Conozca las causas, los síntomas, el diagnóstico y el tratamiento de los tumores carcinoides, un tipo de cáncer que puede aparecer en muchos lugares diferentes del cuerpo.
Si su médico le dice que tiene un tumor carcinoide, hay mucho que asimilar. Se trata de un tipo de cáncer que, a diferencia de otros, puede aparecer en más de una parte del cuerpo. Y dependiendo de dónde lo padezcas, puedes tener un montón de síntomas diferentes, desde dolor en el vientre hasta una fuerte tos.
Todos los tumores carcinoides, dondequiera que aparezcan, afectan a las células que producen hormonas. Forman parte de un grupo de enfermedades denominadas tumores neuroendocrinos (TNE).
La mayoría de los tumores carcinoides se originan en una de estas dos zonas: los pulmones o el sistema digestivo, también conocido como tracto gastrointestinal. Esto incluye lugares como el estómago, el intestino delgado, el colon, el apéndice o el recto.
No es tan frecuente, pero a veces los tumores comienzan en el páncreas, los testículos si eres hombre o los ovarios si eres mujer.
Ten en cuenta que estos tumores suelen crecer lentamente. Y los médicos suelen encontrarlos cuando están en una fase temprana, lo que facilita su tratamiento.
Infórmate todo lo que puedas sobre esta enfermedad para poder colaborar con tu médico en el tratamiento más adecuado para ti. Y mantén una línea abierta con tus amigos y familiares para que puedas obtener el respaldo y el apoyo que necesitas para afrontar las cosas con confianza y una actitud positiva.
Riesgos de los tumores carcinoides
Los médicos no saben con seguridad por qué la gente los padece. Pero algunas cosas pueden ponerle en mayor riesgo.
Una enfermedad genética.
Puedes tener tumores carcinoides si tienes una enfermedad llamada neoplasia endocrina múltiple tipo 1 (NEM1). Es una enfermedad que se transmite en la familia. Alrededor del 10% de estos tumores se deben a la NEM1.
Otra enfermedad que puede aumentar el riesgo de padecerlos es la neurofibromatosis tipo 1.
Raza.
Más afroamericanos que blancos padecen tumores carcinoides en el tracto gastrointestinal.
Género.
Las mujeres son ligeramente más propensas que los hombres a padecer este tipo de cáncer.
Edad.
La mayoría de las personas son diagnosticadas con tumores carcinoides a los 40 o 50 años.
Condiciones. Es más probable que tenga un tumor en el estómago si tiene una enfermedad como la anemia perniciosa o el síndrome de Zollinger-Ellison, que modifica la cantidad de ácido que produce el estómago.
Síntomas
Cuando los tumores carcinoides se forman en las células que producen hormonas, los tumores pueden empezar a producir sustancias similares a las hormonas por sí mismos. Esto puede causar una variedad de síntomas, dependiendo del lugar en el que esto ocurra.
Por ejemplo, si tienes los tumores en el tracto gastrointestinal, puedes notar que te ocurren cosas como estas
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Dolor en el vientre
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Diarrea
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Estreñimiento
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Sentirse con náuseas o vomitar
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No puede respirar bien
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Tener sangre en las heces
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Perder peso
Si tiene un tumor carcinoide de pulmón, es posible que tenga síntomas como la tos, y a veces puede toser con mucosidad sanguinolenta. También es posible que escuche un sonido silbante al respirar, llamado sibilancia.
Cuando se padece este tipo de cáncer durante muchos años, puede aparecer una afección denominada síndrome carcinoide. Se trata de un grupo de síntomas que comienzan cuando los tumores liberan ciertas hormonas en el torrente sanguíneo.
Es posible que tengas enrojecimiento y calor en la cara, o que te pongas a sudar. También podrías tener problemas como:
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Diarrea
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Sensación de falta de aire o sibilancias
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Los latidos del corazón comienzan a acelerarse
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Pérdida de peso
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Sentirse débil
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Comienza a crecer pelo en el cuerpo y en la cara
Cómo se diagnostican los tumores carcinoides?
Muchas veces se encuentran por casualidad. Su médico puede detectarlos mientras le hace un examen para buscar otras enfermedades.
Si acudes a tu médico porque tienes síntomas de un tumor carcinoide, es posible que te hagan algunas de estas pruebas para comprobar si lo tienes:
Biopsia. Te extraen algunas células del cuerpo y un especialista las observa al microscopio para comprobar si hay cáncer. También pueden analizar el tumor para detectar ciertos genes o proteínas que ayuden a afinar su tratamiento.
Análisis de sangre y orina. El médico toma muestras de ambas y las analiza en busca de hormonas y otras sustancias que liberan los tumores carcinoides, como la serotonina o el 5-HIAA.
Endoscopia superior. Un tubo fino y flexible llamado endoscopio puede ayudar a su médico a ver los tumores en el esófago, el estómago y el intestino delgado. Se lo colocan a través de la boca para obtener una vista del tracto gastrointestinal. Le darán un medicamento para evitar que sienta dolor o molestias mientras lo hacen.
Colonoscopia. El médico le introduce un tubo delgado con luz por el trasero para ver el recto y el colon. Es posible que extraigan trozos de tejido para comprobar si hay cáncer bajo el microscopio. Al igual que en la endoscopia, se le administrarán medicamentos para que no sienta dolor.
Endoscopia con cápsula. Para esta prueba, se traga una píldora que contiene una pequeña cámara. Esto permite al médico ver todo el intestino delgado, donde comienzan muchos tumores carcinoides.
TAC, o tomografía computarizada. Esta potente radiografía toma imágenes detalladas del interior de su cuerpo. Puede medir el tamaño de su tumor. También puede ver si se ha extendido al hígado o a los ganglios linfáticos, que son pequeñas glándulas que forman parte del sistema inmunitario, la defensa del cuerpo contra los gérmenes. Es posible que le den un tinte especial para beber, o que se lo metan por la vena, para ayudar a mostrar una imagen más clara del tumor.
La resonancia magnética (MRI). Utiliza potentes imanes y ondas de radio para obtener imágenes de los órganos y estructuras del interior del cuerpo. Una resonancia magnética puede medir el tamaño del tumor. Al igual que con el TAC, es posible que tenga que recibir un tinte especial para crear una imagen más clara.
Radiografía. Utiliza la radiación en dosis bajas para que su médico pueda ver las estructuras del interior de su cuerpo. Puede buscar un tumor en los pulmones. Antes de esta prueba, es posible que tenga que tragar un líquido que contiene una sustancia química llamada bario que facilita la visualización del tumor por parte del médico.
Exploración con radionúclidos. Antes de esta prueba, tomará una pequeña cantidad de una sustancia radiactiva a través de una de sus venas. Esta sustancia es atraída por los tumores carcinoides. La prueba puede mostrar en qué parte de su cuerpo se ha extendido el tumor.
Muchas personas con síndrome carcinoide desarrollan complicaciones cardíacas. Su médico puede sugerirle que acuda a un médico del corazón, llamado cardiólogo, o que se haga un estudio cardíaco cada 2-3 años para controlar su corazón.
Sus opciones de tratamiento
Una vez que su médico sepa qué tipo de tumor carcinoide tiene y en qué parte del cuerpo se encuentra, podrá empezar a elaborar un plan de acción.
Es posible que le operen para extirpar todo el tumor o parte de él. El tipo que se le practique dependerá del lugar en el que se encuentre el cáncer.
Tumores carcinoides GI. El cirujano hará un corte en la piel y extirpará el tumor, junto con parte del tejido que lo rodea. Si el tumor está en el recto, puede probar un método que utiliza una corriente eléctrica para calentarlo y destruirlo. Esto se llama fulguración.
Algunos tumores carcinoides pequeños del estómago, el duodeno y el recto pueden extirparse con un endoscopio. En el caso de los tumores más grandes, el médico puede extirpar también parte del estómago, el colon o el recto, junto con los ganglios linfáticos cercanos.
Tumores carcinoides de pulmón. El cirujano puede extirpar el tumor y partes de las vías respiratorias por encima y por debajo de él. Esto se denomina resección en manguito. La vía aérea se reconecta después de la cirugía. En el caso de un tumor más grande, el cirujano puede extirpar un trozo de pulmón o todo él. También puede extirpar algunos ganglios linfáticos para impedir que el tumor se extienda.
Tumores carcinoides en el hígado. Si el cáncer se ha extendido allí, el cirujano puede extirpar las zonas donde están los tumores. Esto se llama resección hepática.
Antes de la operación, asegúrese de que su cirujano sabe si tiene síndrome carcinoide, porque su tumor puede liberar una cantidad peligrosa de hormonas durante la cirugía. Le darán un medicamento de antemano para evitar que esto ocurra.
Es posible que su médico también pruebe otros tratamientos junto con la cirugía para que ésta funcione mejor. O puede sugerirlos si no puede operarse. Algunas de estas opciones son
Radiación. Utiliza rayos X de alta energía para matar las células cancerosas. La mayoría de las veces se recibe desde una máquina externa al cuerpo. O el médico puede implantar semillas radiactivas dentro de su cuerpo, cerca del tumor. Los efectos secundarios pueden ser fatiga y enrojecimiento en la zona tratada. Si recibe radiación en el cuello o la garganta, puede tener dolor de garganta, tos y dificultad para respirar.
Quimioterapia. Utiliza fármacos para impedir el crecimiento de las células cancerosas. Puede tomarlos en forma de píldoras o recibirlos por vía intravenosa. Su médico puede utilizar este tratamiento si su enfermedad se ha extendido. Los efectos secundarios de la quimioterapia incluyen náuseas, vómitos, caída del cabello, pérdida de apetito y un mayor riesgo de infecciones.
Quimioembolización. Es un tratamiento utilizado para tratar un tumor carcinoide que se ha extendido al hígado. Los fármacos de quimioterapia se administran directamente al hígado a través de un tubo llamado catéter que el médico introduce en una arteria. El fármaco detiene el flujo sanguíneo hacia el tumor.
Terapia hormonal. Impide que el tumor produzca más hormonas. Los fármacos octreotida y lanreotida tratan los tumores carcinoides GI. Se administran mediante una inyección.
Inmunoterapia. Ayuda al sistema inmunitario de su cuerpo a combatir mejor el cáncer. Puede recibir un fármaco como el interferón alfa.
Radioembolización. Es otro tratamiento para el cáncer de hígado. Se inyectan pequeñas perlas radiactivas en la sangre cerca del hígado. Se atascan en los vasos que rodean el tumor y emiten radiación durante varios días, lo que puede matar las células cancerosas.
Terapia dirigida. Utiliza fármacos que se dirigen a los genes, proteínas u otras sustancias que son exclusivas de su cáncer y que le ayudan a crecer. Algunos medicamentos detienen el crecimiento de nuevos vasos sanguíneos que ayudan a sobrevivir a los tumores carcinoides.
Hable con su médico sobre el plan de tratamiento más adecuado para usted. Y no descuide sus necesidades emocionales mientras dure el tratamiento. Recurra a su red de amigos y familiares para obtener apoyo mientras cuida de su salud. Averigua si puedes unirte a un grupo de apoyo cercano donde puedas hablar con personas que saben lo que es pasar por el tratamiento y la recuperación.