¿Cree que la inmunoterapia podría ayudarle a combatir su cáncer? Esto es lo que hay que saber antes de empezar el tratamiento.
El sistema inmunitario está formado por los glóbulos blancos y los órganos y tejidos del sistema linfático, como la médula ósea. Su función principal es ayudar al organismo a combatir las enfermedades y mantenerse sano.
Los fármacos de inmunoterapia ayudan a su sistema inmunitario a trabajar más intensamente o le facilitan la detección y eliminación de las células cancerosas.
Se han aprobado varios fármacos de inmunoterapia para combatir el cáncer, y se están probando cientos más en ensayos clínicos (estudios de investigación que utilizan voluntarios para probar nuevos medicamentos). Si la inmunoterapia le parece la mejor manera de combatir su cáncer, es posible que su médico conozca un ensayo clínico al que pueda unirse.
Si su médico le sugiere la inmunoterapia para combatir el cáncer, hay mucho que hablar con él antes de decidir si es adecuada para usted.
¿Cuáles son los beneficios?
Hay muchas razones por las que su médico puede pensar que la inmunoterapia es una buena opción para usted:
La inmunoterapia puede funcionar cuando otros tratamientos no lo hacen. Algunos tipos de cáncer (como el de piel) no responden bien a la radiación o a la quimioterapia, pero empiezan a desaparecer después de la inmunoterapia.
Puede ayudar a que otros tratamientos contra el cáncer funcionen mejor. Otras terapias que usted tiene, como la quimioterapia, pueden funcionar mejor si también recibe inmunoterapia.
Causa menos efectos secundarios que otros tratamientos. Esto se debe a que se dirige sólo a su sistema inmunitario y no a todas las células de su cuerpo.
Es menos probable que el cáncer reaparezca. Cuando se aplica la inmunoterapia, el sistema inmunitario aprende a perseguir las células cancerosas si vuelven a aparecer. Esto se llama inmunomemoria, y podría ayudarle a mantenerse libre de cáncer durante más tiempo.
¿Cuáles son los riesgos?
La inmunoterapia es muy prometedora como tratamiento del cáncer. Aun así, puede causar algunos problemas.
Puedes tener una mala reacción. La zona en la que se introduce la medicación puede doler, picar, hincharse, enrojecerse o irritarse.
Hay efectos secundarios. Algunos tipos de inmunoterapia activan el sistema inmunitario y le hacen sentir como si tuviera gripe, con fiebre, escalofríos y fatiga. Otros pueden causar problemas como hinchazón, aumento de peso por el exceso de líquidos, palpitaciones, congestión de la cabeza y diarrea. En la mayoría de los casos, estos problemas desaparecen después del primer tratamiento.
Puede dañar órganos y sistemas. Algunos de estos medicamentos pueden hacer que el sistema inmunitario ataque órganos como el corazón, el hígado, los pulmones, los riñones o los intestinos.
No es una solución rápida. En algunos casos, la inmunoterapia tarda más en funcionar que otros tratamientos. Es posible que el cáncer no desaparezca rápidamente.
No funciona para todo el mundo. Actualmente, la inmunoterapia funciona en menos de la mitad de las personas que la prueban. Muchas personas sólo tienen una respuesta parcial. Esto significa que su tumor puede dejar de crecer o reducirse, pero no desaparece. Los médicos aún no saben por qué la inmunoterapia sólo ayuda a algunas personas.
Su cuerpo podría acostumbrarse a ella. Con el tiempo, la inmunoterapia puede dejar de tener efecto sobre las células cancerosas. Esto significa que, aunque funcione al principio, su tumor podría empezar a crecer de nuevo.