El médico explica cómo puede sacar el máximo partido a sus tratamientos médicos convirtiéndose en su propio defensor del paciente.
Si le han dicho que su enfermedad necesita tratamiento, querrá asegurarse de recibir la mejor atención. La forma más eficaz de hacerlo es convertirse en su propio defensor. Eso significa armarse de conocimientos y obtener el apoyo que necesita.
Trabaja con tu médico
Haz tu investigación.
Infórmate sobre tu enfermedad y los tratamientos para que tú y tu médico podáis decidir juntos tu atención. Hay mucha información en internet. Pregunte a su médico si hay buenos sitios que pueda consultar. También puede proporcionarle recursos impresos.
Prepárate y lleva a un compañero.
Anota las preguntas o preocupaciones antes de cada visita al médico. Cuando preguntes al médico, anota sus... respuestas para consultarlas después. Un familiar o amigo puede ser un segundo par de oídos. Así tendrás ayuda cuando necesites recordar información importante del médico.
Confía en tus instintos.
Para sentirte a gusto con tus decisiones, tendrás que sentirte a gusto con tu médico. Si no sientes una buena conexión, es posible que quieras acudir a otro.
Ten un plan.
Es posible que te surja una pregunta o un problema urgente después del horario normal de consulta. Pregunte a su médico cuál es la mejor manera de ponerse en contacto con él... o si debe ponerse en contacto con otra persona.
Cuida de ti mismo
Tómatelo con calma.
Tu cuerpo necesita mucha fuerza para combatir la enfermedad. Descansa mucho, come alimentos saludables con alto contenido de proteínas y calorías, y toma aire fresco. El ejercicio también puede ayudarte a sentirte mejor y a aliviar tu estrés. Pero consulta a tu médico para ver qué es lo más adecuado para ti.
Haz un seguimiento de tus efectos secundarios.
Es probable que tome muchos medicamentos diferentes durante su tratamiento. Su médico querrá saber cuáles le ayudan y cuáles le causan problemas. Lleve un registro de cuándo toma los medicamentos y cuándo tiene efectos secundarios.
Consigue ayuda
Acepta la ayuda.
Tu familia, amigos, vecinos y compañeros de trabajo querrán ayudarte. Pero puede que no sepan lo que necesitas. Haz una lista de tareas o recados que puedan hacer.
Aprovecha los recursos locales.
Averigüe si la clínica de su médico u hospital ofrece servicios de apoyo. Es posible que pueda unirse a un grupo de apoyo, tomar una clase de fitness o recibir consejos sobre sus hábitos alimenticios.
Cuestiones de dinero
Comprueba tu cobertura
. Incluso con un seguro médico, la atención médica puede ser cara. Averigua qué tratamientos y servicios cubre tu plan de salud y qué gastos tendrás que pagar.
Solicita la ayuda.
Existen muchos tipos de ayuda financiera para ayudar a las personas. Entre ellas se encuentran la asistencia gubernamental, la ayuda de grupos comunitarios locales y los programas de las compañías farmacéuticas para obtener recetas con descuento o gratuitas. Pregunte a su médico u hospital por los asesores financieros o trabajadores sociales que pueden orientarle.
Conoce tus derechos.
Tienes ciertos derechos legales que puedes aprovechar. Por ejemplo, si te despiden del trabajo, una ley federal te permite permanecer en el plan de seguro de tu empleador hasta 18 meses a tu cargo. Otra ley permite que un ser querido se tome una licencia no remunerada para cuidar de ti.
En el hospital
Ten en cuenta tu medicación.
Conoce el nombre de cada medicamento que tomas, la dosis, la mejor forma de tomarlo y los posibles efectos secundarios. Lleva una lista en tu bolsillo o en tu teléfono si la lista es larga.
Identifícate.
Cada vez que el personal entre en tu habitación para darte un medicamento, hacerte una prueba o llevarte a otra habitación, debe comprobar tu nombre completo y tu fecha de nacimiento. Si no lo hacen, diles.
Llévate a casa un resumen de tu tratamiento.
Mantenga todos sus documentos médicos en el mismo lugar en casa. Si cambias de médico o vas a ver a un especialista, tendrás que pasarlos.
Mientras está en casa
Habla.
Si no estás seguro de cómo cuidarte una vez que llegues a casa, asegúrate de preguntar. Es posible que pueda obtener servicios ambulatorios.
Haz un seguimiento.
No asuma que ninguna noticia es buena. Si no se entera de los resultados de una prueba de laboratorio o de imagen, llame y pida los resultados.
Informa de los problemas.
Si le preocupa su atención o su seguridad, hágaselo saber a alguien. Puedes ponerte en contacto con el defensor del paciente del hospital o clínica. Tienen una formación especial para estudiar las quejas de los pacientes.