El angiosarcoma es un tipo de cáncer poco frecuente que comienza en el revestimiento de los vasos sanguíneos o linfáticos. Cuanto antes lo detecte y trate su médico, mejor.
Es un tipo de cáncer poco frecuente que comienza en el revestimiento de los vasos sanguíneos o linfáticos. Puede aparecer en cualquier parte del cuerpo. Pero suele aparecer en la piel de la cabeza o el cuello, especialmente en el cuero cabelludo y la cara. También puede formarse en la piel de una mama o en el tejido profundo del hígado o el corazón.
Síntomas
Dependen de la localización del cáncer. Si está en la piel, los signos más comunes son:
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Una zona morada que parece un hematoma
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Una llaga que no mejora y podría seguir creciendo
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Una zona que sangra cuando se golpea o se rasca
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Un bulto blando que se puede palpar o ver
Si el angiosarcoma está en un tejido profundo, como el hígado o el corazón, los síntomas son menos evidentes. Puede que sientas dolor. A medida que avanza, el médico puede palpar un crecimiento. Otros signos dependen de dónde esté el cáncer.
Causas
En la mayoría de los casos, no se conoce la causa de un angiosarcoma. Pero hay algunas cosas que pueden aumentar la probabilidad de padecerlo:
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Tratamiento con radioterapia
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Linfedema, una hinchazón causada por el daño a los vasos linfáticos
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Exposición a algunas sustancias químicas, como el arsénico, el cloruro de vinilo y el dióxido de torio
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Lesiones preexistentes
Cómo se diagnostica
Para saber si tiene un angiosarcoma, su médico comenzará con un examen físico. Es probable que le hagan varias pruebas más:
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Las pruebas de imagen, como la resonancia magnética, la tomografía computarizada o la tomografía por emisión de positrones, pueden ayudar a determinar la ubicación y el tamaño del tumor. Pueden mostrar a su médico si la enfermedad se ha extendido en su cuerpo.
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Una biopsia, en la que el médico extrae una pequeña muestra de tejido, puede confirmar el diagnóstico. Enviarán la muestra a un laboratorio para su análisis.
Tratamiento
La opción adecuada para usted dependerá de la localización de su cáncer, de su tamaño y de si se ha extendido en su cuerpo. El tratamiento puede ser una combinación de cirugía, quimioterapia y radiación.
La cirugía suele ser el tratamiento principal. El objetivo es eliminar todo el cáncer, así como parte del tejido sano que lo rodea. Puede no ser una opción si el cáncer es demasiado grande o se ha extendido a otras partes del cuerpo.
La radiación utiliza rayos X u otros haces de alta energía para eliminar las células cancerosas o impedir su crecimiento. Suele utilizarse después de la cirugía para eliminar los restos de células cancerosas. Puede ser una opción si no se puede operar.
La quimioterapia utiliza fármacos o sustancias químicas que se toman por vía oral o se inyectan en una vena para eliminar las células cancerosas o impedir que se dividan. Puede ser una opción si no puede operarse. A veces se recibe junto con la radiación.
Perspectiva después del tratamiento
Cuanto antes se diagnostique el cáncer, mejores serán sus posibilidades de vivir con la enfermedad. Las personas que tienen tumores pequeños y fáciles de extirpar tienen el mejor pronóstico. No es tan positivo cuando el cáncer se ha extendido a otras partes del cuerpo.
Por eso es fundamental continuar con el seguimiento de su médico después del tratamiento.