimentos, como el hígado o el atún en lata, pueden actuar como estimulantes del apetito para ciertos gatos. Recuerde que sólo debe ofrecer estos alimentos en pequeñas cantidades. Las grandes cantidades pueden perjudicar a su mascota al provocar deficiencias o un exceso de ciertas vitaminas.
En lugar de confiar en la comida de las personas, intente animar a su gato a comer comida enlatada comercial. Si calienta el alimento o le añade aceite de pescado, caldo (asegúrese de que no contenga cebolla, que es tóxica para los gatos) o huevo cocido, puede incitar a su gato a comer. Si su gato sigue sin comer, retírele la comida y proporciónele comida fresca más tarde. Si la comida se endurece y se pone rancia, su gato puede aprender a evitarla en el futuro.
Si su gato ha estado comiendo exclusivamente comida para humanos, asegúrese de hacer una transición durante varias semanas mezclando su comida favorita para personas con la comida para gatos. Con el tiempo, debería poder cambiar la proporción hasta que su mascota sólo coma comida para gatos.
Muchos expertos recomiendan rotar la dieta de su gato entre diferentes marcas de dos a cuatro veces al año utilizando una técnica similar. Esta práctica puede ayudar a reducir la quisquillosidad y también a minimizar el desarrollo de alergias alimentarias y problemas intestinales.