Los tratamientos matan las células cancerosas, pero también pueden cambiar su forma de sentirse. He aquí cómo controlar esos síntomas.
Si tiene cáncer de mama HER2 negativo, su médico le recomendará uno o más tratamientos. Pueden incluir cirugía, quimioterapia y radioterapia. La terapia hormonal, la terapia dirigida y la inmunoterapia también son opciones.
Estos tratamientos eliminan las células cancerosas o cambian su funcionamiento. Es probable que esto provoque diferentes efectos secundarios. Puede tenerlos durante el tratamiento o incluso años después de haberlo terminado.
Si tiene alguno de los siguientes síntomas, hable con su médico. Los medicamentos y las terapias pueden ayudar a aliviar sus efectos secundarios.
Náuseas y vómitos. Algunos medicamentos para el cáncer de mama y el dolor pueden provocar náuseas. Su médico podría recetarle medicamentos para las náuseas.
Pruebe esto:
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Come pequeñas cantidades de comida a lo largo del día para no llenarte demasiado rápido.
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Elige alimentos secos y suaves, como galletas y tostadas.
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Enjuágate la boca antes y después de las comidas para eliminar los malos sabores.
Dolor. El tratamiento puede causar dolor en diferentes partes del cuerpo, como la espalda, los huesos, el pecho, el estómago, los músculos y las articulaciones. El dolor puede durar poco o mucho tiempo. Puede desaparecer y volver a aparecer. El médico puede recetar medicamentos, como los de venta libre o los recetados.
Prueba esto:
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Lleva un diario del dolor. Anota los detalles de tu dolor, como dónde está y cuánto dura. Esto ayudará a tu médico a entenderlo y tratarlo mejor.
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Tome los analgésicos tal y como se los han recetado. Hable con su equipo oncológico si no está controlado o si tiene algún efecto secundario.
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Considere la posibilidad de recurrir a la acupuntura, la fisioterapia, el masaje y la meditación. Estas prácticas pueden ayudar a disminuir el dolor.
Fatiga y debilidad. Alrededor del 90% de las personas sienten algo de fatiga durante el tratamiento del cáncer de mama. Te sientes cansada todo el tiempo, incluso cuando descansas lo suficiente.
Prueba esto:
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Salga y muévase todos los días. El ejercicio moderado, como caminar, puede hacer que te sientas menos cansado.
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Duerme de 7 a 8 horas cada noche. Intenta ir a dormir y despertarte más o menos a la misma hora cada día.
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Planifica con antelación. Empieza el día con las tareas más importantes. Luego reparte el resto de tus actividades a lo largo del día. Tómate descansos cuando los necesites.
Pérdida y cambios en el cabello. Algunas quimioterapias, así como la radiación, las terapias hormonales y las terapias dirigidas, hacen que su cabello cambie de color, se adelgace o se caiga. Esto podría ser molesto para ti y para tus seres queridos.
Prueba esto:
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Pregunta a tu médico por los gorros refrigerantes. Estos gorros refrigerantes se ajustan a la cabeza. Disminuyen el flujo sanguíneo a la cabeza, lo que reduce la cantidad de fármacos de quimioterapia que llegan al cabello. Esto puede evitar la caída del cabello.
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Considere la posibilidad de cortarse o afeitarse el pelo. La pérdida de cabello no se nota tanto con el pelo corto. Afeitarse la cabeza también puede evitar la irritación o el picor del cuero cabelludo.
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Decide el tipo de cobertura para la cabeza. Depende de ti si quieres llevar una peluca, un sombrero o un pañuelo. Los planes de seguros pueden cubrir las pelucas, así que tu médico puede recetarte una. Dado que el cuero cabelludo está expuesto, tendrás que usar protector solar o cubrirlo cuando estés al aire libre.
Problemas de piel. Los tratamientos del cáncer de mama a veces provocan sequedad, picor y enrojecimiento de la piel. Su piel también podría estar más sensible que antes. Si tienes grietas profundas y sangrantes, habla con tu médico, que puede recetarte un medicamento.
Prueba esto:
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Hidrata tu piel. Aplique una crema hidratante espesa sin perfume o un aceite, como el de bebé, varias veces al día.
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Báñate con agua tibia. Las duchas y los baños largos y calientes pueden resecar la piel, así que limítate a 15 minutos o menos. Utiliza jabones suaves en lugar de antibacterianos fuertes.
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Evita la luz solar directa. Use ropa protectora y aplique protector solar en todas las zonas expuestas.
Depresión. Hasta 1 de cada 4 pacientes con cáncer tiene depresión en algún momento. Junto con la tristeza de un diagnóstico de cáncer de mama, los tratamientos suelen causar dolor y fatiga. Esto puede preparar el terreno para la depresión. Si se siente deprimida, hable con su médico. Puede que le recete antidepresivos y le remita a un terapeuta.
Prueba esto:
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Habla de tus sentimientos con amigos y familiares.
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Únase a un grupo de apoyo o hable con un consejero.
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Haz ejercicio al menos 30 minutos al día. Levantarse y moverse puede disminuir el estrés y la depresión.
Niebla cerebral. Es más difícil concentrarse, recordar cosas y aprender nuevas tareas. Esta niebla mental también se llama quimiocerebro, pero otros tratamientos contra el cáncer también pueden causarla.
Prueba esto:
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Escribe recordatorios en tu agenda, smartphone o cuaderno. Mantén tu lista de tareas, tu calendario y tu agenda en un solo lugar.
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Haz una cosa a la vez en lugar de la multitarea.
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Intenta seguir un horario diario. Mantenga los objetos, como las llaves, en el mismo lugar.