Linfoma de células del manto: Remisión

Con el tratamiento adecuado, el linfoma de células del manto puede entrar en remisión. Esto es lo que significa y lo que hay que hacer si se produce una recaída.

Remisión, recaída y enfermedad refractaria

En remisión, todos los signos y síntomas del cáncer en su cuerpo han desaparecido o han disminuido considerablemente. Pero la remisión puede no durar para siempre. El cáncer puede estar al acecho y reaparecer después de un periodo libre de la enfermedad. Esto se llama recaída.

Para algunas personas, el cáncer nunca desaparece por completo. Esto se llama remisión parcial. Si este es su caso, tendrá que mantener la enfermedad a raya con quimioterapia, radiación y otras terapias recomendadas.

En algunos casos, las personas no responden bien al tratamiento o los efectos del mismo no duran mucho. Esto se llama enfermedad refractaria.

Si el cáncer reaparece tras un periodo de remisión, el médico puede recomendar otras opciones de tratamiento para controlar la enfermedad y aliviar los síntomas.

Remisión después de un linfoma de células del manto: Qué se puede esperar

La probabilidad de una recaída con el linfoma de células del manto... es bastante alta. Para retrasar o evitar una recaída, es importante que te mantengas al tanto de tus cuidados de seguimiento. En función del estadio del cáncer tras el tratamiento, de la edad y del estado general de salud, los médicos pueden recomendar una combinación de controles médicos, exploraciones, pruebas y medicamentos para mantener la remisión y el cáncer a raya.

Terapia de mantenimiento. Si el linfoma de células del manto está en remisión total o parcial, es posible que reciba un tratamiento de mantenimiento. Seguirá recibiendo parte del mismo tratamiento que recibió tras el diagnóstico inicial, pero en una dosis menor. Esto ayuda a evitar que las células tumorales vuelvan a aparecer o crezcan más.

La duración y la dosis de los medicamentos difieren según el tipo.

Cuidados de seguimiento. Después de su tratamiento, para ayudar a mantener la remisión, necesitará una terapia individualizada y un plan de cuidados. Esto dependerá de varios factores como:

  • El tipo de tratamiento que hayas tenido para empezar

  • Qué tan bien reaccionaste a los diferentes tratamientos

  • Su edad

  • Su estado de salud general

Tendrá visitas periódicas al médico para controlar la recaída, el crecimiento del cáncer y los efectos secundarios del tratamiento. A veces, los efectos secundarios no aparecen hasta años después de terminar el tratamiento.

Durante el primer año de remisión, es posible que tenga que ir al médico con bastante frecuencia. Después, las visitas pueden ser menos frecuentes dependiendo de su estado de salud general. Por lo general, las citas de seguimiento son cada 2 meses durante el primer año, cada 3 meses durante el segundo y cada 6 meses después.

Pruebas y escáneres. En las visitas de seguimiento, su médico le hará preguntas sobre sus síntomas y le hará pruebas, escáneres y análisis de sangre para vigilar de cerca su remisión y el estado del cáncer.

Los médicos solicitan pruebas de imagen como la PET o la TC para comprobar el tamaño, la localización y el estadio de los tumores que puedan quedar. Estas exploraciones también ayudan a detectar tempranamente nuevos tumores.

El médico también pedirá rutinariamente análisis de sangre para comprobar si el recuento sanguíneo es normal y las células tienen un aspecto saludable. Si el linfoma de células del manto se extiende a la médula ósea, puede causar anemia, neutropenia o trombocitopenia. Esto puede afectar al recuento de células sanguíneas y a la capacidad de coagulación de la sangre.

La quimioterapia también puede afectar a su recuento sanguíneo.

Su plan de cuidados para supervivientes

Si estás en remisión total o parcial del linfoma de células del manto, necesitarás un plan de cuidados para supervivientes para el manejo a largo plazo de tu enfermedad. Para prepararse para el cuidado de los sobrevivientes, usted debe:

Hablar con su equipo de atención del cáncer. Éste está formado por varios expertos en atención médica, como oncólogos, radiólogos, médicos de atención primaria, enfermeras, trabajadores sociales, terapeutas y terapeutas ocupacionales.

Programe sus cuidados. Elabore un calendario completo de exámenes, pruebas y análisis de sangre. Esto puede ayudarle a estar al tanto de cualquier posible cambio o recaída.

Conozca las señales de alarma. Pregunte a su equipo de atención médica sobre cualquier síntoma o efecto secundario al que deba prestar atención. Esto puede ayudarle a saber cuándo debe llamar al médico en caso de cambios o de una emergencia.

Planifique el tiempo de inactividad. Los tratamientos contra el cáncer, como la quimioterapia, pueden agotar su energía, así que prevea algún tiempo de inactividad.

Mantenga un registro. Debe guardar copias de su historial médico, documentos del seguro médico y facturas. Si necesita ayuda para llevar los registros y estar al corriente de las facturas, pídale a un cuidador o a un familiar que le ayude.

Obtenga ayuda y apoyo emocional. Mientras aprendes a vivir en remisión, puedes obtener el apoyo tan necesario de un grupo de apoyo de compañeros, de tus seres queridos o de un profesional como un terapeuta, un psiquiatra o un consejero.

Qué pasa si mi linfoma vuelve a aparecer?

Aunque la mayoría de las personas responden bien a la primera ronda de tratamiento y entran en remisión total o parcial, muchas recaen o dejan de responder a los tratamientos con el tiempo. Cuando esto ocurre, su médico le comentará las opciones de tratamiento en función de la localización del cáncer, el tamaño, la propagación, su tratamiento previo y su historial médico.

La FDA ha aprobado numerosos medicamentos para el tratamiento del linfoma de células del manto recidivante o refractario. Entre ellos se encuentran:

  • Acalabrutinib (Calquence)

  • Bortezomib (Velcade)

  • Brexucabtagene Autoleucel (Tecartus)

  • Ibrutinib (Imbruvica)

  • Lenalidomida (Revlimid) con o sin rituximab

  • Zanubrutinib (Brukinsa)

  • Bendamustina (Treanda)

  • Quimioterapia combinada con o sin rituximab

Trasplante de células madre

Si su linfoma de células del manto ha reaparecido después de sus tratamientos anteriores, un trasplante de células madre puede ser una buena opción de tratamiento para usted. Hay dos tipos de trasplantes:

  • Alogénico en el que se reciben células madre de otra persona.

  • Autólogo en el que sus propias células madre forman parte del tratamiento. Esto es más adecuado para alguien que por lo demás está sano, es más joven y puede tolerar este trasplante después de una dosis alta de quimioterapia.

Aunque no se conoce una cura para el linfoma de células del manto, una dieta y un estilo de vida saludables pueden darte la energía y la fuerza que necesitas para superar el tratamiento. Un estilo de vida saludable también puede reducir el riesgo de recaída o de progresión de la enfermedad.

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