Su perro no dejaba de olfatear un bulto en la nariz. Era cáncer

Ya ha oído hablar de perros que olfatean drogas ocultas, explosivos o personas desaparecidas. ¿Pueden algunos de nuestros amigos de cuatro patas detectar también el cáncer por su olor?

Ha oído hablar de perros que olfatean drogas ocultas, explosivos o personas desaparecidas. ¿Pueden algunos de nuestros amigos de cuatro patas detectar también el cáncer por su olor?

A Lauren Gauthier le salió un pequeño bulto en la fosa nasal, parecido a un grano. Al principio no le dio importancia, pero su perra Victoria no dejaba de olfatearla cuando se sentaban juntas en el sofá.

Lo olía mucho, y luego se sentaba y me miraba, y luego volvía a olerlo, dice Gauthier, abogada y fundadora de un centro de rescate de perros en Nueva York. Casi como si intentara comunicarme que algo iba mal.

Victoria, una coonhound paseadora de árboles que Gauthier rescató en Carolina del Sur, seguía oliendo su nariz incluso cuando el bulto parecía haber desaparecido. Al cabo de unos meses, Gauthier concertó una cita con un cirujano plástico. Le tomaron una muestra de la protuberancia y la enviaron a un laboratorio para analizarla. El resultado: un diagnóstico de carcinoma de células basales, el tipo más común de cáncer de piel.

Me alegro de haberlo detectado, o de que Victoria lo haya detectado, dice Gauthier riendo. Recuerda que el cirujano plástico se rió cuando mencionó el insistente olfateo de sus perros. No sé hasta qué punto le dio importancia.

Pero, ¿podría su leal sabueso haber olido realmente los problemas de salud?

Mi opinión es que fue una coincidencia, dice el veterinario Will Draper, DVM, director general y de la práctica de The Village Vets en Decatur, GA. Dice que existe la posibilidad de que el crecimiento simplemente huela diferente para Victoria, o que su textura o sabor le interesen.

Se están estudiando los caninos conocidos como perros rastreadores para ver si son capaces de detectar los olores de ciertos tipos de cáncer. Y, a diferencia de Victoria, están entrenados para hacerlo, dice Draper. La esperanza es que los perros rastreadores puedan detectar los primeros signos de cáncer de pulmón en el aliento, o indicios de cáncer de vejiga en una muestra de orina, dice.

Sin embargo, el olfato de un perro no entrenado no es nada del otro mundo. Es increíble los olores que ellos pueden captar y nosotros no, porque su sistema olfativo y sus conductos nasales están más desarrollados y son más fuertes que los nuestros, afirma Draper.

Independientemente de que el perro de Gauthier oliera o no el problema, está agradecida de que su amigo peludo fuera tan entrometido en el bulto de su fosa nasal. Su cirujano plástico le extirpó el cáncer y está satisfecha con su recuperación. Shell visitará al dermatólogo de vez en cuando para estar segura.

Y puede que le dé a Victoria besos y golosinas extra durante un tiempo.

Ella y yo siempre hemos tenido un vínculo muy estrecho, dice Gauthier. Pero supongo que la veo como si me hubiera salvado de muchas dificultades adicionales por esto.

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