El médico explica las causas, los síntomas y el tratamiento del carcinoma hepatocelular, un cáncer que comienza en el hígado.
Qué es el carcinoma hepatocelular?
El carcinoma hepatocelular es un cáncer que se inicia en el hígado. Es diferente de los cánceres de hígado "secundarios", que se han extendido al hígado desde otros órganos.
Si se detecta a tiempo, a veces puede curarse con cirugía o trasplante... En los casos más avanzados no puede curarse, pero el tratamiento y el apoyo pueden ayudarle a vivir más y mejor...
Es importante recordar que usted sigue teniendo el control de las decisiones que toma sobre su tratamiento y su vida. Asegúrate de tener personas con las que puedas hablar de tus planes, tus miedos y tus sentimientos. Pregunte a su médico por los grupos de apoyo, donde podrá conocer a personas que saben por lo que está pasando.
Su médico puede ayudarle a entender las opciones de tratamiento. La cirugía, la radiación, la quimioterapia, la inmunoterapia y la terapia dirigida pueden ser algunas de sus opciones.
Causas
Los médicos no están seguros de qué causa exactamente todos los casos de carcinoma hepatocelular, pero han identificado algunas cosas que pueden aumentar el riesgo de padecerlo:
Hepatitis B o hepatitis C.
El cáncer hepatocelular puede empezar muchos años después de haber tenido una de estas infecciones hepáticas. Ambas se transmiten a través de la sangre, como cuando los consumidores de drogas comparten agujas. Los análisis de sangre pueden mostrar si tiene hepatitis B o C.
Cirrosis.
Esta grave enfermedad se produce cuando las células del hígado se dañan y se sustituyen por tejido cicatricial. Hay muchas cosas que pueden causarla: la infección por hepatitis B o C, el consumo de alcohol, ciertas drogas y demasiado hierro almacenado en el hígado.
El consumo excesivo de alcohol.
Tomar más de dos bebidas alcohólicas al día durante muchos años aumenta el riesgo de cáncer hepatocelular. Cuanto más se bebe, mayor es el riesgo.
La obesidad y la diabetes.
Ambas afecciones aumentan el riesgo de cáncer de hígado. La obesidad puede dar lugar a la enfermedad del hígado graso no alcohólico, que puede desembocar en un carcinoma hepatocelular. El mayor riesgo derivado de la diabetes puede deberse al daño hepático causado por la enfermedad. Además, las personas con diabetes suelen tener sobrepeso u obesidad.
Esteroides anabólicos.
Los fármacos que imitan la hormona sexual masculina testosterona son utilizados a veces por los deportistas para aumentar la masa muscular. Su uso a largo plazo aumenta el riesgo.
Enfermedad por almacenamiento de hierro.
Esto hace que se almacene demasiado hierro en el hígado y otros órganos. Las personas que la padecen pueden desarrollar un carcinoma hepatocelular.
Aflatoxina.
Esta sustancia nociva, producida por ciertos tipos de moho en los cacahuetes, el maíz y otros frutos secos y granos, puede causar carcinoma hepatocelular. Estados Unidos cuenta con medidas de seguridad que limitan la aflatoxina en el suministro de alimentos.
Síntomas
Es posible que no tenga ningún síntoma cuando el carcinoma hepatocelular está en una fase inicial. A medida que el cáncer crece, puede tener uno o más de estos:
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Dolor en la parte superior derecha del vientre
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Un bulto o sensación de pesadez en la parte superior del vientre
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Hinchazón o hinchazón en el vientre
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Pérdida de apetito y sensación de saciedad
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Pérdida de peso
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Debilidad o fatiga profunda
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Náuseas y vómitos
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Piel y ojos amarillos
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Deposiciones pálidas y calcáreas y orina oscura
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Fiebre
Cómo obtener un diagnóstico
Su médico le hará un examen físico y puede hacerle preguntas como:
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Ha tenido algún dolor en el vientre?
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Se siente débil o cansada?
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Tiene poco apetito?
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Ha perdido peso?
Su médico puede utilizar pruebas para ayudar a diagnosticar el carcinoma hepatocelular:
Análisis de sangre.
El médico le toma una muestra de sangre y comprueba si tiene una proteína llamada AFP. 😕 Los bebés no nacidos tienen niveles altos de AFP, pero disminuye en la mayoría de las personas justo después del nacimiento... Si su sangre tiene una cantidad alta de AFP, podría ser un signo de cáncer de hígado.
Pruebas de imagen.
Su médico puede pedirle que se haga una ecografía, un TAC o una resonancia magnética para buscar tumores en el hígado. Una ecografía crea imágenes de su hígado con ondas sonoras. Un TAC es una potente radiografía que crea imágenes detalladas del interior de su cuerpo. La resonancia magnética utiliza imanes potentes y ondas de radio para obtener una imagen del hígado.
Biopsia de hígado.
Su médico puede querer extraer una muestra de su tejido hepático y examinarla al microscopio para detectar células cancerosas.
Esto puede hacerse de varias maneras. En uno de los métodos, el médico extrae parte del tejido del hígado con una aguja que introduce en la piel y en el hígado. Primero adormecen la zona para que no sienta dolor.
El médico también puede realizar una biopsia haciendo un pequeño corte en el abdomen e introduciendo una aguja en el hígado para extraer una muestra de tejido. Primero te pondrán anestesia, así que no estarás despierto mientras esto ocurre.
Preguntas para su médico
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Se ha extendido mi cáncer de hígado?
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Qué tratamiento me recomienda?
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Cuáles son los efectos secundarios?
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Qué puede ayudar a mi dolor y a los efectos secundarios del tratamiento?
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Qué tipo de cuidados de seguimiento necesitaré?
Tratamiento
Hay muchos tratamientos para el carcinoma hepatocelular. Es una decisión importante, así que trabaje estrechamente con su médico para elaborar el plan adecuado para usted.
Sus opciones pueden incluir:
Radiación.
Esto utiliza rayos de alta energía para matar sus células cancerosas. Dos tipos de radioterapia pueden tratar el carcinoma hepatocelular:
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Externa: Estará tumbado en una camilla mientras una gran máquina dirige los haces de radiación a puntos específicos de su pecho o vientre.
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Interna: Un médico inyecta diminutas partículas radiactivas en la arteria que envía sangre a su hígado. Estas bloquean o destruyen el suministro de sangre al tumor en su hígado.
La radioterapia puede provocar efectos secundarios, como náuseas, vómitos o cansancio, pero estos síntomas desaparecen al finalizar el tratamiento.
Quimioterapia.
Para tratar el cáncer, los médicos suelen colocar medicamentos de quimioterapia directamente en el hígado. Es un proceso llamado "quimioembolización".
El médico coloca un tubo fino y flexible en la arteria que suministra sangre al hígado. El tubo suministra un fármaco de quimioterapia combinado con otro que ayuda a bloquear la arteria. El objetivo es matar el tumor privándolo de sangre. El hígado sigue recibiendo la sangre que necesita a través de otro vaso sanguíneo.
La quimioterapia suele ser ambulatoria, lo que significa que no es necesario pasar la noche en el hospital. Puede provocar efectos secundarios, como náuseas y vómitos, pérdida de apetito, dolor, fiebre y escalofríos, dolor de cabeza y debilidad. También puede ser más probable que contraiga infecciones, hematomas, hemorragias y fatiga. Los medicamentos pueden aliviar algunos de estos efectos secundarios.
Inyección de alcohol.
También se llama "inyección percutánea de etanol". Una ecografía, que utiliza ondas sonoras para ver las estructuras del cuerpo, ayuda al médico a guiar una fina aguja hasta el tumor. A continuación, se inyecta etanol (alcohol) para destruir el cáncer.
Este procedimiento suele realizarse con anestesia local, lo que significa que no sentirá dolor pero estará despierto mientras se realiza.
¿Terapia dirigida? El cáncer se trata con fármacos que se dirigen a cambios específicos en las células que causan el cáncer. Algunas terapias dirigidas bloquean el crecimiento de nuevos vasos sanguíneos en los tumores... Otras se dirigen a ciertas proteínas que se encuentran en las células cancerosas y que ayudan al crecimiento de los tumores.
Los efectos secundarios pueden ser: fatiga, sarpullido, disminución del apetito, diarrea, dolor, hemorragias, ampollas en manos y pies, y agujeros en el estómago o el intestino.
Inmunoterapia: este tratamiento utiliza fármacos que ayudan a estimular el sistema inmunitario para que encuentre y elimine las células cancerosas.
Los efectos secundarios pueden ser fatiga, fiebre, sarpullido, disminución del apetito, dolor y una reacción autoinmune que afecta a los pulmones, el hígado, el intestino, los riñones y otros órganos.
Crioablación y ablación por radiofrecuencia.
En la crioablación, su médico destruye su tumor congelándolo con una fina sonda metálica. Mientras usted está anestesiado, el médico introduce la sonda en el tumor y suministra un gas frío que mata las células cancerosas. Un método similar, llamado ablación por radiofrecuencia, utiliza una corriente eléctrica para matar el cáncer con calor.
Cirugía para extirpar parte del hígado.
Su cirujano puede extirpar la parte de su hígado que tiene el cáncer, una operación llamada "hepatectomía parcial". El tiempo de curación varía, pero es posible que tenga dolor y molestias durante los primeros días. Los medicamentos pueden ayudar a controlarlo. También puede sentirse débil o cansado durante un tiempo. Algunas personas también tienen diarrea y sensación de plenitud en el estómago.
Trasplante de hígado.
Si su médico no puede eliminar el cáncer mediante una hepatectomía parcial, puede sugerirle un trasplante de hígado.
Un trasplante de hígado es una cirugía mayor. En primer lugar, tendrá que inscribirse en una lista de espera para un donante. Su nuevo hígado procederá de alguien que haya fallecido recientemente y tenga el mismo tipo de sangre y un tamaño corporal similar al suyo. Cuando hay hígados de donantes disponibles, se destinan a las personas más enfermas de la lista de espera. Como es posible que tenga que esperar mucho tiempo para recibir un nuevo hígado, su médico puede sugerirle que siga con otros tratamientos mientras tanto.
Es posible que tenga que permanecer en el hospital hasta 3 semanas después de la operación. Podrían pasar de 6 meses a un año antes de que pueda volver a su estilo de vida habitual. Después del trasplante, tendrá que tomar medicamentos que impidan que su organismo rechace el nuevo hígado.
Si estás pensando en un trasplante, necesitarás mucho apoyo emocional. Pregunte a su médico por los grupos de apoyo en los que hay personas que se enfrentan a las mismas preocupaciones que usted. Pregunte también por los talleres educativos que pueden explicar lo que se puede esperar antes y después de un trasplante.
Cómo cuidarse a sí mismo
Mientras recibe el tratamiento, hay muchas cosas que puede hacer para controlar los efectos secundarios y mantenerse sano.
Dado que la quimioterapia a veces puede provocar molestias en el estómago, puedes intentar cambiar algunos de tus hábitos alimenticios. Por ejemplo, evita los alimentos fritos o picantes. También puede intentar hacer cinco o seis comidas pequeñas al día en lugar de las tres tradicionales.
Si el tratamiento le cansa, puede intentar hacer pequeñas siestas. También puede descubrir que los paseos cortos pueden ayudarle a aumentar su energía.
Si está estresado por el tratamiento, a veces la respiración profunda y la meditación pueden ayudarle a relajarse.
Acércate a familiares y amigos que puedan darte apoyo emocional cuando lo necesites.
Qué esperar
Para algunas personas, el tratamiento hace desaparecer el cáncer. Para otras, puede que el cáncer no desaparezca por completo o que reaparezca. Si ese es el caso, es posible que necesite un tratamiento regular para mantenerlo bajo control el mayor tiempo posible.
Su tratamiento para combatir el cáncer de hígado puede dejar de funcionar. Si eso ocurre, es posible que quiera centrarse en asegurarse de que está lo más cómodo posible, lo que se conoce como cuidados paliativos. Es posible que no pueda controlar su cáncer, pero sí controla las decisiones sobre cómo va a vivir su vida.
No tienes que enfrentarte a las cosas solo. Considera la posibilidad de unirte a un grupo de apoyo, donde puedes compartir tus sentimientos con otras personas que entienden lo que se siente.
Conseguir apoyo
Para obtener más información sobre el cáncer hepatocelular, visite el sitio web de la Sociedad Americana del Cáncer. Puede averiguar cómo unirse a los grupos de apoyo de su zona.
También puede informarse sobre cómo participar en un ensayo clínico, en el que se prueban nuevos medicamentos para ver si son seguros y si funcionan. Suele ser una forma de probar un nuevo medicamento que no está disponible para todo el mundo.