Llevar una peluca puede tener un lado positivo (independientemente del color que elijas).
Con una buena peluca, los días de mal pelo son cosa del pasado. Otras personas pueden despertarse y refunfuñar por la humedad que significa que su pelo será un desastre encrespado, pero tú no. Disfruta de la libertad de saber que no tendrás que preocuparte por los extraños mechones que surgen porque has dormido en una posición extraña... Se acabaron los días en los que tenías que pasar horas soplando y tratando tu pelo con calor para conseguir ese look casual de "recién levantado de la cama". Ahora incluso puedes poner el despertador más tarde.
Llevar una peluca te permite experimentar con diferentes peinados y colores sin tener que comprometerte a largo plazo. Si siempre has querido probar el pelo azul brillante, esta es tu oportunidad. Los cambios más sutiles también pueden ser divertidos. Puedes mantener tu color natural pero añadir algunas mechas. Con una peluca, las opciones son ilimitadas.
Llevar una peluca te permite hacer cosas que no podrías hacer con tu pelo natural. Puedes hacerte una coleta tan gruesa como tu muñeca. Si has nacido con el pelo fino y liso, aprovecha la oportunidad de probar un peinado afelpado y rizado.
La pérdida de cabello por el tratamiento del cáncer afecta a cada persona de forma única. No pasa nada por lamentar la pérdida del cabello si quieres, pero tampoco pasa nada por aprovechar las ventajas de las pelucas. Las pelucas son lo último en cuidados capilares de bajo mantenimiento, e incluso puede que te guste probar algo nuevo.
