Un conjunto de técnicas y dispositivos de detección de alta tecnología está en el horizonte científico.
El futuro de la detección del cáncer de mama
Un conjunto de técnicas y dispositivos de detección de alta tecnología está en el horizonte científico.
Revisado por la doctora Charlotte E. Grayson Mathis Por Dulce Zamora De los archivos de la doctora
El médico de Cora encontró un pequeño crecimiento en su seno derecho cuando tenía 55 años. Para determinar si se trataba de un cáncer, le introdujo un pequeño tubo en el interior del pezón para extraer células y estudiarlas al microscopio.
Los resultados fueron inadecuados, por lo que le pidió que acudiera a otra visita. Esta vez, le administró anestesia para que él pudiera extraer quirúrgicamente el tejido sospechoso para examinarlo.
Para alivio de Cora, el bulto resultó ser benigno, pero recordar todo el proceso es suficiente para que la ahora auditora fiscal de 61 años se estremezca.
"Lo del pezón fue muy doloroso", dice, y asocia la desagradable experiencia con otros procedimientos de detección del cáncer que considera tortuosos, como la mamografía, que consiste en colocar un pecho cada vez en un dispositivo frío y luego aplanarlo para filmarlo.
Aun así, a día de hoy, Cora, al igual que muchas de sus compañeras, se somete con diligencia a estas pruebas. ¿Por qué?
Muchos se lo sacan de encima como un pequeño sacrificio para estar tranquilos. Al fin y al cabo, las mujeres tienen un riesgo de una entre ocho de desarrollar cáncer de mama a lo largo de su vida. Esta enfermedad es la segunda causa de muerte por cáncer en las mujeres, después del cáncer de pulmón.
Sin embargo, los visionarios de la medicina esperan que las mujeres no tengan que ser mártires durante mucho tiempo. Aunque la mamografía sigue considerándose el estándar de oro para la detección de tumores malignos, en el horizonte se vislumbra una serie de tecnologías nuevas o mejoradas, que utilizan imanes, electricidad, ondas sonoras y biología celular como herramientas de detección.
Algunos métodos prometen hacer más cómodo el cribado del cáncer de mama para las mujeres. Otros prometen una mayor precisión y menos falsos positivos. Otros, en cambio, parecen surgir de motivaciones empresariales. Los médicos sueñan con poder realizar algún día un simple análisis de sangre para saber si una mujer tiene cáncer de mama o lo desarrollará en el futuro. Algunos incluso esperan que las pruebas les permitan decir a una mujer cuándo es probable que desarrolle un cáncer de mama, y qué se puede hacer al respecto.
Pero se dice que este tipo de diagnóstico no estará disponible pronto. ¿Qué se puede hacer en un futuro próximo? He aquí las técnicas de cribado recientemente mejoradas o experimentales que pueden ayudarle a detectar el cáncer de mama en breve.
Mejora de los dispositivos conocidos
La mamografía es la mejor herramienta de detección del cáncer de mama en la actualidad. Con una precisión de aproximadamente el 85%, el aparato de rayos X ha detectado incluso tumores malignos demasiado pequeños para tocarlos, lo que en última instancia ha salvado a muchas mujeres del sufrimiento y la muerte.
Pero siempre hay margen de mejora, y varios grupos están persiguiendo con ahínco el próximo gran método de detección del cáncer de mama.
Mamografía digital
La mamografía digital, que toma la imagen de rayos X en un ordenador en lugar de en una película, está empezando a estar disponible gradualmente. En la actualidad hay unas 300 unidades de este tipo en uso en todo el país, según la Sociedad Americana del Cáncer.
El instrumento "ofrece un enorme potencial" porque las imágenes pueden manipularse, afirma el doctor Robert A. Smith, jefe de cribado de la Sociedad Americana del Cáncer.
De forma muy parecida a las fotografías digitales que toman actualmente las cámaras digitales de consumo, las imágenes de las mamas tomadas por la mamografía digital pueden ampliarse, y la resolución puede ajustarse para obtener una imagen más clara.
Aunque es más fácil de usar, la mamografía digital no tiene más éxito en la detección de cánceres que las mamografías tradicionales, y el coste de cada máquina suele ser prohibitivo.
Dispositivos de detección asistida por ordenador (CAD)
Smith afirma que la tecnología de imagen digital podría mejorar especialmente con dispositivos de detección asistida por ordenador (CAD) mejor programados, que ahora utilizan algunos laboratorios para analizar mamografías estándar y actuar como lectores de segunda opinión para los radiólogos.
Las primeras pruebas demuestran que el DAO puede ayudar a detectar cánceres que de otro modo pasarían desapercibidos para los expertos. Sin embargo, hay un debate en curso sobre si una máquina puede sustituir suficientemente a un segundo radiólogo en la revisión de los resultados de las pruebas.
Ecografía
Los expertos médicos que quieren evaluar los problemas detectados por primera vez durante una mamografía o un examen físico suelen recurrir a la tecnología de los ultrasonidos. Un aparato de ultrasonidos libera ondas sonoras en el cuerpo y crea una imagen de la mama a partir del rebote de las ondas. La idea es que el eco del sonido se desprende de forma diferente de masas de distinta consistencia, como quistes llenos de líquido, tumores sólidos o tejido normal.
Los ultrasonidos existen desde hace décadas, pero las mejoras introducidas en la tecnología prometen hacerla más útil para la búsqueda de cáncer. Un avance digno de mención se encuentra aún en fase experimental: una ecografía que toma imágenes tridimensionales de la mama en lugar de bidimensionales.
RESONANCIA MAGNÉTICA
Otra técnica de detección de las mamas que los científicos han ido perfeccionando a lo largo de los años es la resonancia magnética (RM). En este método, un gran imán, ondas de radio y un ordenador trabajan juntos para producir lo que los expertos consideran una imagen transversal muy clara de la mama. Además, los expertos pueden examinar zonas específicas inyectando un tinte en las venas, que se acumula en los tejidos problemáticos, haciéndolos más visibles en la imagen de la RM.
Actualmente se están investigando técnicas similares, como la elastografía por resonancia magnética (ERM), que dibuja una imagen de la mama basándose en la elasticidad del tejido vibrante.
Hacia una mejor imagen (de los senos)
Muchos métodos para detectar el cáncer de mama son todavía experimentales en estos momentos. A menudo, las mujeres con alto riesgo de desarrollar la enfermedad recurren a los ensayos clínicos de estos dispositivos de imagen en un esfuerzo por aliviar sus preocupaciones.
Algunos de estos métodos experimentales son:
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Tomografía por emisión de positrones (PET).
Esta tecnología aprovecha la noción de que un tumor tiene un metabolismo más elevado que el tejido normal. Cuando se inyecta una sustancia radiactiva en la vena de un paciente, ésta se desplaza hasta las células cancerosas que se dividen rápidamente, las cuales tienen mayores necesidades de nutrientes. Lo ideal sería que un escáner PET detectara la actividad y produjera una imagen de la misma.
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Lavado ductal y ductoscopia.
La idea que subyace a estos dos métodos es que ciertos cánceres comienzan en los conductos lácteos de las mamas. En el lavado ductal, se introduce un catéter a través del pezón hasta los conductos lácteos. Se vacía una solución salina en los conductos y luego se retira. A continuación, las células lavadas de los conductos se examinan con un microscopio. En la ductoscopia, se introduce un catéter con una luz en la punta a través del pezón hasta los conductos y se inyecta un tinte. El tinte perfila la forma del conducto y, en el mejor de los casos, una radiografía muestra si hay un crecimiento anormal en la zona.
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Imágenes espectrales de impedancia eléctrica (EIS).
Se aplican corrientes eléctricas de baja frecuencia a la mama y se forma una imagen basada en la teoría de que el tejido normal y las masas cancerosas conducen la electricidad de forma diferente.
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Espectroscopia de imágenes por microondas (MIS).
Este dispositivo utiliza energía de microondas similar a las frecuencias de los teléfonos móviles (pero a un nivel mucho más bajo). La técnica es especialmente sensible al agua, y puede detectar las zonas donde hay más cantidad. Se cree que los tumores tienen más agua y sangre que el tejido normal.
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Imágenes espectrales en el infrarrojo cercano (NIR).
Este método se basa en la idea de que la luz infrarroja es sensible a la sangre, creando una imagen de la hemoglobina dentro de la mama. Se cree que el conocimiento de la actividad vascular ayuda a detectar el crecimiento temprano del tumor, y a determinar su estadio.
Los investigadores del Dartmouth College de New Hampshire están estudiando simultáneamente cuatro de estas técnicas de detección: NIR, MIS, EIS y MRE. Si uno o varios de estos métodos resultan prometedores, los científicos podrían estudiar la integración de las tecnologías en una única herramienta.
"Estamos entusiasmados con las posibilidades, pero queda mucho por resolver", afirma el doctor Keith Paulsen, investigador principal del Proyecto de Imágenes Mamarias de Dartmouth.
Los ensayos clínicos comenzaron en abril de 2003 y podrían concluir el próximo verano. En las próximas semanas se presentará un análisis provisional con estadísticas oficiales sobre el éxito de cada técnica; mientras tanto, Paulsen es optimista. "Los proyectos van bien", afirma.
Mirando en una bola de cristal biológica
En la actualidad, varios estudios estudian la posibilidad de diagnosticar el cáncer de mama a nivel celular. Existe la esperanza de que algún día los investigadores sean capaces de identificar un punto de inflexión en el que las sustancias biológicas se vuelvan cancerígenas, lo que llevaría al desarrollo de métodos para detectar señales de alerta.
Sólo el Instituto Nacional del Cáncer ha financiado la investigación de al menos media docena de pruebas que implican el examen de proteínas, moléculas, genes y otras materias biológicas típicas e irregulares. Uno de esos grandes ensayos clínicos en curso es un análisis de sangre. Mediante el análisis de patrones ocultos de proteínas en la sangre, los investigadores proponen poder distinguir los tejidos malignos de los benignos.
Aunque este análisis de sangre se está probando actualmente sólo para el cáncer de ovario, los investigadores tienen la esperanza de que la tecnología, una vez probada, pueda adaptarse a otros tipos de cáncer. Si todo va bien, los investigadores planean comparar el resultado del ensayo con otras investigaciones de análisis de sangre en todo el país de otros cánceres.
Uno de estos estudios para detectar el cáncer de mama examinando las células sanguíneas ya ha finalizado. ¿Los resultados? El análisis de sangre tuvo un 95% de éxito en la detección de tumores malignos. El informe completo está siendo revisado para su publicación en una revista médica.
"Todo parece extremadamente emocionante... pero queremos movernos con cautela", afirma el doctor Lance Liotta, investigador principal del Programa de Proteómica Clínica y jefe del laboratorio de patología del Instituto Nacional del Cáncer.
¿Cuándo podría estar disponible un análisis de sangre de este tipo? Liotta dice que eso depende de tres factores:
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En primer lugar, los investigadores deben comprobar la precisión del análisis de sangre esperando a ver si las mujeres desarrollan cáncer.
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En segundo lugar, esos resultados deben demostrar que la prueba funciona de forma fiable en grandes grupos de mujeres.
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En tercer lugar, la Administración de Alimentos y Medicamentos debe aprobar la prueba.
Sin embargo, si todas las variables encajan, afirma que la prueba podría estar en el mercado en los próximos 5 años, a menos que empresas privadas competidoras presenten la tecnología antes.
Cómo un mejor cribado ayuda a las mujeres de alto riesgo
La tecnología para detectar mutaciones genéticas ya está disponible, pero se recomienda sólo para las mujeres que tienen razones para creer que tienen un alto riesgo de desarrollar cáncer de mama, como un fuerte historial familiar.
A principios de la década de 1990, se descubrió que las mujeres con ciertos genes mutados -BRCA1 y BRCA2- tienden a tener un riesgo del 50% al 85% de desarrollar cáncer de mama.
Desde entonces, el tema de las pruebas genéticas ha sido controvertido. Hay quien dice que la presencia del gen mutado no significa necesariamente que una mujer vaya a desarrollar cáncer de mama, por lo que un resultado positivo podría causar una preocupación injustificada. Además, estos genes representan relativamente pocos casos de cáncer de mama. Además, se teme que las compañías de seguros y los empleadores puedan discriminar a las mujeres que tienen la mutación.
A las mujeres que deciden someterse a las pruebas genéticas se les aconseja que primero reciban asesoramiento genético para ayudarlas a lidiar con la información y decidir qué hacer al respecto.
Una mejor tecnología para la detección precoz podría ayudar enormemente a las mujeres con alto riesgo, dice la doctora Judy Garber, directora de riesgo y prevención del cáncer en el Instituto del Cáncer Dana-Farber.
"En lugar de decidir a los 30 años que te vas a extirpar los pechos porque podrías tener cáncer de mama en algún momento de los próximos 50 años, tal vez podrías esperar hasta los 60, después de haber tenido a tus hijos y haber recorrido tu vida".