El cáncer de mama y su familia y amigos

El cáncer de mama puede afectar a sus relaciones y a las vidas de sus amigos y familiares. Aprenda algunos consejos útiles sobre cómo navegar por su viaje con el cáncer de mama junto a sus seres queridos.

Recibir un diagnóstico de cáncer de mama tiene un gran impacto en su vida y en la de las personas que formarán su red de apoyo.

Es importante entender que sus seres queridos tienen que gestionar sus propios sentimientos en relación con su diagnóstico y tratamiento. Usted puede tener sentimientos de miedo, ira, tristeza, culpa, impotencia y ansiedad, pero también los pueden tener sus familiares y amigos.

La comunicación continua sobre las emociones y las necesidades le ayudará a usted y a sus seres queridos a mantenerse en el camino a lo largo de su viaje.

Infórmense juntos

Cuando le diagnosticaron cáncer de mama, probablemente buscó información sobre su enfermedad e investigó sobre su cobertura sanitaria. Lo más probable es que sus seres queridos también trataran de encontrar información sobre qué esperar y cuál es la mejor manera de ayudarla.

Una forma de honrar su relación con ellos es mantenerlos informados. Asegúrese de que la información sobre su diagnóstico de cáncer de mama, los servicios médicos disponibles y las actualizaciones de salud en curso se compartan con las personas de su círculo de apoyo. Esto les ayuda a saber lo que usted puede necesitar, y les ayuda con el miedo a lo desconocido.

Invite a un amigo cercano o a un familiar a que la acompañe cuando vaya a las citas. Pueden hacer preguntas a su médico y tomar notas para ayudarle a recordar los detalles clave. Tendrán la oportunidad de aprender y podrás pedirles que compartan la información con otros.

Esté dispuesto a adaptarse

Uno de los problemas más prácticos a los que se enfrentará su familia es cómo gestionar las tareas diarias y las actividades semanales mientras usted sigue el tratamiento.

Si su cuidador o un ser querido se ofrece a prestarle apoyo, trate de idear algunas cosas tangibles que puedan hacer. Lo mejor es pensar en cosas concretas. Puede que necesites ayuda con el cuidado de los niños, los recados, las tareas domésticas o incluso simplemente tener a alguien con quien hablar. Si no se te ocurre nada en ese momento, pídeles que lo comprueben más tarde.

Recuerda que cada persona tiene sus propios puntos fuertes y débiles. Por ejemplo, a algunas personas les resulta más fácil hablar de sus sentimientos, a otras se les da mejor hacer reír y a otras se les da bien cuidar a los niños, hacer la comida o hacer recados. Intenta elegir las tareas adecuadas para las personas adecuadas. Si crees que alguien tiene problemas con algo que se comprometió a hacer por ti, quizá puedas cambiar las cosas la próxima vez. Podrías hacer una lista de las cosas en las que necesitas ayuda y dejarles elegir entre ellas.

Estás gestionando muchas cosas, pero asegúrate de dedicar tiempo a que las personas que te apoyan sepan que las aprecias y que no quieres que descuiden su propia vida o su salud.

Mantén una buena comunicación

A medida que vayas avanzando en el tratamiento tus necesidades irán cambiando. Puede que haya semanas en las que necesites más ayuda que otras. Comunicar eso a la familia y a los amigos es clave. Algunas cosas pueden ser difíciles o incómodas de discutir, pero es mejor plantearlas cuanto antes, antes de que se conviertan en problemas mayores.

He aquí algunos temas comunes para que mantengas un diálogo abierto:

  • El cambio de responsabilidades y cómo ajustarse a los nuevos roles familiares en lo que respecta a las tareas diarias, los quehaceres, los recados, los eventos y las actividades.

  • Establecer las expectativas correctas de lo que cada uno es capaz de hacer dadas sus necesidades personales, su estado mental y sus limitaciones físicas.

  • Asuntos monetarios, incluyendo cómo pagar los posibles costes médicos y los gastos de manutención.

  • Pensamientos sobre sus próximos pasos para la atención médica. Puede ser que tú y tu pareja tengáis opiniones diferentes. Es bueno que os escuchéis mutuamente.

  • Sentimientos. En diferentes momentos, usted o sus seres queridos pueden sentirse abrumados, ansiosos o deprimidos. Manténgase al tanto de cómo se encuentra el otro y hable de las cosas.

Al principio, puede resultarte difícil hablar de estas cosas, pero con el tiempo te resultará más fácil. Te ayudará a conseguir el apoyo que necesitas, y les ayudará a ellos a saber cuál es la mejor manera de ayudar.

Puede que tú o tus seres queridos digáis o hagáis lo que no debéis, pero tened en cuenta que todos estáis en el mismo equipo. Tened paciencia los unos con los otros mientras aprendéis a desenvolveros en vuestros nuevos roles y en la vida en común.

Busca ayuda externa

Es importante recordar que nadie está solo en esto. Cuando usted o alguien de su grupo de apoyo se sienta abrumado, puede significar que ha llegado el momento de buscar ayuda externa juntos. Podéis ir a terapia o buscar un grupo de apoyo.

Pregunte en el hospital donde le atienden si tienen psicólogos o profesionales de la salud mental en plantilla que trabajen con los médicos para ayudar a su familia a tomar decisiones juntos.

Otras personas han pasado y están pasando por lo mismo que tú. Pregunte al personal del hospital por los grupos de apoyo que se reúnen en su zona o consulte los sitios web de las organizaciones de lucha contra el cáncer de mama para ver si organizan algún grupo en línea para pacientes o cuidadores.

Las comunidades y los servicios en línea de las organizaciones sin ánimo de lucro cuentan con herramientas diseñadas para ayudarle a usted y a sus seres queridos en aspectos como la planificación de calendarios de cuidados, la búsqueda de voluntarios y la gestión de su agenda diaria.

Hot